Caza Fantasmas

Capítulo 14

Despierto con un dolor de cabeza punzante, lentamente abro mis ojos encontrándome en el medio de la nada ¿Cómo llegué aquí? Estoy en un bosque en medio de la noche, todo me da vueltas, como si hubiera bebido.

Me levanto con dificultad, solo veo árboles y las estrellas en esta oscuridad ¿Dónde estoy? Tengo frío y miedo.

Cierro los ojos tratando de visualizarme en casa con todos los demás, pero solo veo imágenes de Wesley y yo que aún no han sucedido, como si fuera un sueño del cual no quisiera despertar. Siento mucho frío, pero no veo ningún fantasma.

"¡Aura!"—escucho, miro hacia todos lados, pero solo veo oscuridad inminente—"Aura soy yo Cecilio ¿Dónde estás?"

"No sé... tengo mucho miedo"

"Tranquila, sigue hablando conmigo"—nos comunicamos telepáticamente, otra vez ese frío intenso que me hace temblar.

"Solo sé que un fantasma estaba sobre mí y no recuerdo nada más"

"Lo sé, Darío nos contó todo".

"¿Estás con él? "—antes que me contestara, vi una luz que provenía de entre los árboles y de nuevo ese frío intenso—"¡Cecilio?"—no oí repuesta, ya no está—"Cecilio"—de nuevo no me contestó, decidí caminar hacia la luz, sé que no debería, pero no sé dónde estoy y quizás esa sea la salida.

Camino hacia la luz que poco a poco se va intensificando veo sombras, escucho risas.

¡Aura! ¡Aura! ¡jajajaja! ¡Aura! ¡Eres nuestra!—escucho y de nuevo me siento débil, todo me da vueltas.

Estás a unos pasos de morir ¡jajajaja! —de pronto aparece una sombra, cuando me enfoco para ver bien, lo veo a él.

WESLEY

La extraño mucho, esa chica ha hecho un nudo en mi cabeza, solo sé pensar en ella ¿Cómo está? ¿Qué hace? ¿Estará comiendo bien? ¿Estará con el idiota de Jean? no sé qué hacer solo quiero estar cerca de ella, cuidarla y protegerla de cualquiera que le haga daño, no tengo idea de cómo ha hecho que siempre esté preocupado y pensando en ella. El amor es tan complicado y es una palabra que asusta.

Llegamos al hotel y dejamos las maletas para ir al lugar del que Cecilio nos habló. En el camino decidí escribirle a Aura. 

Una fuerza que me dice escríbele y otra que me dice mejor no, pero le escribí.

"Aura ¿estás bien?"

Soné tan poco amable, no le dije ni "hola" no estoy acostumbrado a hacer estas cosas.

"Muy bien gracias y ¿ustedes?" 

Me contestó a los pocos minutos.

"Estamos bien, acabamos de llegar"

"Me alegro"

"Por favor cuídate, que ahora no estoy para protegerte, quiero regresar y que estés bien, por favor Aura"

Trato de sonar lo más amable que puedo, pero es que de verdad me preocupa ella.

"Te lo prometo, tú también cuídate, quiero que regreses sano y salvo"

Se preocupa por mi, eso me hace sentir extraño, pero bien.

"Eso haré, te quiero Aura"

Este último mensaje no lo pensé solo lo envié, me hizo sentir incómodo y ¿Si lo toma mal?

Esperé un rato y no me contestó confirmando mis expectativas, de que le incomodó.

Llevamos caminando casi toda Grecia y no encontramos la casa, hemos pedido direcciones y nada, es como si nos tuvieran caminando en círculos.

Esto no me gusta—dije ya disgustado—creo que nos quieren engañar.

Tranquilo Wesley—dice Cecilio—siempre dudas de todo...mira, ahí está la casa—llegamos a una hermosa mansión.

Horas después de haber caminado todo Grecia—agrega Ryan, no había hablado en todo el camino.

Si eres exagerado—niega con la cabeza.

Nos acercamos a la puerta y Cecilio toca el timbre. Un hombre alto y con un rostro terrorífico nos recibe.

Ustedes deben ser los caza fantasmas—asentimos—adelante—se abrió paso permitiéndonos entrar.

Por dentro es todo muy moderno y pintoresco. Seguimos al señor por un pasillo angosto, los tres intercambiamos miradas extrañados, pero seguimos caminado. Finalmente llegamos a una especie de oficina.

Esperen aquí, el señor Michelakis vendrá pronto—asentimos y el señor se retiró.

Cecilio, esto es muy extraño ¿No crees? —Ryan se me adelantó.

Si yo también lo creo ¿no te parece extraño que para que hablemos con ese señor nos tuvieran que hacer caminar casi toda la casa y ese pasillo tan angosto?

Lo sé esto es extraño, pero ya estamos aquí, vamos a ver que traman—Cecilio se sentó, siempre tan calmado, no le teme a nada ni a nadie.

Yo tampoco, pero ahora me preocupa no salir vivo de aquí y no poder volver a ver a Aura.




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