–Wey es obvio que es una mujer– ruedo los ojos ante la alegata entre Jocelyn y el amigo de Ernesto– estoy segura que es alguien que conoce a Andy.
Mi cabeza dolía, estaba sentada en el sillón viendo como Jocelyn discutía con Luis, ambos son tercos y la verdad es que ya me encontraba cansada, lo peor que es no resolvíamos nada.
–¿Qué te hace creer eso? – inquirió Ernesto igual de casando de la alegata.
–No necesito ser abogada para saberlo– dijo Jocelyn llena de seguridad– Si hubieran querido chingar a Ernesto lo hubieran acusado de acoso sexual porque lo hubieran despedido inmediatamente, pero la denuncia es hacia Andrea y Ernesto, por lo tanto, me hace pensar que los quieren joder a ambos o solo a Andrea.
–Tiene sentido– susurro el padre de Ernesto– aquí el problema es quien.
–¿sospechosos? – inquirió Roberto cruzado de brazos. – ¿Alguna disputa que hayas tenido últimamente Andrea?
Rememoro mi situación escolar, pero no puedo pensar en nadie, no me llevo mal con nadie y ni siquiera he tenido alguna pelea con alguien. Bueno supongo que no puedo caerle bien a todo el mundo, pero de ahí a tratar de joderme la existencia… Cómo que es algo muy excesivo ¿no? Lo digo porque ¿Qué tan jodida esta esa gente como para querer perjudicar al prójimo?
Obviamente yo no soy una blanca paloma, he tenido rencores y a veces lo sigo teniendo, pero, a decir verdad, me provoca mucha flojera joder a mis enemigos ya que soy una fiel creyente del karma.
Desgraciadamente, esta vez no pienso esperar al karma porque en cuanto sepa quien o quienes fueron los que nos denunciaron sí que tratare de vengarme, aunque tengo que planearlo bien y tratar de no salir perjudicada porque la venganza no es buena, pero a veces es necesaria.
En fin, entre que son peras o manzanas, puedo decir que ya me quiero ir.
Dan-T<3: ¿Ya vienes?
Ruedo los ojos al ver su mensaje y su nombre, él se cambió su nombre y me ha dado flojera cambiarlo.
Andy: Esto no parece tener fin, pero creo que ya me voy a ir.
Dan-T <3: Excelente, mándame la dirección para ir por ti.
Andy: No es necesario, tomare un taxi.
Dan- T<3: Lo siento baby girl.
Dan- T <3: Tengo otros planes 😉
Andy: ¿Y esos planes son…?
Dan-T <3: Nada del otro mundo.
Dan-T <3: Espero la dirección, Oliver y yo vamos por ti.
Andy: Bien.
Le mando la ubicación y sigo escuchando la disputa entre un abogado y mi amiga la futura veterinaria. Sigo sin entender porque están aquí, supongo que quieren ayudar, pero esa ayuda no es bienvenida, al menos por mi parte, porque lo único que ocasionan es que me duela la cabeza.
–Nos citaron la siguiente semana– escucho la voz de Benjamín, neta a ese tipo es al que menos quiero “apoyándome” – Nos citaran por separados así que necesitamos decir lo mismo para no parecer más sospechosos.
Aunque si lleva un punto de razón, eso no quita el hecho de que cuando más lo necesite me mando al carajo, no me escucho cuando lo necesite y lo único que hizo fue dejarme a medio pasillo.
–Concuerdo– dijo Tiare y se sienta junto a mí, pone su mano en mi hombro y lo único que hice fue tensarme– Andy te apoyaremos en todo y lo sabes.
Me reservo mi comentario y por suerte habla el tal Luis.
–No creo que la escuela investigue fuera de la escuela – dijo Luis entrecerrando sus ojos– ¿están seguros que nadie los ha visto? ¿aunque sea una vez?
Mi masa gris hace clic en este momento. Guanajuato, cena en el hotel en el que me quede con Ernesto y donde fue mi… prefiero no decir eso ultimo.
–Cuando fuimos a Guanajuato– comento y veo directamente a Ernesto– Estábamos cenando y un doctor nos saludó, pero no recuerdo su nombre.
Ernesto se quedó pensando durante un segundo hasta que cerro sus ojos con fuerza, creo que lo recordó.
–El Dr. Perales nos vio juntos– dijo Ernesto finalmente.
–Pero solo cenábamos– intento justificar nuestro descuido– eso no prueba nada y si Jocelyn tiene razón, a la que quieren joder es mí, no a Ernesto.
–Al menos tenemos un sospechoso en la lista– dijo Roberto– Bien, hay que decidir qué vamos a testificar.
Es ahí cuando suena mi teléfono, la imagen de Dante aparece en la llamada entrante, bendito seas, ya quiero irme.
–¿Hola? – respondo, aunque ya se quién es.
–Bella dama ya estamos afuera– dijo Dante. – Corre que no estoy bien estacionado.
–Si, ya voy– respondo lacónica viendo la mirada intensa de Ernesto sobre mi– Bye.
Cuelgo la llamada y veo que más de uno me está mirando.
–Me tengo que ir– me levanto del sillón– ¿podemos reunirnos otro día?
–Wey– y aquí vamos… veo a Jocelyn cruzada de brazos impidiendo mi paso– ¿A dónde vas? No hemos resuelto nada, todavía que nos tomamos el tiempo de venir y tu solo huyes como siempre.
La veo frente a mí, con sus manos en jarras, con su ceño fruncido y con su cara de perro mientras me dice que todo es mi culpa, que siempre huyo, me reclama de todo. Y de repente lo siguiente que digo parece ser lo que llevo un año guardándome, tal vez sea momento de no quedarme callada.
–¡ME TIENES HASTA LA CHINGADA JOCELYN! – Grito ya harta de ella. – Nadie los obligo a venir y si vas a joderme con eso de que me quieren apoyar, prefiero que testifiques diciendo lo que se te dé la gana, porque eso es lo que haces siempre, hablas a lo puro pendejo sin importarte los sentimientos de los demás. Y la verdad tus reclamos no me sirven de nada.
–Andrea…– dijo Ernesto llegando a mi lado, me toma de los hombros– Cálmate, solo intentan ayudarnos.
–Que se guarden su puta ayuda– susurre soltándome de su agarre. – Desde hace un año que no tenía contacto ni contigo ni con ellos y definitivamente estoy mejor ahora. Lo único que quiero es que esto termine para no saber de ustedes lo que resta de mi maldita vida.
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Editado: 30.12.2020