Cazador

Soledad

Estaba acostado en el escritorio de David mientras el pasaba el huevo de una gallina negra sobre mí, podía sentir como mis huesos volvían a reacomodarse y a unirse.

—La próxima vez déjate matar, me ahorrarías mucho trabajo.

—Imbécil.

— ¿Estas bien? —me pregunto.

—Sí.

Apenas termine de responderle cuando sentí su puño en mi cara.

— ¡¿Qué mierda fue eso?! —grite.

—Ni se te ocurra volver a hacer eso, contactar con la entidades exteriores es en extremo peligroso, mira tu mano.

Observe mi mano y note varias líneas como tatuajes en ellas que parecían moverse además de mis venas de un color negro fuerte.

—Demonios ¿qué esto?

—Eso mi extremadamente inútil colega es un envenenamiento masivo causado por exponerse al poder de las entidades exteriores.

— ¿Envenenamiento? —pregunte.

—Entre más fuerte sea te vuelves más loco e inestable por eso contactar con las entidades exteriores es... ¿cómo se dice? A si, un acto insano, pero ten—exclamo dándome un frasco de pastillas—son vitaminas para combatir el veneno, son dos cada ocho horas.

Regrese a casa e ignore todas las advertencias de David sobre el libro, esa cosa era fantástica contenía magia de todos los rincones de la tierra Arabia, China, Inglaterra, África y América, pero solo leí un rato ya que estaban por ser las tres de la tarde.

Maneje al Starbucks de la última vez, ya en la caja pedí un café que no recuerdo como se llamaba creo que "Vomito de unicornio" o algo así y un panecillo. En fin una chica hipster se acercó a hablarme cuando de la nada sentí a alguien jalando me del brazo.

—Oh ahí estabas—comento Clarisa.

Fuimos a dar un par de vueltas por el parque y luego nos sentamos a jugar domino en las bancas.

— ¿Pasa algo? —le pregunte.

— ¿Por qué preguntas?

—Cuando eres investigador privado y abogado aprendes a leer a las personas.

—No es solo que mis padres no están de acuerdo con que sea tatuadora y yo solo...-suspiro y se llevó una mano a la cara— ¿Nunca has sentido como que si las personas que te rodean estuvieran vacías?

—No sé qué decirte además de que soy muy superior a ti en este juego—respondí poniendo una de mis últimas fichas—me hubiera gustado tener más tiempo con mis padres—la mire a los ojos—a veces las personas no están vacías, sino que solo están llenas de soledad.

Seguimos jugando un rato en silencio y luego me lanzo una pregunta.

— ¿Tienes tatuajes?

—Si algunos—me arremangue una manga del blazer dejando ver uno de mis tatuajes.

— N-noctu servo, noctu servies ¿qué significa?

—Un servidor nocturno sirve en la noche, también tengo uno que dice Anushkito en la espalda...es una larga historia.

—Claro—rio— y el de tu mano igual me gusta.

Recordé por un momento la escena de la noche anterior y entonces tuve en una extraña sensación sobre mí, nos estaban viendo, voltee a ver a todos lados hasta que di con unos tipos que no encajaban, llevaban dos horas sentados a lo lejos viéndonos directamente.

—MÁTALOS, MÁTALOS, MÁTALOS AHORA—grito una voz en mi cabeza.

—Se está haciendo tarde ¿no quieres que te acompañe casa? —le pregunte a Clarisa.

—Está muy lejos para ir caminando.

—Traigo auto.

Clarisa acepto que la llevara y durante el camino hablamos acerca de cosas que no recuerdo, le prestaba atención a los tipos que nos seguían en un pequeño munícipe dos autos atrás.

—Es aquí—exclamo ella, cabe decir que era un lugar muy vació—muchas gracias.

—Fue un placer—comente antes de que me diera un beso en la mejilla y bajara del auto.

Me estacione cerca y me quite el blazer quedándome solamente con una playera negra, el sombrero y la bufanda. Me baje del auto y me puse a observar a los dos sujetos que nos seguían.

Un rato después de haberlos despistado se estacionaron frente al edificio de clarisa y se dirigieron a este, saque las cadenas y una navaja del sombrero y me acerque a ellos.

Hice como que si me hubiera tropezado con uno y le clave la navaja en la garganta, le enrede las cadenas en el cuello a su compañero para que no hiciera ruido y a los dos los arrastre al callejo donde estaba el contenedor de basura del edificio.

Tire en el contenedor de la basura al muerto, el otro se había desmayado por la falta de oxígeno Así que incendie el cadáver y a su amigo lo lleve conmigo al lugar donde solía hacer cantar a los pájaros.

Estábamos en una vieja bodega que había comprado y tenía al tipo atado.

— ¿Donde esta Manuel? —pregunto al despertar.

—No, no, no amigo, respuesta incorrecta.

—Te juro que si le hiciste algo te voy a...

— ¿Me vas a qué? —lo interrumpí—tengo veinte litros de aceite hirviendo justo encima de ti, no quieres que te pase algo por accidente ¿cierto?

—Por favor ¿Dónde está Manuel?

—Bueno digamos que ahora es un cerdo asado.

El sujeto comenzó a llorar y retorcerse en la silla.

— ¡¡¡MANUEL, NO!!! ¡¡¡MI AMOR!!! !!¡MALDITO OJALA TE MUERAS!!!

Comencé a golpearlo.

—Shh, tranquilo no fue personal solo escogieron el lado equivocado del tablero, ahora si me dices lo que quiero te prometo que será algo rápido y sin dolor.

— ¡¡¡MALDITO!!! —me escupió—Preferiría la muerte antes que decirte algo.

—Como quieras

Le di otro golpe y le deje caer el aceite encima.

— ¡¡¡SALVE KAISER Y ARRIBA NUESTRO RECONOCIMENTO!!! —grito mientras el aceite lentamente quemaba todo su ser y lo mataba.



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En el texto hay: misterio, humor negro, sangre y muerte

Editado: 31.05.2020

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