Problema VIII

Patrones y Cadenas.

El patrón es tan inofensivo y la cadena tan silenciosa… o eso crees hasta que te impide moverte hacia donde tu espíritu anhela ir.

El patrón viene con una envoltura preciosa, que te hace creer que vale la pena cada instante de esa secuencia, si al final vas a terminar con lo que te ata  y te endiosa…

Y claro es tan gratificante ver que al final de tanta crisis vuelves a sentir la razón por la cual resistes.

Resistes, resistes y resistes cada vez más cosas. 

El patrón te hace tan necesitada a vivir lo mismo y más intenso,  por recibir esa  única mirada que te hace saber que lo hiciste. Que lo hiciste una vez más,

y luego la cadena llega disfrazada de condecoración, como una especie de reconocimiento de saber que allí tienes un lugar y que siempre será tuyo.

Hasta que la cadena te impide moverte por tu propia cuenta.

Al principio el patrón y la cadena se disfrazan de actos de amor; pero no lo son, nada que te impide caminar, saltar, volar, lo es. Y no necesitas una cadena para saber que tan fuerte eres y lo que puedes llegar a soportar por amor.

El amor no es algo que te tenga que doblegar, el amor no hiere, no priva, no es egoísta.

El amor jamás te hará encerrarte en un círculo vicioso donde todo sea tu culpa y todo lo externo tenga que caer en ti como amortiguador de desgracias… el amor no daña, no violenta.

Entre más caminas en esos círculos, más y más cadenas se pondrán en tus hombros, al punto en que hasta esas mismas cadenas serán las causantes de las siguientes crisis.

El amor no te hará cargar con cadenas que no te corresponden, así que si pensabas considerar soportar esto… no tienes por qué crear hábitos y patrones que rompan tu autoestima, tu dignidad, tu integridad.

El amor jamás se presentará de manera violenta y si lo hace…

No es amor, es un patrón de destrucción.

No te encadenes a la destrucción, vela por tu libertad y sé tú.

No caigas en las cadenas y patrones.