Cayendo en tí

Parte 4

 

 

Observo todo con mucha curiosidad, la primera vez que estuve en este museo solo estaba quejándome por todo y lucia aburrido, me asusta lo mucho que he cambiado en tan poco tiempo, como cosas  que antes me parecían aburridas ahora son interesantes, no puedo evitar detenerme delante de lo que parece la escultura de Zeus, lo miro con atención por unos segundos y continuo haciendo mi recorrido, me abrazo a mí misma al notar que todas las personas están en grupos y yo me siento tan… ¿Por qué estoy asustada? Odio esto, odio como se siente la soledad a pesar de estar rodeada de tantas personas.

Mañana es mi cumpleaños, pero esta vez no tendré una gran fiesta en un salón de eventos, no tendré un cantante en vivo encima de un escenario haciéndome sentir la reina del mundo, no tendré nada de eso y no lo extraño, no creo  hacerlo y nunca lo he hecho,  siento mi celular vibrar dentro de mi bolso y  al mirar la pantalla veo el nombre de Mark ¿Por qué no entiende que necesito estar sola? Necesito estar sola, pero no sentirme sola ¿tiene sentido? no lo sé.

Salgo del museo minutos después y  me detengo al recordar que lo vi en este mismo lugar, me acerco al pilar de la entrada y pongo mi mano sin saber porque,  siento mi celular volver a vibrar ¿Qué sucede?  Veo el nombre de mi padre en la pantalla ¿Qué sucede con ellos? sigo caminando y decido contestar.

- ¿Qué sucede?- pregunto de inmediato.

- ¿Dónde diablos estás?- lo escucho preguntar.

- Papá…- digo sorprendida.

- ¿Dónde estás?- pregunta, no respondo.-  Lauren, tengo al idiota de tu marido siendo un dolor en mi trasero desde hace horas, sigue diciendo que no puede encontrarte  y que podría haber pasado algo ¿sucede algo?- pregunta.

- ¿Está ahí contigo?- le pregunto.

-  La respuesta es obvia.- responde.

Suspiro.

- Estoy bien y  no deben preocuparse...- me interrumpe.

- ¿Dónde estás?- pregunta.

- No voy a decirte, Mark lo sabrá.-respondo.- no quiero a Mark aquí, necesito hacer esto sola.- digo.

- ¿Fuera del país?- pregunta.

- Si.- respondo.-  estoy bien papá,  solo estoy un poco herida, pero no es algo que pueda matarme, puedo soportarlo y quiero que entiendan que  necesito mi espacio.- digo antes de colgar.

Miro el celular en mi mano por unos segundos antes de tomar la decisión de apagarlo, empiezo a caminar alejándome de aquel museo, veo personas por todos lados y eso me hace sentir un poco de ansiedad. Pienso cual será mi siguiente movimiento y sé que debo almorzar, entonces puedo ir a buscar aquella tienda y espero que repetir ese camino me lleve a lo que busco.

Guardo mi celular en mi bolso antes de apresurarme en encontrar transporte, miro hacia todos lados queriendo encontrar mi camino en un lugar que luce tan grande para una chica que cada vez se siente más pequeña. Llevo mi mano a mi cabello suelto sintiendo mucho calor, un pequeño rastro de sudor cubre mi frente porque me he detenido sin sentido en medio del caluroso día.

- ¿Dónde?- pregunto en un susurro a mí misma, cierro mis ojos unos segundos.- debo seguir las rosas, eso funciona.- me digo a mi misma.

Pero ¿Dónde hay rosas aquí? No veo ninguna rosa y no puedo oler nada parecido a eso,  toco mi pecho cuando mi corazón empieza a latir demasiado y me digo a mi misma que no es momento de perder la calma, no puedo perder mi cordura y tranquilidad, pero ¿Qué hago cuando todo parece querer destruirse en pedazos?   Mis ojos se llenan de lágrimas y maldigo ruidosamente por ello ¿Por qué ahora? No quiero lucir más débil, no quiero que el mundo sepa mi secreto, el secreto que quiere salir de mis labios después de que cae cada lagrima.

- Lauren.- mi cuerpo se tensa al escuchar mi nombre.

Esa voz…

Me giro lentamente ¿perdí la cabeza? no sé cuántas veces me he hecho esa pregunta a mí misma, eso cuestiona mi cordura y lo odio, no quiero perder lo único que parece quedarme. Una lágrima cae por mi mejilla cuando no lo veo a él ¿Por qué escuche su voz tan fuerte y clara?  Me siento ridícula y patética por ser tan débil, debo continuar y sin embargo me sigo aferrando a cada recuerdo suyo, incluso recuerdo su voz.

- ¿Qué es esto?- pregunto en un susurro con molestia.

¿Por qué me hacen esto? ¿Por qué mi mente me hace esto? parece ser mi peor enemiga y  no me gusta, porque he aprendido en estas semanas que puede vencerme, he llorado por cosas que no tienen sentido, he llorado por solo escuchar un nombre parecido al suyo en las calles y eso es…

- Lauren.- escucho de nuevo mi nombre, su voz…

Empiezo  a caminar ignorando algunas miradas curiosas que me he ganado de las personas ¿Qué puedo hacer? Ni siquiera sé lo que siento o como controlarlo, en el único momento que puedo controlar mis sentimientos es con enojo y ahora mismo, estoy más triste que enojada, estoy triste porque mi mente recuerda su voz con tal claridad que parece estar a pocos pasos de mí.  Después de  buscar por un rato un taxi, logro conseguirlo y decido saltarme mi almuerzo, debo encontrar esa tienda y entender que sucede.

Agradezco que el taxista conozca el lugar donde me dirijo con solo decirle el nombre, incluso el nombre con una muy mala pronunciación, pero al parecer esto es algo común, además el barrio es muy famoso aquí en Atenas. Le pido al taxista una tarjeta para conseguir otro taxi cuando termine mi “paseo”, en el camino veo la ciudad de una manera que no lo había hecho, a pesar de que hay mucho ruido y normalmente eso no me gusta, escucho risas, una pequeña sonrisa aparece en mis labios y me pregunto ¿Qué más me he perdido por mi actitud?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.