Close to you

Capítulo V: Confrontación

– ¿Qué haces solecito?– me pregunta Tiare entrando a nuestra habitación.

–Tengo examen de estadística– contesto sin quitar mi vista de la calculadora.

–Te ira bien, estadística es tu fuerte– me quito los lentes y volteo a verla y lo que mis ojos ven me sorprenden, Tiare vestía unos shorts debajo de la nalga, una blusa con un gran escote en “v” y un blazer negro.

– ¿Vas a salir?– pregunto viendo cómo se pinta los labios con un tono rosa nude.

Mi amiga duda en decirme bien su plan, pero lamentablemente ella no puede ocultarme nada porque o se le sale la sopa o me termino dando cuenta. Estoy en el pequeño escritorio de nuestra habitación, esto lo aprovecha Tiare para acercar una silla y sentarse frente a mí con una sonrisita emocionada.

Oh oh.

–Ok, Ok– me dice riéndose como tonta– Alan y yo vamos a ir a comer.

–Y…– la miro con confusión y sin saber el motivo de la emoción ya que los dos son amigos desde hace años.

–vamos a ir los dos solos, en plan cita.

–Hubieras empezado por ahí– respondo con una sonrisa ya que mi amiga siempre ha tenido una pequeña atracción hacia Alan pero lamentablemente Alan no se había mostrado tan interesado en Tiare– pues ve y disfruta tu cita.

–muchas gracias, bebe– me dice y pasa un brazo por mi cuello, nos abrazamos fuertemente– ni creas que se me olvida que aún no me cuentas de tu cita con cierto maestro.

La noche pasada los chicos me estaban esperando porque no avise que iba a salir y con el tema de inseguridad y eso pues se mostraron preocupados. Anoche entre emocionada y vi cinco pares de ojos viéndome fijamente, me imagine mis labios hinchados, mi sonrisa enamorada y ya veo porque Jocelyn comenzó a reír, me avergoncé  un poco y decidí irme directamente a la habitación que comparto con Tiare y preferí guardarme los detalles para hoy.

–cuando regreses te cuento– digo lacónicamente y por ultimo digo–ahora vete o Alan se desesperara.

Veo a mi amiga salir del cuarto emocionada y sin más sigo estudiando porque la carrera no se terminara sola.

Wey ya está la comida– ingresa Jocelyn a la habitación después de un rato.

–No tengo hambre– era la verdad, había comido hace rato un vaso de mango. – ¿Qué?–Pregunto ante la cara enojada de Jocelyn.

–No quiero que empieces con tus estupideces– me señala con el dedo y continúa su discurso de mamá osa– te dejare parte del pollo y tu ración de ensalada para al rato y no quiero que dejes nada.

–Jocelyn tranquilízate –contesto soltando una risita nerviosa– cuando me de hambre comeré lo que me dices.

–es en serio Andrea, si vas a dejar de comer por dejarle de gustar a ese tipo será mejor que lo dejes por la paz.

–Amiga– suspiro con cansancio– comí mango hace rato, no te preocupes.

 

Eran las cinco de la mañana cuando sonó la alarma, me levanto y voy hacia el baño, tomo una ducha rápida, me visto con jean azul, una blusa negra básica y añado una chamarra rosa como toque “especial”.

Salgo de mi habitación a las seis y en la sala se encuentra Benjamín, se veía medio dormido y solo llevaba un short de los que usa para ir al gimnasio y una playera blanca.

– ¿Estas lista?– pregunta y después suelta un bostezo, asiento a su pregunta –¿no se te olvida nada?

–No Ben– digo riéndome.

Los dos salimos del departamento y nos encaminamos hasta la esquina donde tomo el camión.

– ¿Cómo te fue ayer?– pregunta Benjamín de repente. Trata de no demostrar su incomodidad pero sé que no le parece el hecho de que haya salido con Ernesto.

–bien, gracias por preguntar.

– ¿te llevo a su casa?

–no, fuimos a un restaurante japonés y después me trajo al departamento. – veo el camión acercarse y levanto mi mano para indicarle al chofer que se pare. –nos vemos después.

Voy subiendo el primer escalón del camión pero la mano de Benjamín detiene mi avance, volteo a verlo y solo dice:

–solo ten cuidado, Andrea y suerte en tu examen.

 

– ¿Cómo les fue en el examen?–pregunto a mis amigas cuando salgo del examen de estadística, cabe destacar que fui la última en salir.

Wey ese examen esta para sacarse un diez– dice Luisa con presunción. –¿Por qué tardaste tanto?

–es que no me acordaba de la pregunta 10–contesto sabiendo que no alcanzaría el diez por esa respuesta tonta.

–Yo no la conteste–añade Gloria despreocupada–nos va a ir bien.

–Eso espero– añado y sin más las cinco nos dirigimos a desayunar afuera del campus unos buenos tacos de costilla.

Vamos caminado por el pasillo, yo voy viendo mi teléfono más específicamente el grupo de WhatsApp de mis roomies/amigos.

Joce: Ideas para la comida de hoy.

Alan: Recalentado de ayer.

Rob: pizza.

Andy: sincronizadas alv.

Ben: salgo a las 2:00 pm yo compro la pizza.

Andy: Ben salvando el día, por cierto no se les olvide que mañana tenemos que pagar el agua para que juntes su dinero.

Tiare: Yo llevo el refresco y unas papas para comer y si hoy juntamos el dinero.

Wey–me llama Xiomara, volteo a verla y está sonriendo–mira quien viene.

Y tal como lo pensé mi querido Ernesto venia caminando por el pasillo, vestía un pantalón azul, una camisa azul cielo con un estampado y una corbata.

Que me lo como.

–Lic. Gámez, señoritas– nos saluda a todas pero vamos a ser sinceros se enfocó más en mí.

–Buenos días, profesor– saludo con una sonrisa coqueta.

–Hola profe– saludan mis compañeras al unísono.

–Disculpe licenciada Gamez– me llama Ernesto antes de que me fuera con mis compañeras– ¿me permite unos segundos?




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