El Sr. Marín es un hombre de aproximadamente unos 60-70 años, la verdad no soy buena con las edades para que les miento, en fin dejando de lado su edad, es un hombre con calvicie, un poco pasado de peso, alto pero no más que Ernesto y viste un traje gris.
–Vaya al fin te encuentro en casa, hijo– dice el señor Marín en cuanto nos ve sentados en la sala.
–Siempre estoy aquí, papá– responde Ernesto levantándose de mi lado, después va y abraza rápidamente a su padre. Me levanto del sillón ante la mirada del tal Carlos y de “mi suegro” y sonrió de la mejor manera posible, la primera impresión es la más importante. –Bueno aprovechando la visita quiero presentarte a Andrea Gámez....mi novia.
Lo que pasa a continuación me deja un tanto incomoda y es que el señor voltea a ver a su hijo con las cejas alzadas y con una mirada de desconcierto.
–Un gusto señorita Gámez– dice sr. Marín tendiéndome su mano, sigo sonriendo pero ahora con incomodidad y se la estrecho. – ¿No es un poco joven para ti? – pregunta hacia su hijo que solo le sonríe y le da una palmada en hombro a su papá.
–Tengo 20 años– intervengo y es que no quiero que sigan hablando como si no existiera.
Mi suegro, si es que lo puedo llamar así, me mira de pies a cabeza después asiente un poco incómodo, no es el único ya que me siento de la misma manera y es que uno espera estar presentable pero mi blusa se encuentra arrugada y mi cabello está más esponjado de lo usual.
– ¿Qué son quince años? – Dice finalmente el sr. Marín sonriendo– si son felices no veo porque tengo que intervenir.
Ernesto
Andrea decide irse tiempo después de las presentaciones, me ofrecí a llevarla a su casa pero desistió la idea diciendo que se encontraría con sus amigos en el centro, la deje ir con la condición de que me llamara cuando llegara con sus amigos y después cuando estuviera en el departamento.
Sé que sueno muy controlador, pero prefiero eso a descubrir que mi novia fue secuestrada, asesinada o violada, así que si prefiero molestarla a sufrir de esa manera y si tengo que ir a buscarla a un bar, un antro o a cualquier otro lugar, estaré dispuesto a hacer con tal de que llegue sana y salva a su casa.
– ¿y bien? – pregunta Carlos mientras los tres nos tomamos un café, tanto mi padre como yo lo miramos con confusión y el añade– ¿Soy el único que piensa que mi hermano se está tirando a una de sus alumnas?
–Es mi novia, Juan Carlos– respondo con seriedad, primero porque no me gusta el tono que utiliza además de que me desagrada el concepto de “se la está tirando”. –Y por ahora no le doy clases.
–Entonces admites que fue tu alumna– dice Juan Carlos, es un grano en trasero pero somos hermanos no me puedo deshacer de él.
–Hace un año– respondo con naturalidad–Aunque puede que el siguiente semestre también lo sea. – murmuro más para mí pero estoy segura que los hombres que me acompañan me escucharon perfectamente.
–Hijo, sabes que te apoyo en todo– comienza a decir mi padre–pero ¿has pensado en las consecuencias de tener una relación con esa muchacha?
¿Qué si lo había pensado? Tarde un año en poder admitir que gustaba Andrea y todavía se me hizo difícil acercarme a ella, aunque en realidad ella fue la que se acercó a mí, cosa que agradezco porque de ser por mi yo ni hubiera hablado con ella.
–Créeme lo he pensado demasiado– respondo negando con mi cabeza– pero no puedo alejarme de ella.
– ¿y qué pasa con Olivia? – Me pregunta mi papá con una mirada extraña– Deberías arreglar tus problemas con ella y después comenzar una relación con la señorita Gámez.
Andrea
Mis amigos decidieron hacer la fiesta el viernes y es que casualmente los vecinos se irán de vacaciones. Tengo que admitir que sigue sin gustarme la idea pero saber que los vecinos más cercanos no estarán me deja un más tranquila además yo les dije a mis amigos que no limpiaría ni un baño y/o habitación.
–Ok, tenemos los platos, churritos, cerveza, tequila, vodka, papas, salsa…– murmuraba mientras veía el montón de cosas que habían comprado mis amigos desde el jueves.
– ¿Qué más hace falta? – me pregunta Jocelyn junto a mí– porque no pienso volver a ir al supermercado.
–Faltan los hielos, el jugo de arándano, el jugo de piña, el squirt y creo que los vaso– le comento mientras veo mi lista.
–Les dijimos que trajeran vasos de su casa– dice Alan desde la sala– Ya sabes queremos ser ecofriendly.
–Me parece perfecto– respondo y tacho de mi lista los vasos. –bien eso sería todo si se les atraviesa algo llevan suficiente dinero.
–Entonces nos vamos– anuncia Jocelyn– ¿Quién viene conmigo perras?
– ¡no se olviden los cigarros! –exclamo antes de que se vaya.
Alan, Jocelyn, Tiare y Roberto se van al supermercado dejándonos a mí y a Benjamín acomodando la sala para haya espacio para bailar.
– ¿y cómo te va con Ernesto? – me pregunta mientras alzamos unos de los sillones de la sala.
Hace mucho que no hablaba con él y sé que no debería tener un bando o dejar de hacer cosas por Ernesto pero prefiero tomar mi distancia con Ben antes de que tenga otro problema con mi novio.
–Va todo bien– respondo y sonrió en cuanto pienso en mis salidas con mi chulos ojos–Ya conoció a mi mamá y yo conocí a su papá… creo que también conocí a su hermano o a ¿era su primo?
–Vaya que rápido van– susurra pero lo alcanzo a escuchar perfectamente– en el buen sentido de la palabra– añade en cuanto ve mi cara.
–Sí, supongo que vamos rápido pero sé que él no quiere jugar conmigo y no sé, creó que ambos tenemos claro lo que queremos
Me visto con una falda negra que me llega por encima de las rodillas–no llega a ser una minifalda– de blusa me pongo una negra con un escote pronunciado y por ultimo me pongo una zapatillas, las cuales sé que terminare dejando en una esquina. Me hago un smokey eye, labios nude, me pongo pestañas postizas y me hago el contorno a lo Kim Kardashion.
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Editado: 30.12.2020