Subimos las escaleras del modesto edificio de departamentos, Ernesto toma mi mano y a pesar que me siento intranquila al recordar los momentos de ayer y sobre todo lo del vecino me hace querer vomitar y no regresar jamás.
La idea de venir al edificio es principalmente por la puerta, pero también vamos a aprovechar para darnos un baño y verificar que no nos hayan robado algo anoche, lo que mas nos preocupa son las computadoras porque ahí tenemos todo.
En la puerta de nuestro departamento están algunos cartones y una cinta amarilla, supongo que la policía dejo eso.
Al entrar me invaden las arcadas por el olor a alcohol, droga y cigarros. Todo está hecho un desastre debido a la fiesta y supongo que si las bocinas siguen en el mismo lugar quiere decir que nadie ha entrado a husmear.
El primero en salir corriendo rumbo a su habitación es Alan, que lo único que escucho es un ¡Gracias Dios! Seguido del grito corre hacia mi y Ernesto y nos enseña su computadora.
–Ya puedo estar más tranquilo.
–Que bueno que encontraste tu computadora– le digo sonriendo porque sé que ahí tiene toda su vida.
–Yo también me alegro, tengo todos mis planos aquí.
Hay dos baños en el departamento por lo que las primeras en bañarse son Tiare y Jocelyn, después iría yo y Roberto, por último, Ben y Alan. En mi momento de espera los chicos me ayudan a recoger y Ernesto se dedica a examinar la puerta y tratar de instalarla.
–No mas fiestas en el departamento– dice Alan viendo una botella de refresco con un extraño liquido amarillo.
–Les dije, pero nadie me hace caso– comento tirando dos botellas de vodka.
–Al menos los baños estaban limpios– dijo Roberto con cierto alivio mientras que yo lo miro con rareza, los baños no estaban muy limpios, pero estaban decentes– o bueno algo limpios.
–Lo importante es que no vinieron a robar– dice Ben mientras se acerca a mí. –Aunque esto no hubiera pasado si cierta personita me hubiera hecho caso.
Eso ultimo se que es directamente para mí, lo entiendo sé que me trato de proteger, quiso que me pasara a mi habitación, pero soy tan terca que no le hice caso, supongo que por eso termine con el labio partido y con un moretón en mi mejilla.
–Ash ya vas a empezar– le susurro para evitar crear discordia y es que hasta el momento Ernesto y Ben han estado tranquilos. –Se amable y ayúdame a llevar esta bolsa a la basura.
–Debiste hacerme caso– dice Ben tomando la bolsa– debiste irte a tu habitación cuando te lo dije.
–Por favor Ben– susurro mientras veo que Ernesto no nos vea– ¿podemos tocar el tema después?
–No– dice con voz lo suficientemente fuerte para que escuche mi novio quien no duda en voltear a vernos con cara extraña– Deberías decirle al profesor Ernesto que no me hiciste caso cuando te pedí una cosa simple.
–Ben ya bájale– comento Roberto con calma– Todos cometimos errores anoche y Andy no es la excepción, pero…
–¡PERO NADA! – exclama Ben con enojo, de todos los momentos en los que se pudo haber enojado decide hacerlo ahora– ¡Le dije que se metiera y no lo hizo! Y mira como quedo, algo tan simple y no me hiciste caso Andrea.
–Benjamín no eres mi padre para estar mandándome y si no lo hice fue porque estaba preocupada. –Explico con mucha paciencia, lo tomo de los brazos y lo miro suplicante– Las cosas no pasaron a mayores, tranquilízate por favor.
Veo que la mirada de Roberto esta puesta en Ernesto por lo que deduzco mi novio nos está viendo, pero decido ignorar por el momento ese echo y me enfoco en mi amigo.
–Ya paso y prefiero dejar el tema como esta. – finalizo y me alejo de Ben.
–Tienes razón– dice después Ben y seguido de eso me dice con más calma– Parece que Tiare salió del baño nena para que te metas a bañar, nena, apestas a cigarro.
–Eres muy mandón. – susurro e ignoro que me llamo nena, cosa que no me decía desde hace meses.
Me alejo de la zona desastre y voy a mi habitación para tomar una toalla, una vez que tengo lo que busque me voy al baño y me doy una ducha de diez minutos.
Me pongo mis cremas y me pongo un simple jean de mezclilla negro, una blusa lisa color verde militar, me pongo unos aretes, un anillo y por último un collar sencillo, de zapatos me decido por unos flats negros con una hebilla dorada.
Me encuentro acurrucada junto con Ernesto en uno de los sillones de la sala, sus fuertes brazos me rodean y solo puedo soltar un suspiro lleno de satisfacción.
–no comentaste nada– le dijo repentinamente.
–¿acerca de qué?
–De lo que menciono Ben.
–Ah, eso– responde con aburrimiento– no es algo que me concierne y prefiero evitarte un mal rato con Ben, no quiero que tengas problemas con él, aunque veo que es casi imposible.
Después de hora y media todos salimos del departamento rumbo a que nos revisen la puerta, aunque Ernesto dice que tal vez no tenga arreglo, pero más vale que lo vea alguien que sabe.
Todos salimos rumbo a la camioneta de Ernesto cargados con al menos una mochila cada uno, personalmente traigo dos bolsitas de maquillaje, mi computadora, cosas de la escuela y un cambio de ropa por si me quedo en casa de mi novio.
Me quedo en la camioneta junto con Tiare mientras que mi novio acompaña a mis amigos a ver el estado de la puerta, solo espero que no necesite gran cosa o tendremos una deuda muy grande.
–¿no te parece extraño? – pregunta mi amiga de repente, volteo a verla con extrañeza y hago un ademan para que se explique mejor–Yo no niego que no te quiera ese hombre o que le gustes, pero me parece raro que este gastando tanto en un problema que no le concierne, o sea hubiera sido normal que él solo pagar tu fianza, pero no la de todos.
Para mi desgracia, yo opinaba lo mismo. Se que Ernesto no sufre de dinero, tiene el trabajo de la universidad, que obviamente no le deja mucho, pero tiene su empresa de exportación y aunado a eso imparte clases a un programa de maestría. Pero con todo y eso no es normal que haya gastado tanto sin pensarlo.
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Editado: 30.12.2020