12 de agosto del 2021
Verano,cálido y seco,ideal para ir a la playa en familia,pasar momentos felices y captarlos en fotos para que los recuerdos nunca se pierdan. Ojalá esa fuera mi suerte. Pero el destino no lo quiere así.
Me hallaba tranquilo, admirando el bello atardecer. Debía despejar mi mente de todo lo que me estaba pasando. No habían sido unos muy buenos meses y todo me estaba volviendo loco. Ya no podía soportar esto,pero debía ser fuerte por ella.
Unos golpes que provenían de la puerta principal hicieron desaparecer la paz que había en el ambiente. Suspiré profundamente y me levante del cómodo sillón,dirigiéndome hacia la puerta,con cierto nerviosismo,para atender a los visitantes.
Mis manos temblorosas giraron la manija de la puerta,con una sensación de ansiedad en el pecho. Cuando la puerta se abrió,los vi. Mis padres,parados enfrente de mí,sonriéndome con alegría. Una enorme felicidad me abarco por completo,no los veía desde hace años y me agradaba verlos de nuevo.
—¡Hijo! —exclamó mi madre,contenta,y extendió sus brazos en el aire,dispuesta a abrazarme.
—¡Mamá! —hablé del mismo modo, y la abracé,sintiendo el calor de su abrazo.
—¿Como has estado,hijo mío? —preguntó mi padre,dándome pequeñas palmadas en mi espalda.
Me separé de mi madre y abracé a mi padre con entusiasmo.
—Es bueno volver a verlos —me separé de mi padre—¡Pasen,por favor! — me hice a un lado para que entraran.
—Con permiso —dijo mi madre adentrándose a la casa junto con mi padre.
Entré y cerré la puerta detrás de mí,guíe a mis padres hacia la sala de estar,ofreciéndoles hospitalidad.
—Nos hace muy feliz que nos invitaras a cenar,te extrañabamos mucho en casa — hablo mi madre con melancolía.
—Lo sé,pero necesitaba tiempo para pensar mejor las cosas —expliqué algo pensativo—. Pero eso ya no importa,lo que importa es que estamos juntos de nuevo—dije sintiendo alegría en mi interior.
—Sabemos lo ocupado que estás hijo y que las cosas con Elena no están yendo muy bien —dijo comprensiva mi madre.
—Si —suspiró pesadamente—,pero bueno,mejor hablemos de otra cosa,¿cómo han estados ustedes?—pregunté evitando el tema anterior.
—Bueno,no nos podemos quejar —hablo despreocupado mi padre—,el negocio está prosperando y hemos tenido muy buenas ventas últimamente.
—Me alegra saber eso,es bueno ver que a pesar de todo están bien —les sonreí.
—Bueno y ¿como te ha ido a ti? —se acomoda mi madre para escucharme atentamente.
—Nada mal,creo —una sensación de inseguridad me invadió—. No tengo quejas o problemas con el dinero,así que estoy bien,por ahora.
—Por cierto hijo,¿Cuándo piensas irte de Tampa? —preguntó preocupada mi madre.
—¿Qué? —le respondí confundido—,¿Porque me iría de Tampa?,no tiene sentido.
—¿No debías ir a Boston a ver a Elena? —cuestiona mi madre.
—Ah,no,ella se mudo hace un par de meses a una ciudad cerca de aquí,me dijo que se quedarían allí por un tiempo y que en unos días vendrían a verme,ya que no me quiso decir en donde vivian —dije recordando.
—Espero que todo su asunto se arregle,la pobrecita no debe estar pasando por eso —hablo mi madre con razón.
—Ya lo sé,¿pero que esperas que haga?,elena quiso las cosas de este modo,es su culpa que ella sufra —hable sintiendo cierto enojo y suspiré frustrado—. No hablemos más de esto,por favor.
—Te entendemos hijo,a nosotros también nos tiene histéricos este hecho,pero debes calmarte y pensar que todo va a estar bien —dio ánimo mi padre.
Asentí y suspiré profundamente,a pesar de todo él tenía razón,no tenía que agobiarme tanto y debía relajarme si quería que las cosas salieran como las había planeado. El silencio invadio la habitación,ninguno sentenciaba ni una palabra. Una incomodidad nos abarco,había tanto que contar y mucho que decir,pero las palabras no querían salir.
—¿Que tal si comienzo a cocinar antes de que se haga más tarde? —rompió el silencio mi madre.
—Si,¿necesitas que te ayude en algo? —me pare del sillón.
—Ah,no hijo,esta bien,yo lo hago —sonrió mi madre—. yo creo que tú y tú padre tienen mucho de que hablar —hablo y se dirigió a la cocina.
—Pero... —la vio irse—. De acuerdo,parece que ahora sólo somos tú y yo,hijo —dijo mi padre son saber que decir.
—Si.. —musite.
—Escucha hijo,sé que te sientes presionado con ese asunto,pero trata de relajarte un poco y deja de pensar en ello —hablo con serenidad—. Tu madre tiene razón,esto le afecta a ella y sabes que no es bueno para su salud.
—Sí,pero si elena lo decidió así no hay nada que yo pueda hacer —hable intentando hacerle entender—. Sólo debo limitarme a esperar noticias del abogado.
—Espero que se apure y que deje de pedir más tiempo,no le pagas para nada —reprocho mi padre con enojo.
—Ya lo sé,pero estas cosas no son de las que se resuelvan de la noche a la mañana,todo tiene su tiempo, y no tengo más remedio que ser paciente y esperar a que él me dé noticias —repliqué.
—¿Ya has intentado hablar con ella? —preguntó él más calmado.
—No se puede razonar con esa mujer —suspiré—,es terca igual que su padre.
—Tal vez deberías intentarlo,no sé sólo digo —se encogió de hombros.
—Sí,pero de qué serviría,ella ya decidió hacer las cosas de este modo y desde un principio me aclaro que quería que esto fuera así —hable sintiendo algo de frustración.
—Sólo inténtalo,ya sé que no quieres saber más de ella y que todo esto termine,pero si lo único que haces es esperar y no intentas llegar a un acuerdo con elena,nada va a funcionar —explicó mi padre—. La única forma de que ella no siga sufriendo es que ustedes dos hablen,¿Cómo piensas que sigo con tu madre?,es porque nosotros hablamos sobre nuestros problemas y no involucramos a los demás,hijo,tienes que aprender a solucionar tus problemas hablando tú,no que hablen por ti —dijo un poco impaciente.