Negro Abismo

Profundo, inmenso e interminable…

El cambio a veces es tan aterrador, siento como si todo lo que me rodeara es oscuridad, no veo donde sujetarme, no veo siquiera la posibilidad de pensar positivo en algo trágico.

Cuando todo se derrumba es como si algo dentro de mí también lo hiciera.

Y siento que un abismo me consume.

Siento que todo desaparece poco a poco y al final no quedará nada.

Nada de lo que considero que me pertenece en teoría, es como si el abismo se lo llevara todo… y a mí junto con ello.

Y muchas veces, se repitió esa última frase en mi cabeza.

Si todo se lo lleva… ¿Qué me quedará?

¿Tendré algo que no sea arrebatado?

¿Tendré algo en mi panorama que no sea oscuridad?

Que no sea pesadez, agotamiento, frustración.

Todo se está cayendo en pedazos y no puedo detenerlo.

Si toco algo cae más rápido. ¿Acaso es parte de la evolución?

¿Así se siente la evolución?

Como un abismo. Como un vacío. Como una tortura.

Que me arrastra con él.

A veces la vida se siente como un negro abismo, intenso, profundo, interminable, pero siempre es señal de que algo va a pasar.

Algo pasará, quizás no hoy, quizás no mañana o en algunas horas.

Pero algo va a pasar y va a cambiar, la oscuridad no solo refleja el tormento, también el anuncio de un proceso, y sí, los procesos son difíciles, pero hay algo más allá del proceso.

Hay algo más allá de la noche oscura, de lo profundo, de lo incierto.

Del negro abismo.