Cayendo en tu mirada

Capitulo 21

Pi pi pi pi.

¿Eh? ¿Me dormí en el sofá? Levanto la mirada y me doy cuenta de que tiemblo de frío.

Volteo a ver a mi alrededor un poco desconcertada y llegan recuerdos a mi mente “Fabrizio y yo"

Fue un sueño, ja una gran jugada de mi mente.

Genial, y ¿Ahora como miro a los ojos a Fabrizio? Me siento y me pongo las pantuflas, esto no puede estar pasándome, nunca me había pasado soñar algo que creyese tan real.

Lo último que recuerdo es como me acosté a ver la tele y lo sola que me sentía.

Parpadeo mientras pienso en cómo resolveré esto, y veo en el reloj de la mesa que aún son las 3 am.

Me levanto y me dirijo a mi habitación, pero antes pasó por el baño, me estoy haciendo pis, luego de hacer mis necesidades me veo en el espejo del baño. ¿Por qué he soñado eso? Es decir, me pareció tan real que ahora me duele el corazón.

¿Qué voy a hacer con mi vida? Esto es horrible, ahora cada vez que lo vea me voy a muy mal, y que le voy a decir «Hey hola, no me hables, ahora siento que me gustas, aunque espera, se supone que ya éramos novios te me declarase ayer, ¿no? Bueno fue un sueño pero pareció muy real»

No puedo decirle eso, obviamente. Muevo mis pies resignada a mi cama y me abrigo bien, todo tiene sentido, por eso me abrigaba tanto en el sueños, en realidad sí tenía frío. ¡Y hasta comí! Lo pienso y me suena el estómago.

¿Podría caerme mal una comida a esta hora? Ya se me quitó el sueño.

Me pongo una bata que me mantiene caliente en invierno y me abrigo con ella, voy a la cocina y me sirvo un plato con cereal y pongo a hacer café.

A ver recapitulemos, ayer fue un buen día, todo normal, Rose y Lukas, mi familia y la video llamada, luego.. ¿Sofá y Fabrizio?

Hasta ahorita pienso que seguro aún estoy soñando, es decir quizás me levante y en realidad sí esté con Fabrizio y sólo me esté volviendo loca en este momento por nada.

Sí, no lo creo.

Ya que estamos, y es lunes, reviso algunos correos, facturas, y propuestas. Si, propuestas, después de aquel desastroso pero provechoso evento, muchas compañías me han buscado para hacerles publicidad, ya sea por parte de mi canal o por la empresa. Me han llegado cartas ofreciéndome maquillaje, ropa, accesorios y hasta cupcakes ilimitados. Una completa locura, y aunque lo aceptara no tendría tiempo suficiente para darle un buen uso, si tuviese a mi hermana aquí, probablemente si lo haría.

Si, me siento sola, quizás sea porque la mayor parte de mi vida la compartí con mi familia, mis hermanas siempre estaban conmigo.

Necesito un perrito. ¿Quién no quiere un perrito?.

Aunque mi departamento no está preparado para uno, contemplo el espacio donde vivo con sumo cuidado, una sala no tan grande pero cómoda, una cocina junto a la sala, dos habitaciones al final del pasillo junto a dos baños.

Ni siquiera tengo terraza, es un poco malo, porque así podría hacerle un espacio al perrito allí.

Reviso el agua del café y veo que ya está hirviendo, así que coloco el colador de café en la taza, me gusta más si el café es colado.

Lo endulzo con mucha azúcar y sirvo el cereal con leche.

Una cenayuno a las 3am casi 4.

Mientras como recuerdo, «La única diferencia que tengo con Tiana es que yo no beso sapos» mastico con frustración y miro la encimera, ese chico ni siquiera siente algo por mi, y yo me ilusiono sola soñando literalmente cosas que no pasarán. Más vale que coloque mis pies sobre la tierra.

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-Buenos días señora De Luca.

—Buenos días mi niña.

Me dirijo al ascensor mientras arrastro mis pies, definitivamente el no dormir bien esta mañana pasa factura.

Cuando marco mi piso veo como alguien entra a toda prisa al ascensor conmigo, me acomodo la chaqueta y mis ojos encuentran los ojos color tormenta que no quería encontrarme.

—Hey Emm, ¿Cómo pasaste el fin de semana?—sonríe y muestra sus hoyuelos.

—¿Yo? Bi-bien —Aclaro mi garganta y alzo la cabeza— bien, tranquila, me encontré con Rose en una cafetería ayer temprano, también grabé algunos videos para mi canal. ¿Y tú que tal?

Paso las manos por mi cabello y siento su mirada puesta en mi sin disimulo.

—¿Qué tienes? —Ríe y trata de acercarse a mi, así que me muevo instintivamente.

—Nada... Solo tuve una mala noche, nada que preocuparse. —al menos tú, yo temo por mi bien mental.

Suena el sonido del ascensor y salgo rápidamente, ya me estaba asustando, ese chico me conduce bien, y no tardaría en averiguar que me sucedió, mejor que no se entere, así nos evitará problemas.

Después de la jornadas de cada día, y evadir a Fabrizio a pesar de vientos y mareas, creo que ya estoy a salvo. Por hoy al menos.

Tomo mi bolso de la oficina rápidamente mientras apago la laptop, saco un caramelo de los bolsillos más pequeños y lo llevó a mi boca, es de fresa, uno de mis favoritos.

Cuando estoy por levantarme escucho cuando una puerta se cierra con fuerza y me sobresalto alarmada.

Fabrizio, ha entrado y cerrado la puerta con seguro.

Oh no no no no.

¿QUÉ HACE?

—No tengo la menor idea de porqué has estado evadiendome hoy, me tienes desconcertado, no he hecho nada malo—piensa—Creo. Y aún así, si lo hice, tienes que decírmelo y no escapar de mi y verme como si te fuese a comer.

Me mira mientras me señala y me fulmina con la mirada, una escena bastante cómica, un hombre con traje que a simple vista parece muy serio, insistiendome en que le diga lo que hizo mal mientras me señala y prácticamente me encierra en nuestra oficina ¡en contra de mi voluntad!.

—Oyeoyeoye, calmate, primero, no te evado... —Él me mira de forma obvia y yo sólo me limito a que mi caramelo no salga de mi boca mientras hablo, luego digo tranquilamente.—sólo evitó estar en los mismos lugares que tú. Y segundo, no hiciste nada mal, sólo que me caes mal por naturaleza—Me encojo de hombros y aunque noto que quiere sonreír por nuestra vieja broma, sólo se cruza de brazos esperando una explicación.



#36665 en Novela romántica

En el texto hay: destino, romance, metas

Editado: 06.05.2021

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