–Compañeros– exclamo parándome frente a todo mi grupo, a veces me siento como una maestra haciendo anuncios pero bueno es mi deber de jefa de grupo– Nos dieron luz verde para el transporte de aquí a Guanajuato, el problema sería al día siguiente porque la universidad no nos puede dar un camión de regreso.
Las caras de mis compañeros son de decepción y es que hace un mes que mande el presupuesto de dos camiones ida y vuelta y a demás esperábamos que nos dieran dinero para quedarnos dos noches en un hotel.
Claramente no paso.
–Nosotras estamos pensando en quedarnos en una casa pero necesito saber quién estaría dispuesto a pagar el hospedaje para ver casas más grandes– sigo con mi anuncio porque la verdad si me interesa ir al congreso y en la noche se pondría bien el ambiente– nos quedaríamos nada más una noche y estamos planeando gastar máximo $200 por cada quien.
–A mí no se me hace caro gastar $200–contesta un chico, cabe destacar que a él siempre le gusta gastar en antros asique no me sorprende.
–sería cuestión de buscar una casa donde quepamos todos. –comenta una chica con su voz chillona.
–para eso necesito saber quién se quedaría–contesto a la chica de nombre Liliana. – ¿Santiago puedes checar en la aplicación alguna casa?
Santiago de inmediato se pone en su celular a buscar hospedajes, hasta que encuentra una casa con tres habitaciones con dos literas matrimoniales, la casa está cerca del centro y nos costaría $1400, esta excelente.
–muy bien si vamos todos nos tocaría de $90 ¿Qué opinan?
– ¿Qué paso con el congreso? – me pregunta Ernesto.
Estamos en su casa, aprovechando que no tuve clases hoy–cosa que pasa muy rara vez– él se encuentra sentado en el sofá de la sala mientras mi cabeza está en su regazo. Su clase empieza dentro de dos horas. Hice planes con Lu, Xiomara, María y Gloria para ir al centro y comprar algunas cosas para el viaje.
–Nada más pude conseguir el transporte a Guanajuato, el regreso es por nuestra cuenta al igual que el hotel, aunque no nos vamos a quedar en un hotel es una casa. –explique rápidamente y lo resumí de la mejor manera.
He estado tan tensa esta semana que gracias a las manos de Ernesto, que están peinando mi cabello, me comienzo a relajar y poco a poco me va entrando el sueño.
– ¿Cuántos van a ir?
–20– respondo y lanzo un bostezo. – ¿tú vas a asistir al congreso?
–ya pague la entrada, reserve una habitación para dos noches así que supongo que voy a ir.
–Ventajas de tener dinero– respondo con cierto deje de celos y es que compartir el baño con otras 19 personas no me entusiasma.
–El congreso comienza el siguiente miércoles y termina el viernes– escucho como medita Ernesto sin dejar su actividad en mi cabello.
No le presto mucha atención ya que le estoy avisando a mi amigo Carlos que iré a Guanajuato y quiero ver la posibilidad de salir un rato con él en la noche.
– ¿Por qué no te quedas el jueves conmigo y el viernes cuando se termine el congreso nos regresamos? –Pregunta Ernesto de repente.
Que idea tan tentadora.
No es por nada pero a mi si me gustan los congresos, cada vez que realizan uno en el campus, que considere que me pueda ayudar en lo que engloba mi carrera asisto y tomo notas, la verdad es que si me agradaría aprovechar al máximo el congreso y la compañía de Ernesto.
– ¿ya consideraste que solo podremos convivir fuera del congreso? – cuestione porque será algo raro estar todo el día con él.
–coincidimos en el hotel y ya. – Responde con naturalidad– Algunas personas no piensan mucho las cosas.
–las mujeres tenemos algo y te aseguro que se darían cuenta.
– ¿Cómo me llamo una vez, licenciada Gámez? – Me pregunta con ironía– oh si lo recuerdo, me llamo paranoico, así que le digo lo mismo ahora: no seas paranoica, cariño.
–Mejor prevenir que lamentar– respondo mientras me levanto y me siento frente a él– dejando de lado toda mi paranoia, la verdad es que me gustaría quedarme contigo.
Nos quedamos platicando un rato más acerca de los congresos a los que ha asistido, me comento de qué ha ido a Cuba, España, Estados Unidos, algunas ciudades de México y bueno uno presumiendo que se va a Guanajuato.
–Me tengo que ir– digo apenada pero tengo que ir con mis amigas y se enojaran si les cancelo. –Quede con mis amigas de ir al centro– añado cuando mi mira con una ceja alzada.
Me sorprende mucho que coincidamos en muchas cosas a pesar de la diferencia de edad y a pesar de que no convivimos tanto, ya sea por su trabajo o porque voy a la universidad, me la paso realmente bien con él, el tiempo se me pasa volando y no me quiero ir.
–te acerco, no quiero que te vayas sola. –dice levantándose. – te puedo dejar enfrente de presidencia.
–perfecto.
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Lu: voy saliendo de mi casa.
Gloria: Voy en el camión, las veo enfrente de presidencia.
Xiomara: Voy a una cuadra, está bien en presidencia.
Andrea: sale, ahí nos vemos.
María: no voy a poder ir, tengo muy poco dinero.
Ernesto se para enfrente de presidencia, no se pudo estacionar bien así que solo le doy un pequeño beso y salgo del auto blanco. En presidencia ya me espera Xiomara y Gloria, ambas están tan entretenidas en el chisme que no se dieron cuenta en que momento llegue.
– ¿A dónde dijeron que íbamos a ir? – pregunte en cuanto llegue.
–vamos a ir a una tienda de segunda mano, no me sé el nombre– responde Gloria– pero si hemos pasado por ahí, seguro encontramos algo interesante.
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Editado: 30.12.2020