La sala era espaciosa e inmaculadamente blanca, todo en ella era blanco, los muebles, las paredes, los adornos y la mesa que sostenía un televisor negro y amplio. Se sentaron en los sofás, que también eran blancos para variar, en el medio había una mesa ovalada y de vidrio y sobre ella se encontraba un bol con frutas y un teléfono fijo de color rojo sangre, era lo que más destacaba en la habitación. Su padre le alcanzo el teléfono para que marcara el número de la comisaría, puso el altavoz y los seis escuchamos en silencio los timbres del teléfono, sonó cuatro veces antes de que contestaran.
―Comisaria ¿En qué le ayudo? ―esta voz era exactamente igual a la que les había atendido cuando habían llamado en el club, esperaba que eso no fuera un problema, era posible que el hombre no quisiera dar información si ya era la segunda vez en el día que le preguntaban por la misma persona.
―Buenas noches oficial. ―la voz gruesa de su padre destilaba autoridad― Le habla el detective Stanton de Boston, quisiera obtener información acerca de una residente.
― ¿Nombre?
―Es la señorita Kent.
―Pues que coincidencia, detective Stanton. ―dijo con voz irónica el hombre―Hace unos minutos llamaron para obtener la misma información.
―Mi sobrina es amiga de la chica.
― ¿Comprende que la chica en cuestión pidió que no se diera ninguna información?
―Lo comprendo, mas eso no se aplica a un detective ¿Cierto?
El silencio consumió la línea― Cierto. ―concedió el hombre― Ya que usted aparece en el sistema, le daré la información que necesita, pero esta no debe ser comprometida, es por la seguridad de la chica.
"Seguridad de la chica" eso no sonaba bien, sonaba como a las películas de acción ¿Era la situación más grave de lo que imaginaron al principio? ¿En qué clase de problemas se había metido esa chica que había tenido que salir pitando sin dejar rastro? Tal vez April no la conocía tan bien como pensaba, ¿Drogas tal vez? Su cabeza barajeo diferentes alternativas, pero no comprendía aun porque ni siquiera se había preocupado en telefonear a April.
―Entiendo oficial.
―A ver, veamos, la señorita Kent ―pudo escuchar lo que seguramente era el sonido de carpetas siendo apiladas― Se presento el martes por la mañana con una denuncia de agresión e intento de violación. ―el aire se seco, el no había barajeado esas opciones― La revisión médica mostro heridas en cicatrización y las nuevas van desde contusiones craneales hasta lesiones intercostales, ella dijo que no tenía ni familiares ni conocidos, no dejo teléfono celular y dijo que si querían comunicarse con ella fuera a través de su correo electrónico, no indicó a donde se dirigía.
Todo parecía haberse detenido.
April escribió en un papel con letra temblorosa y se lo mostró a mi padre para que no lo escuchara el oficial al teléfono.
¿Y su padre? Ella vive con su padre.
―Entiendo oficial, quisiera preguntarle, ella indicó que no tiene familiares ¿Qué hay de su padre?
―Su padre es el agresor. ―silencio, creo que ni siquiera se escuchaban nuestras respiraciones- Tengo aquí en su información personal un número de fax ¿Desea que le envíe el expediente?
―Sí, gracias.
―Hecho, que pase buenas noches. ―y colgó. El tipo de verdad era bastante maleducado.
Pasaron varios minutos en completo silencio, puede que él no conociera a la chica, por lo que se le hacía difícil entender la situación por la que debía estar pasando en este momento Aphril, pero él podía imaginarse que pasaría si a alguna de las personas más cercanas a él estuvieran en la posición de Kent, era algo bastante sorpresivo, se sentía como si de pronto se hubiera golpeado contra una pared, eso era lo que menos había esperado.
Todo estuvo quieto hasta que se escucho un pitido que indicaba que se había terminado de recibir un documento en el fax que se encontraba en uno de los tramos de la mesa del televisor, habían estado tan absortos que no se habían dado cuenta de las hojas que al salir del fax se fueron desparramando por el suelo.
April enfoco los húmedos ojos en el fax y corrió hacia el, se tiro al suelo y recogió todas las hojas colocándolas sobre la mesa del centro; eran unas nueve o diez, su madre se levanto y saco de una gaveta una carpeta amarilla y una engrapadora, ayudo a April a ordenarlas según el numero de pagina y a engraparlas en un solo volumen a la carpeta, le beso la frente, le acarició el cabello y la llevo a sentarse de nuevo en el sofá y después se fue para la cocina diciéndole que le prepararía un té.
April sostenía el expediente con manos temblorosas, la chica sin duda estaba perdiéndolo.
―No entiendo nada de lo que dice ¿qué significan las heridas previas? ¿LESIONES INTERCOSTALES? ―chillo con fuerza, su cara era de angustia y desesperación, sus ojos parecían un poco desorbitados y las manos que hojeaban el expediente parecían temblar como pulso de borracho.
Sam la sentó en su regazo y le abrazo con fuerza, si no la sostenía, la chica seguro se desarmaría. Su padre tomo el expediente y lo leyó detenidamente, cuando termino alzó su cabeza y los miró a todos; en ese momento su madre entro en la sala y le ofreció la taza de té a April, ella lo sostuvo en sus manos pero no tomo, su madre se sentó junto a su padre y espero en silencio.