El calor azoto con fuerza durante el mes de mayo y agradecía en sobremanera que mi departamento fuera frio porque cuando llego después de la escuela el ambiente frio me llena demasiado el alma.
A decir verdad, mayo no solo llego con calor sino con exámenes y numerosas tareas, básicamente estaba en la temporada de “salvar el semestre” y lo agradecía porque mi mente ha estado más ocupada aprendiendo formulas de estadística, haciendo encuestas, algunas materias no me preocupaba porque me había ido bien en todo el semestre, pero aun así quería buenas calificaciones.
Gloria me dicta 100 números de las encuestas que habíamos hecho en el campus, los pongo en el programa de la computadora y después se los repito para que no me falte ninguno, seguido de eso hacemos graficas y comenzamos con el diseño del cartel, nuestra investigación es sobre el servicio a domicilio y pareciera que mi trabajo va para el diez.
Y dicho y hecho al día siguiente Gloria, Xiomara y yo exponemos el cartel con los datos de la muestra, nuestro margen de error, nuestra población, las gráficas y básicamente de que se trató nuestra investigación, nos hacen preguntas y finalmente el profesor nos dice que se quedara con nuestro cartel y que había quedado excelente.
Hago rápidamente mi promedio de la materia de estadística y me quedo en 9.8, bueno casi saco el 10.
–tienes 10– me dijo el profesor cuando le dije mi promedio.
–Gracias profesor– le respondo con una sonrisa.
Sago con mis amigas porque vamos a ir a comer unos deliciosos tacos.
–¿Qué vas a hacer con producción? – me pregunto Xiomara.
–La voy a tomar el siguiente semestre. – me encojo de hombros. –¿Tu que harás con inglés?
Mi amiga había reprobado ingles además se le complica mucho aprenderlo.
–La voy a cursar de nuevo el siguiente semestre– dijo con optimismo– Es que no me acomode con Mr. Santillana entonces mejor me voy con la otra.
–Ay no a mi me choca ingles con ella– respondo inmediatamente– Eso de traducir me parece arcaico e innecesario.
La señora de los tacos anuncia nuestra orden y vamos por los platos, había pedido una papa rellena de carne, era mi favorita.
–Voy por una fruta– Anuncia Luisa cuando nos sentamos. –¿quieren algo?
–Yo no, gracias– contesto de inmediato.
Las demás contestan lo mismo y sin mas Luisa se va hacia el puesto donde venden charolas de fruta a un buen precio, aunque luego el melón esta amargo.
–Wey ¿Por qué diste de baja producción? – me susurro Gloria, no habíamos podido tocar el tema y la verdad no me sentía cómoda con ciertas personas.
–Pues… supongo que terminamos– dije incomoda– Y la verdad es que me sentía incomoda teniéndolo frente a mi ¿actúe muy cobardemente?
–Para nada, hiciste lo que creías correcto– comento Xiomara con empatía.
–Igual te pasaba– añade Gloria encogiéndose de hombros.
–La verdad es que iba mal en su materia y…– mi voz se desvanece cuando la veo regresar y de inmediato cambio de tema– Pero salió bien el cartel ¿no?
–De no ser porque nos equivocamos en la población– dijo Xiomara negando con la cabeza.
–Siento que quedo muy saturado pero quedo bien–dice Gloria y después se come un taco.
Por fin se terminaba el semestre y comenzaban las vacaciones largas, dos mesecitos para disfrutar de mi familia y alejarme de todo este drama. Hacia mis maletas llevándome lo necesario y después limpie el departamento, se supone que mi mamá y Juan llegarían dentro de una hora para recogerme.
Mis pensamientos se ven interrumpidos ante un mensaje entrante, de inmediato lo abro y veo que es él, lo cual se me hace raro porque no había mandado señales de vida y por mi mejor, supongo que le di en su orgullo o no sé prefiero no pensar en eso.
E: ¿En dónde te estas quedando?
Andrea: Rente un departamento.
E: Pásame la dirección.
E: Quiero llevarte tus cosas.
Andrea: No te preocupes, luego voy por ellas o si quieres tíralas.
No quería verlo porque se que si me empieza a decir cosas bonitas caeré otra vez y es lo que menos necesito en estos momentos.
Juan y mi mamá llegan, subo mis cosas y finalmente comienzan mis vacaciones.
Escucho las discusiones tontas entre mi mamá y su novio, solo puedo negar con la cabeza mientras me rio, al menos una de las dos es feliz, aunque yo también lo seré… cuando sane todas mis heridas.
Dos meses después.
Frunzo el ceño al ver la cajuela del carro, como siempre llevaba mas de lo necesario, pero no podía hacer nada en mi loca cabeza todo lo necesitaba y no podía dejar nada atrás.
–Espero que no te falte nada– Dice Juan con burla– No quiero ir a media semana a llevarte cosas.
–No me falta nada– respondo cruzada de brazos– Además nadie te obliga a llevarme– miro a mi mama la cual me mira enojada por mi comentario– Claro que se te agradece el gesto.
Juan solo ríe y me abre la puerta del coche para que suba porque se nos hacia tarde.
Juan y yo nos dedicamos a bajar todo cuando llegamos a mi departamento, mi mamá se queda cuidando el carro, una vez que hemos bajado todo Juan nos deja a sola a mi mamá y a mí.
–Hace seis meses te traje y terminaste destrozada–dijo mi mamá, supongo que recuerda las innumerables veces que llore en sus brazos y me queje de mi maldita suerte– Y ahora te dejo mas fuerte, mas valiente y no tienes porque dejar que otros te quiten tu sonrisa ¿de acuerdo?
Mis ojos se llenan de lágrimas, pero no las derramo, sino que sonrió y abrazo con fuerza a mi mamá, al menos la veré el siguiente fin porque he decido que este semestre regresare a Valle cada semana, no tengo porque estar aquí el fin de semana cuando mi pueblo me queda a una hora de distancia.
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Editado: 30.12.2020