Cinderella Story ~ El joven mosquetero

~25~

-Buen viaje- dijo Jules decaído cuando su familia estaba a nada de irse.
-No te pongas asi. Volveremos- le consoló Gustave mostrando que extrañaría a su hijo menor.
-Los voy a echar mucho de menos- dijo sin lagrimas en el rostro como esperaría. Aunque bueno Jules jamás soltaba una lágrima cuando se marchaban o regresaban, cosa que se le hacía muy rara. Pero se tomaba como parte de las rarezas de Jules.
-Promete que cuidarás está casa.
-Trataré de mantenerla en perfectas condiciones en su ausencia y espero que me puedan traer algo de su viaje.
-Me parece un buen trato. Lo que te traigamos lo adorarás lo prometo- aceptó su padre pensando en llevarle un libro o algo que sea interesante para que el descubra su funcionar y se lo explique. Cosa que le gustaba de su hijo, jamás decía un no a conocer algo y a explicárselo a su padre maravillado.
-Los extrañare- lo abrazo Jules y Gustave aceptó su abrazo.
-Padre ya estoy listo- dijo Eric llegando dónde su familia listo para partir.
-Perfecto, cuánto más rápido nos marchemos. Más rápido regresaremos. Deseanos suerte Jules y reza por nosotros- dijo Gustave subiendo con prisa el carruaje con su hijo mayor detrás suyo.
-Suerte en su viaje- se despidió Jules y el carruaje partió. Mientras el chico se despedía con la mano y gritando.
-Que hermosa actuación. Hasta me llegó a mi corazon danés y según tú no los manipulas- dijo Klaus serio recargado en la puerta de entrada.
-Es necesario que me despida de mi familia de sangre- se defendió Jules serio.
-Pero no era necesario tanto. Aunque hay que ser honesto tu forma de ser con ellos y manipularlos es sorprendente.
-Callate. Es un mal necesario y también necesito a ese par aunque me cueste admitirlo- dijo Jules marchandose rumbo al establo, dónde los esperaba Dastan.
-¿Y eso?- lo siguió el danés.
-Tengo mis motivos para hacerlo.
-Si tu padre te viera ahora.
-Si supieran que eres danes- contesto Jules dejando satisfecho al danés.
-¿Listos?- preguntó Dastan cuando los vio.
-Siempre- sonrió Jules y empezaron con las clases. Las cuales terminaron con los 3 enseñando y aprendiendo cosas.

-Derecho- le regañó Dastan a su hermanastro cuando le estaba dando clases de esgrima.
-Cuesta estarlo- contesto Jules, el chico con tanto movimiento no podía mantener la postura, pero en el resto podía perfectamente. Mientras el otro chico miraba maravillado de como Dastan parecía otro chico.
-Si se puede, solo te falta practica- empezó otra práctica y su hermanastro se pudo defender por poco.
-La postura es algo importante. Y tranquilo lo dominará- calmo la cosa Klaus recordando como rápidamente Jules pudo tener la pose correcta para lanzar cuchillos.
-No me sorprende. Es bueno, solo le falta la postura y no perder la concentracion- dejo en el piso Dastan a un Jules muy asustado.
-Le falta experiencia, está aprendiendo- dijo Klaus sorprendido viendo como con cuánta facilidad Jules cayó.
-Lo se, pero aún así le gana por mucho a ese par juntos- se burló Dastan y los 3 rieron.
-Mi padre no sabe de nada más que mostrar su poder. Y hoy todos están tranquilos y todo a que ellos no están- sonrió Jules.
-Eso y porque tu padre pidió que te hicieran caso y todos sabemos que tú no odias a todos- comento Klaus tranquilo, todos decidieron tomarse más con calma la limpieza y el cuidado. Y por lo que medio sabía así era antes de los Musset la cuestión.
-¿Y que paso con el agua?- preguntó Jules recordando el tema.
-Tu padre me hizo el otro día traer agua para aguantar una temporada. No quería que saliera de aqui.
-Eso suena a qué día tan pesado fue ese y que bueno que podemos entrenar aqui- sonrió Jules.
-Puede, aunque en si de seguro me pedirán que traiga algo y ese día te enseñaremos en forma a montar- contesto Dastan y el otro chico no pudo esconder su alegría por la noticia.
-Jules bajale te oirán- le pidió Klaus despues de un rato.
-Lo siento, es que como no está mi padre me siento de maravilla.
-En guardia- lo interrumpió Dastan y ahora el chico lo hizo con más ganas y sorprendiendo ahora a ambos.
-Derecho… tranquilo… cuidado… ya casi lo tienes- le decía Dastan a su hermanastro.
-Jules- dijo Klaus para llamarle la atención pero no le hizo caso.
-Tranquilo, ya lo tienes- sonrió Dastan orgulloso y el chico solo sonrió aunque todos sabían que esa sonrisa no mostraba completamente lo que el sentía. Hasta que la noche llegó y con eso la hora de cenar.
-Mañana puede que te duela el cuerpo, pero conforme pase el tiempo se irá el dolor- dijo Dastan cuando terminaron de ordenar el establo, todos se veían y sentían exaustos.
-No creo que le duela mucho. Lo mantengo algo en forma- sonrió Klaus mostrando que Jules y el ya tenían rato en eso.
-Pero aún así le dolerá.
-El sabe que le dolerá.
-No me sorprende- acepto rendido Dastan, se fueron a cenar y después a dormir.



#18430 en Otros

En el texto hay: cenicienta, mosquetero

Editado: 19.04.2022

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