Cementerio de recuerdos

Capitulo-7-

Correas sujetan sus brazos, así como sus piernas. Por más que había gritado, por más que había intentado levantarse no lo había logrado, el sedante empezaba a hacer efecto y su voluntad quedaba anulada, no le quedó más remedio que rendirse y esperar a que el médico lo soltara.

Había cumplido diecisiete años hace pocos días, nadie le había hecho ninguna comida especial, ni ningún regalo, ni su madre se había puesto en contacto con él. La última vez que hablo con ella fue hace ya algunos meses en la que le había dicho que iba a irse a vivir a otra ciudad.

—Estás más tranquilo, Raúl.

—Sí, Marcos, ya estoy más calmado. Pero no entiendo porque siempre soy yo el que las paga, cuando sabéis que yo no busco problemas.

—Tienes la mala virtud de estar en el lugar donde hay pelea, y si no tú te la buscas, así que no me vengas con que eres un bendito.

—No sé porque llamáis a estos centros, "Reformatorios", aquí no se reforma nadie, aquí lo que haces es sufrir o que el carácter se haga más fuerte y violento.

—Muy cierto. Pero tenéis en vuestras manos herramientas para aprender algún oficio, o mejorar en los estudios, algo que os puede servir para cuando estéis fuera. Y según leo en tu informe, tus notas académicas son malas, o muy malas y nulo tú interés en aprender un oficio.

—No quiero estar aquí.

—Ninguno de los que aquí trabajamos hemos tenido que ver para que tú estés aquí. Pero si intentamos ayudarte para que puedas cambiar.

 

El sedante ya estaba  haciendo el último efecto, y poco a poco se fue durmiendo, sus palabras ya no tenían ningún sentido, y sus ojos se cerraban con la imagen del médico en su retina.

 

Cuando se despierta siente una mano que acaricia su pelo. Intenta mover sus manos pero las correas siguen apretándole las muñecas. Quiere girar su cabeza pero solo logra ver parte del cuerpo, pero no la cara,  de la persona que está a su lado.

—¡Oh, Raúl! Así me gustaría verte en mi cama, desnudo y atado haciendo que ....

—¡Jaime! No me toques o te reviento. —lo dice mientras se revuelve violentamente.

—¡Ummmm! Me pone mucho esa actitud que tienes, disfrutaría mucho doblegando tu voluntad, mi potro salvaje.—y diciendo esto le besa en la boca, y su mano se desliza por dentro de su pantalón— Mira que caliente está, ummmm.

—CABRÓN, CUANDO ME DESATEN TE VOY A MATAR. —Y se agita aún con más fuerza haciéndose sangre en sus muñecas.

 

El enfermero se ha ido antes de que el médico entrara en la habitación al escuchar los gritos. —¿Sigues en la misma actitud?

—Ha sido él, ha sido ese maricon de Jaime, cuando me desates lo voy a matar.

—Aquí no hay nadie, ¿qué te pasa con nuestro enfermero?

—ESE CABRÓN NO VA A TOCAR A NADIE MÁS CUANDO LE ARRANQUE LAS MANOS.¡ ME OYES JAIME!, ERES HOMBRE MUERTO.

Ante la actitud nerviosa y los gritos que seguía dando decide ponerle otra dosis de sedante.

—No me sedes por Dios, no me sedes, ese es capaz de venir cuando esté dormido y violarme.

—Deja de decir tonterías aquí nadie te va a hacer daño.
 

El sedante vuelve a hacer su efecto y Raúl, a pesar de resistirse con todas sus fuerzas, vuelve a quedar dormido.

Una llamada a su móvil hace que tenga que volver a la oficina. Momento que el enfermero aprovecha para colarse en la habitación.

Las amenazas que le gritó Raúl han surtido efecto y Jaime teme que realmente cumpla sus amenazas cuando esté libre. Le hubiera gustado tener algo más con él, pero ahora es más el miedo que el deseo lo que siente. Se acerca al cajón donde guardan el instrumental médico y coge un bisturí. Con cautela se acerca hasta la cama donde está atado y le acaricia con suavidad la cara, le besa mientras con su mano derecha acerca el bisturí a su cuello. Él nunca ha sido un valiente, toda su vida ha estado ocultando su sexualidad, sabe que cuando se descubra todo se va a precipitar y la muerte será el menor de sus problemas.

Con movimiento rápido corta la piel y las venas del cuello, la sangre brota a borbotones manchando las sabanas blancas. Aprieta los puños mientras la vida abandona su cuerpo.



#2486 en Novela contemporánea

En el texto hay: amor

Editado: 23.03.2022

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