Escuché a Larisa gritar, Aura la ha golpeado, una vez que se tele transportó.
La golpeó varias veces hasta que ella uso la telequinesis haciendo volar a Aura por el aire, Aura se mantuvo en el aire ¿Qué es esto? ¿Levitación? Se acerca a Larisa pronunciando unas palabras.
—" ¡geldiaraztea zure gorputza!"—Larisa no se mueve.
—¿Qué me hiciste? —la ignora y camina hacia mí, me ayudó a levantarme, nos miramos unos segundos, segundos de felicidad por poder volver a verla.
—¡Ayúdennos!—Cecilio está luchando con todos y tienen acorralado a Jason.
AURA
¡Jason! La rabia brota por mis poros de solo ver como los atacan. No sé cómo lo hice, pero ya estaba atrás del hombre que tenía a mi hermano acorralado, acabo de descubrir dos habilidades más. Por suerte el día que había visto el libro de hechizos me aprendí un par y uno era el de paralizar, volví a pronunciar las palabras.
—"geldiaraztea zure gorputza"—quedó paralizado.
Mi hermano se liberó y al verme me abrazó, rápidamente empecé a ayudar a Cecilio que trata de paralizarlos también.
—Dame la mano—se la di—repite las palabras conmigo, muchachos cúbranse los oídos—me miró—¿lista?—asiento.
—¡¡GELDIARAZTEA ZURE GORPUTZA!!—gritamos y todos quedaron paralizados.
La verdad estoy sorprendida, tener esos poderes y esos hechizos no es nada que una simple persona pueda hacer.
Busqué rápidamente a Wesley con la mirada y se me cristalizaron los ojos, creí que no lo volvería a ver. Corro hacia él y sin dudarlo, sin importarme lo que el piense de mí, lo abrazo. El me rodea con sus brazos como si lo deseara al igual que yo, acaricia mi cabello mientras mojo su suéter con mis lágrimas, siento el calor de su cuerpo que tanto deseaba sentir.
Me separo buscando sus ojos y el los míos, sin pensarlo nos infundimos en un profundo beso, lo extrañaba tanto que sus besos me transportan a un lugar llenos de flores, la brisa que acaricia nuestro rostro, nuestras lenguas se buscan entre si, justo en este momento descubro que no puedo vivir sin él y el sin mí. Nos separamos por falta de aire, percatándonos que estamos flotando en el aire.
—¿Cómo bajo? —me asusto tanto que abrazo a Wesley. Siento su sonrisa.
—Ya estamos en el suelo—miro hacia abajo y efectivamente estamos en el suelo, Cecilio nos ha bajado con su telequinesis.
—Hermana—me volvió a abrazar Jason—¿Recuerdas que dije que me invitaran a otros de sus trabajos?—dijo cuándo nos separamos—retiro lo dicho—reímos.
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—¿Cómo sucedió todo? —pregunta Cecilio y le conté todo lo que sucedió en la piscina.
—Lo siento por haber leído el libro de hechizos sin tu permiso—bajo la mirada avergonzada.
—Tranquila, estas en todo el derecho tu bisabuela lo creó, aunque quería que estuvieran los dos para mostrárselo.
—Yo ¿Por qué?—pregunta Wesley con confusión.
—Tu bisabuela también ayudó en la creación de ese libro—la expresión de Wesley era inigualable.
—Aura ¿Qué bisabuela? —preguntó Jason confundido.
—Nuestra bisabuela de parte de Madre.
—¿Alejandra?—asiento—vaya, necesito conocer a mis antepasados, quizás tengamos un tatarabuelo millonario y no sabíamos—río.
Llegamos a casa y los chicos al vernos se abalanzaron hacia nosotros.
—Estábamos preocupados—percibo a Marlyn preocupada, pero no por mi—¿Están bien? —nos mira por todos lados, más bien a Jason.
—¿Le contaste a mis padres? —pregunté preocupada.
—Cómo crees, si les hubiera contado estarían con un ataque de ansiedad.
—Mejor que no les dijiste, ya sabes cómo está mi padre y esto lo empeoraría.
—Vayan a descansar, ya son las seis de la mañana, no hemos dormido en más de 24 horas—asentimos, Cecilio se despidió y se fue.
—¿Me puedo quedar a dormir?
—Claro—sonrío.
—Lo llevaré al cuarto de invitados—Marlyn lo jaló yéndose.
—Bueno que descansen—dijeron Darío y Ryan despidiéndose a la vez que soltaban un largo bostezo.
Quedamos los dos en un momento incomodo, todo lo que quería decirle lo olvidé, creo que en el momento las cosas solo salen. Se acercó lentamente a mí, como dudando si hacerlo o no, yo estaba paralizada ¿me habré hechizado sin darme cuenta? Sin previo aviso me abrazó, me relajé rodeándolo también. Su cálido cuerpo está tan cerca de mí, me siento tan bien, sabiendo que está bien sano y salvo.
—Te extrañé Aura—me susurró.
—Yo también, te extrañé—me acaricia la espalda mientras yo lo tenía sujeto entre mis brazos, como queriendo que no se aleje nunca más de mi—pensé que algo malo te había pasado.