―Fred me dijo acerca de las habilidades de sus padres, y se acerca de las de tus padres y de Abue pero ¿Qué sobre todos los demás?
―Bueno, tengo un tio que puede ver el futuro, solo por cincuenta segundos, pero aun asi ―Me quede boquiabierta, pero el siguió adelante―Su esposa puede ver mas alla de una persona. Mi otra tia puede reconocer cualquier hierba, especia, planta, árbol y sabe exactamente que hacer con ella. Puede decir que planta va a curar la fiebre luego darse la vuelta y hacer el quinche mas malvado que jamas hayas tenido. Ella es increíble. Y luego su esposo puede hacer que cualquier cosa crezca. Al igual que en este mismo momento, puede hacer que un árbol crezca a su tamaño completo delante de tus ojos. Increible. Cuando eramos niños, hacia que vinas nos persiguieran por el patio ―Entonces se echo a reir― Y luego tenia este primo...
Sonrei y rei y no pude evitar notar el cariño y el orgullo que sentía por su familia cuando siguió hablando de las habilidades de cada uno. Pude ver lo que las habilidades complementaban uno a otro cuando eran pareja. Todas las habilidades de los miembros casados de su familia iban mano a mano con el otro. Me encontré a mi misma ansiosa y mareada un poco al pensar en que habilidades serian las mias y las de Fred. Entonces pensé otra vez en Fred y el dolor de las piernas y brazos se puso peor.
Llegamos al parque y nos sentamos en los columpios. Me rei mientras se mantenía subiendo mas alto que yo, en un desafio silencioso. Caminamos por el puente y me conto que estaba deseando llegar a la universidad y pregunto si Fred me había convencido sobre ir también. Lo mire con curiosidad y solo sonrio y se encogio de hombros diciendo que conocía a su primo.
Se suponía que estaría con Fred en su apartamento, pero al parecer no funcionaria ahora. Me sentí mal por el y le asegure que si tomaba la decisión de ir, y yo aun no lo había decidido, seria mas que bienvenido a quedarse en el apartamento con nosotros. Sonrio con tristeza y dijo―: Vamos a ver.
Eventualmente empezó a brizar y hicimos nuestro camino fuera del parque. Luego empezó a llover, era una lluvia torrencial. Se quito la chaqueta y la sostuvo sobre nosotros, tratando de caminar rápidamente a mi casa. En el momento en que llegamos allí estaba empapada y goteando, congelándome, y mis dedos estaban entumecidos.
―Emma, lo siento mucho ―dijo con fervor en mi porche― No tenia idea de que llovería. Estaba agradable antes.
―Esta bien ―dije, mis dientes castañeaban.
Mi padre abrió la puerta y me llevo en la escena.
―¡Dios mio, Emma! Entra. Adam, tu también.
―No, señor, gracias. Voy a volver a casa.
―Adam ―dijo con firmeza― No voy a dejar que vayas a casa asi. Trae tu culo aquí mientras voy por mis zapatos y luego conduciré. ―dijo sin dejar espacio a discusión.
―Si, señor.
Adam había estado en mi casa muchas veces durante los años. Nuestro grupo solia venir aquí y ver películas a veces juntos y siempre repartíamos dulces de Halloween a los niños en mi casa. Era una tradición, pero ya no más. El año pasado fue el primer año que no lo había hecho desde que estaba en tercer grado. El entro detrás de mi, mientras mi padre me empujaba hacia las escaleras.
―Ve a tomar una ducha caliente, ahora mismo. Te comprobare cuando regrese. ―dijo papa.
―Claro. Chau, Adam. ―dije en tanto papa se iba en busca de sus zapatos―Y gracias.
―¿Por ahogarte? ―pregunto sonriendo.
―Por pensar en mi y tomarte el tiempo para explicarme cosas. Realmente lo aprecio.
Se encogio de hombros.
―Bueno, eres una de los nuestros. Es justo que sepas en lo que te estas metiendo. ―intervino el y sonrio. Me rei en voz baja mientras mi padre entraba.
―Vamos, Jacobson ―Me miro― Tu. Ducha. Ahora.
―Esta bien, esta bien.
Mientras subia las escaleras, cargando agua de lluvia, esperaba que mi papa me comprobara mas temprano que tarde, asi no tendría que preocuparme sobre el viniendo para encontrar a Fred en la cama de su hija.
Despues de mi ducha, me puse la pijama y baje a buscar algo de comer, pero mi garganta ya estaba empezando a doler asi que me decidi por un vaso de jugo en su lugar y volvi a subir para sentarme en la silla y esperar. Habia pasado casi una hora desde que llegue a casa y ya me sentía enferma.
Suspire en agravación. Un poco de lluvia e iba a tener gripe y faltar al trabajo. Oi que llamaban a mi puerta y mi papa se asomo dentro.
―¿Como te sientes?
―Bien ―le mentí para que no pasara toda la noche comprobándome― Gracias.
―¿Como estuvo el trabajo? ―pregunto mientras se acercaba.
―Bien. Me obsequiaron esto.
Le mostre la pulsera todavía en mi muñeca. La examino y sonrio.
―Muy bonito, ¿porque fue?
Me resisti a decir y ahora deseaba no haberla mencionado en absoluto.
―Regalo de graduación ―murmure en voz baja.
Papa no me había obsequiado nada, apenas me dijo algo, excepto un mascullado felicidades y me había pasado todo el dia de graduación lavando ropa y platos mientras el miraba la televisión.
―Oh ―dijo, y miro a su alrededor mas avergonzado de lo que nunca lo había visto. Pero entonces esbozo una débil sonrisa.―Bueno, eso fue lindo de su parte.
―Si, lo fue.
―Tendre que darle las gracias a Big John, por cuidar de ti ―Se puso en cuclillas delante de mi silla― Emma, se que ya lo he dicho, pero siento que tengo que decirlo otra vez. Lo siento.
―Esta bien, papa. Te perdono, eso significa que es todo. No te preocupes por eso, eres mas de lo que había esperado ahora.
―Y tu eres dulce por perdonarme, pero un padre no puede pretender que no abandono a su hija durante meses, mientras el daba vueltas alrededor. Te prometo que voy a hacer lo posible para hacer las paces contigo. Te amo, niñita.
Acepte su abrazo fuerte y sordo.
―Te amo también, papa.
―Bueno, buenas noches.
―Buenas noches, papa.
Espere hasta oir sus pasos en la escalera y luego fui a cerrar la puerta. Me tumbe en la cama y sentí mi garganta con mi mano. Era un incomodo dolor y estaba muy cansada ahora. Sabia que tenia que levantarme. Mire el reloj y vi que era solamente las 9:30 aun. Tenia que levantarme, no dormir cuando Fred no estaba aquí. Pero eso no es lo que paso.
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Editado: 25.11.2024