Emily
A penas llegué al lugar acordado con Logan me lancé a sus brazos, me apretó a él con fuerza, sus típicos abrazos de oso, lo había extrañado como no tenía idea, verle aquí me resultaba increíble.
-Sentémonos a beber café.- indicó unas sillas vacías. - tomaron asiento y esperaron la orden, había tanto de qué hablar que ninguno sabía por donde empezar.
-¿Cómo me encontraste?- pregunté.- creí que te estableciste en Suiza.
-Lo hice, al mes de que te fuiste comencé a buscarte, pensaba que era un rabieta y mi pareja de ese momento me lo hizo ver así, estuve investigando tus posibles paraderos mas no di con ninguno, nunca dejé de buscarte, hasta que apareciste en el periódico... viajé en cuanto pude, tenía que verte, saber de ti.- sonrió melancólico.
-¿y qué pasó con tu pareja? La que oí por el teléfono, pareció como si abofetearan a alguien.- dije apenada, él asintió.
-Yo le pegué, te estaba insultando, es mi pareja temporal, resultó ser que Mateos solo quería mi fortuna y no volví a confiar en nadie hasta la fecha.- dijo bebiendo, vaya que rollo.- ¿Por qué cambiaste tu nombre?
-No lo he hecho, solo usé uno falso, no quería que averiguaran de mi.- me excusé rápido. Él pareció procesarlo.- Dime, conozco esa mirada acusadora
-Rose, investigaron todo de ti, soy millonario, ¿recuerdas? ¿Por qué...- parecía que no se lo creía, que tratara de decir cada palabra con precisión- ¿Por qué lo haces? Si necesitabas dinero... pudiste haberme pedido, entiendo lo de tu familia pero ¿conmigo?... ese chico, Martinson... ¿estás con él por dinero igual?
-Logan... por favor...
-No Rose, explícame.- se quejó, estaba enojado y aún así su voz no era violenta, una lágrima resbaló por mi mejilla y la borré abruptamente.- tienes que dejar esto, siempre cuidaré de ti y lo sabes, fue una promesa linda. - estiró su mano y yo le cedí la mía, claro que podía confiar en él, pero se enojaría si se enteraba.
-Entré en esto por diversión, sentía que nada tenía sentido para mi y... nunca quise decirte todas esas cosas Logan, realmente estaba feliz de que tuvieses a alguien pero estaba amargada y ver la habitación de Dylan todos los días me estaba matando... tenía que huir de cierto modo, no lo hago por dinero, no del todo, no les dejo sin nada, solo lo suficiente para humillarlos por haber sido tan tontos... - suspiré conteniendo un sollozo, tenía que dejar de ser tan nena.- era mi modo de averiguar quién fue... hasta que la hermana de Martinson me contactó, sabe mi pasado y me ofreció a cambio de robarle la fortuna de su hermano para ella, la dirección de Leon... - tras decir esto, su semblante cambió, parecía analizar la situación, leer lentamente entre líneas cada cosa que decía, soltó mi mano de su agarré. Esperé unos segundos más antes de continuar.- Solo quiero que pague, que sepa lo que se siente... que sepa cómo duele.- hablé desde la rabia acumulada que cargaba.- pero... pese a todo, Martinson es como un niño... y me agrada, lo suficiente, más me agrada su madre, ella... ella ha sido como una madre para mi y por ella no le haré daño a Martinson, tengo un plan para salir ventajosa de todo... por favor, no me mires así.- supliqué, Logan negó.
-Creí que habías madurado.- sonaba molesto.- Pero te conozco, lo suficiente como para saber que no cambiarás de idea ¿no? - yo negué, él me conocía tan bien, que sostuve la mirada. Suspiró con pesadez. Su teléfono sonó haciendo que se parara a hablar. Tomó distancia y bebí el segundo café de la noche. Me sentía agotada, pero a la vez aliviada. Cuando volvió parecía serio.
-¿ocurre algo?- pregunté preocupada.
-Vaya novio que me conseguí, se llevó cosas del hotel y me dejó la suite destrozada.- bufó, yo reí, le acompañé a ver, realmente era un tipo loco, le sacó todo al pobre. Le ayudé a ordenar mientras charlábamos, realmente le había extrañado, él siempre fue mi soporte, el mío y de nuestro chico. No había necesidad de que se quedara en un hotel, por mucho lujo que este tuviera, se iba a quedar una temporada, por lo menos eso me dijo, sé que en el fondo espera que me vaya con él y no desistirá hasta conseguirlo. Cogió todas sus cosas y las subimos a su auto para conducir hasta mi apartamento. Para darle un espacio tuvimos que sacar todas las cosas de la habitación que tenía con llave, donde guardaba muchos documentos y cajas de recuerdos, ropa vieja, y esas cosas.
A los días Maggie apareció por mi puerta, se veía calmada, no habíamos hablado desde que le confesé todo. Me observó dubitativa, entró con calma. Logan salía recién de la ducha, seguramente iba a malpensar.
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Editado: 02.07.2019