Causa Perdida

Perdida Y Daniel Teel De Vuelta

— Que asco.— Dice Raquel mientras aparta con brusquedad una rama con grandes hojas de su cara.

— ¿Qué esperas para darte vuelta y regresar por donde viniste?— Cuestiona Madison y Mason la toma de la cintura, le susurra algo en el oído y siguen caminando juntos.

Hace apróximadamente cuarenta minutos los padres de Mason, Jake, Liam y Felipe dieron fin a la fogata, no sin antes volver a pedir cada uno de los celulares. 

Yo no tenía planeado aceptar la invitación al bosque, pero, Kenzie, Emory y Madison han insistido ya que supuestamente ayer que teníamos el día libre no lo aproveché, pero tampoco estoy segura de que esto sea aprovechar, puesto que, gracias a mi tobillo puedo caminar sola por unos minutos pero luego me canso y Liam se ofrece a cargarme en su espalda cuando lo hago, según él, se siente un poco culpable porque fue contra él con quien perdí, pero, sé que no lo dice en serio, en este momento me encuentro en su espalda mientras caminamos, bueno, caminan, a no sé donde, siento que ya el dolor de mi tobillo disminuye así que prefiero empezar a caminar por mi misma, no pasan ni dos minutos cuando Liam ya entabla una conversación con Emory y es como si caminaran solo ellos dos, así como Madison y Mason, por otro lado, Jake, Kenzie, Felipe, Jessica y Raquel entablan una conversación, bueno, parece más que Kenzie está con Jake y como sé que no me sentiría muy cómoda allí, solo me concentro en mi alrededor, el bosque es muy lindo, la mayoría de sus árboles son gigantes y en medio de sus hojas y ramas se puede ver el cielo estrellado, ahora si puedo pensar que esto es aprovechar el tiempo libre y por un momento agradezco que la madrastra de Daniel le haya dicho a mi madre sobre este campamento, por momentos ya no lo veo como una distracción , creo que me gusta estar aquí.

No sé en que momento me perdí tanto en mis pensamientos que sólo vuelvo a la realidad cuando escucho el sonido de un trueno, miro a mi alrededor en busca de los chicos y no encuentro a ninguno. No tengo idea de que se supone que tengo que hacer, no sé si estuve en el camino incorrecto, si me desvié o si simplemente ellos caminan más rápido y los perdí. Trato de encontrar algo que me indique hacia donde debo dirigirme pero no encuentro respuesta, trato de no alterarme porque sé que no conseguiré nada. Sin tener respuesta camino hacia el lado contrario al que inicialmente me dirigia y trato de concentrarme en cada detalle por si logro destiguir algo que me indique lo que debo hacer, siento como el dolor en mi tobillo se intensifica y logro caminar un par de minutos más hasta que veo necesario tomar un descanso y sentarme en un troco que se encuentra sobre el césped y aunque haya aquel tronco que me sirve para tomar mi descanso sé también que estoy realmente perdida porque en todo el camino que recorrí no lo había visto, suelto un suspiro y cierro los ojos tratando de pensar con claridad.

— Mierda, no tengo celular.— Digo en cuanto pongo mi mano en el bolsillo trasero y recuerdo que Lily pidió los celulares de nuevo.

— Igual, no creo que aquí haya señal.

— ¡Maldición!— Exclamo al escuchar la voz que no reconozco que proviene de atrás de mi y que ha logrado darme un buen susto.

Felipe suelta una carcajada y cuando voy a levantarme, él me sujeta del brazo para ayudarme.

— ¿Y los demás?— Pregunto.

— Buscándote, ¿En qué momento te perdiste?— Contesta.

— Ni yo sé.— Contesto y cuando voy a dar mi primer paso me arrepiento, el dolor en el tobillo sigue ahí, trato de ignorarlo pero me parece imposible, sin embargo, no soy capaz de preguntarle a Felipe por ayuda, me da vergüenza.

— Te puedo ayudar ¿lo sabes?— Cuestiona parándose frente a mi. Me intimida.

— No, yo creo que puedo hacerlo sola, no pienso estar así por mucho tiempo y si no me esfuerzo en caminar, me tardaré más en hacerlo.— Respondo y en parte es lo que creo pero por otra parte me intimida y eso me hace setir vergüenza de aceptar su ayuda.

Felipe se pone a mi lado y pienso que no va a decir más, que simplemente camináremos, pero, pasa su brazo alrededor de mi cintura para acercarme a él.

— Bien, caminas y te ayudo, porque lloverá y eres muy lenta con tu tobillo así. Puedes apoyarte.— Dice y sujeta mi brazo para pasarlo por la parte de atras de su cuello, pero, muevo mi brazo para solo apoyar mi mano en su hombro, Felipe es aproximadamente una cabeza más alto que yo y con la mano en su hombro quedo más cómoda.

— ¿Estamos muy lejos?— Pregunto.

— Unos... quince minutos, puede ser.

— Vale.

Felipe y yo empezamos a caminar, ninguno dice algo y me empiezo a aburrir, sé que de los cuatro hermanos a mi parecer, Felipe es un poco reservado, si recuerdo bien, son muy pocas las veces que lo he escuchado decir cualquier cosa.

Siento las primeras gotas caer sobre mis piernas y agradezco haberme vestido con mi saco gris. Empiezo a tratar de ayudarle a Felipe conmigo misma tratando de caminar más rápido, sé que si nos mojamos por la lluvia es por mi culpa y parece que Felipe nota mi intención.

— Si te obligas a caminar de la forma en la que lo haces sólo te lastimarás más el tobillo.— Advierte.

— Es por la lluvia.

— Bien, entonces yo te puedo llevar si eso es lo que te preocupa, pero, creo que igual nos mojaremos, la llovizna no tardará en intensificarse. 

—¿Queda mucho?— Pregunto. Sé que si no es mucho aún puedo caminar con Felipe de la forma en la que lo estoy haciendo.

— En realidad, no.— Contesta.

— Bien, entonces sigamos, pero, antes, espera.— Digo separándome de él para quitarme el saco.

Sé que la lluvia se hará más fuerte y el saco que se suponía salvarme del frío, al final, sólo servirá para acumular la mayor cantidad de agua posible. Ato mi saco entre mi cadera y cintura, y me vuelvo a acercar a Felipe para poner mi mano sobre su hombro y él pasa su brazo por detrás de mi para con su mano sujertarme de la cintura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.