El demandante

Bienvenidos a un nuevo caso de Caso Cerrado©. Lo que están a punto de leer es un relato de ficción de un caso que no ha sido producido por Telemundo Internacional©, y que sería un caso desestimado sin presentación ante el árbitro la Dra. Ana María Polo. Mi finalidad fue simplemente escribir un caso ficticio para ese programa. Empecemos entonces.

Dra. Ana María Polo

—Bienvenidos amigos a un nuevo caso de caso cerrado, Sr. Director, que pasen los litigantes, por favor.

En los monitores se podía ver la presentación de los litigantes

Demandante.

—Dra. Polo, ya es hora que se haga cargo de su madre.

Demandado.

—Él siempre ha vivido a costa de ella, y ahora que la abandona, no quiere pagar por todo lo que le ha quitado.

Dra. Ana María Polo

—Manuel, por favor, descríbeme quién es Paúl, por qué lo demandas, y que pides para resolver este caso.

Manuel

—Buenas tardes Dra. Polo, Paúl es mi hermano y lo estoy demandando para que se haga cargo de nuestra madre de 90 años que vive en Venezuela, o la cantidad de $500.000 para llevarla a España a vivir en un apartamento con servicio de atención a personas de edad.

Dra Polo.

—A ver, ¿tu madre vive en Venezuela?

Manuel.

—Así es Dra.Polo.

Dra. Polo.

—¿Quién la está cuidando ahora?

Manuel.

—Yo, Dra. Polo, déjeme contarle.

Dra. Polo.

—Espera, espera. ¿Tu hermano vive aquí en los Estados Unidos?

Manuel.

—Si Doctora, él es Ciudadano Americano y vive aquí en el Estado de La Florida hace aproximadamente 20 años.

Dra. Polo.

—Y tú lo que pides es que él se la traiga para los Estados Unidos y se haga cargo de ella, o que te dé la suma de $500.000 para llevarla a una especie de Home en España

Manuel

—Sí Dra. Polo, pero no a un Home, sino para alquilarle un apartamento con servicio médico que la visita a diario, le pueden poner una enfermera si lo necesita, va una persona a limpiar y cocinar todos los días.

Paúl.

—Vividor, te la viviste toda tu vida y ahora te niegas a cuidarla.

Dra. Polo.

—¿Por qué no la llevas a un Home directamente?

Manuel.

—Lo que pasa es que mi madre es una mujer insoportable, pero no desde que es una anciana, desde siempre, hace más de 15 años estuvo en cuidados intermedios una noche, y al día siguiente en la hora de visita, la enfermera, totalmente furiosa, me pidió que hablara con el médico para que la diera de alta porque nadie la soportaba.

Paúl.

—¡Eso es mentira! Mi madre jamás se ha portado de esa manera.

Manuel.

—¡Claro que sí!

Dra. Polo.

—Entiendo, ahora Manuel, cuéntame los hechos.

Manuel.

—Gracias Dra. Polo. Verá, mi hermano y yo tenemos 12 años de diferencia, él es mayor que yo. Desde que yo tenía 6 o 7 años, mi hermano se fue a estudiar a la Capital, o sea, a Caracas. A partir de allí, regresó a Valencia unas 4 o 5 veces. Cuando se casó, mi cuñada lo traía con sus hijos a la casa de mis padres y pasaban una temporada con nosotros. Con el tiempo, trajeron a la hermana de mi cuñada que era un año menor que yo, y algunas cosas cambiaron, no mucho, cosas normales de familia, pero como yo fui criado como hijo único sin ningún familiar, ni amigos de mi edad en mi vecindad, pues me volví bastante retraído.

Paúl.

—Niño mimado.

Manuel.

—En fin, mis sobrinos hasta los 7 u 8 años venían a Valencia en las vacaciones, y sus padres los traían, se quedaban un rato y luego los venían a buscar al finalizar las vacaciones.

Paúl.

—Eran sus abuelos.

Manuel.

—No seas idiota, ellos no fueron el problema, fuiste tú y tu cobardía, junto a la familia de mi cuñada.

Paúl.

—Yo no soy ningún cobarde.

Manuel

—Eres igual a mi padre, un cobarde que me sacrificó para mantener caliente su cama, así como tú que abandonaste a tu hijo a su suerte para venirte detrás de tu desquiciada esposa.

Paúl.

—¿Mi esposa desquiciada? No te permito…

La doctora Polo golpeó con su machete dos o tres veces y llamó a la calma, luego al obtener silencio le pidió a Manuel que continuara.

Manuel.

—Cuando ya ellos fueron creciendo, como es normal, dejaron de venir a la casa de mis padres. Al nacer su primera hija, mi madre prácticamente nos abandonó para ir a cuidar a su nieta, y por abandonar me refiero a largos, muy largos períodos de tiempo. Demasiado tarde me enteré que mi padre me usó a mí como excusa para obligarla a regresar, y a partir de allí mi madre comenzó un maltrato psicológico sistemático que existe hasta la fecha de hoy.