Cmyk

La Canción del Delfín

El sonido puede ser molesto a veces, pero su ausencia siempre es insoportable.

No me gusta el silencio porque me hace sentir solo.

Es por eso que estoy siguiendo éste sonido en particular.

Se mueve constantemente, trata de decirme algo con sus melodías.

Es como si me pidiera que lo siga hacia el norte.

 

Un extraño sonido viaja a través del plano onírico y trae a Clef a la realidad, él abre lentamente sus ojos y se da cuenta que se encuentra en las profundidades de un extraño océano, el sonido pareciera el canto de una ballena solitaria que lo llama con insistencia, pero Clef no percibe de donde proviene, es como si el sonido se escuchara en varios lugares a la vez y además va in crescendo, cada vez más desesperado como si pidiera ayuda.  Clef trata de concentrarse pero no hay manera de determinar la dirección de donde proviene el sonido, la desesperación del canto comienza a introducirse por los huesos de Clef e instintivamente se lleva las manos a los oídos, el sonido se torna insoportable de un momento a otro y Clef cierra sus ojos rogando que baje los decibeles, de repente, el sonido deja de escucharse y Clef abre sus ojos nuevamente, muy confundido por el súbito silencio, presiente que hay una terrible razón por este silencio y lo comprueba al ver una enorme sombra que lo cubre en su totalidad, cuando Clef da la vuelta ve a un enorme tiburón tan negro como la sombra y tan grande como una ballena azul, el animal no duda en abrir sus fauces para devorarse a Clef pero éste comienza a nadar rápidamente con la velocidad de un pez espada.

El tiburón lo persigue de cerca cerrando sus mandíbulas una y otra ve tratando de tragarse a Clef, pero éste lo esquiva ágilmente todas las veces, Clef divisa un enorme banco de corales filosos y no duda en dirigirse a él, el tiburón al ver semejante trampa se desvía y se oculta en la oscuridad.  Clef se oculta entre los corales y algas, apenas asoma su cabeza para ver si hay moros en la costa pero solo ve un azul infinito a su alrededor, pero a pesar de todo él siente que peligro aún está presente.  De pronto los corales a su alrededor se tornan negros y comienzan a moverse, para desgracia de Clef los corales se convierten en los dientes del tiburón y éste cierra la boca a la velocidad del rayo, Clef no tuvo tiempo de escapar y es tragado por el enorme animal.

Para su sorpresa Clef sigue vivo dentro del tiburón, en segundos comienza a escuchar el sonido de la ballena que lo vuelve a llamar, esta vez el sonido proviene en las profundidades del animal, así que Clef se dirige hacia la procedencia del sonido.  Al llegar ve una hermosa guitarra de color azul con un clavijero con forma de calavera, esa guitarra es quien produce el sonido y está incentivando a Clef a que la tome, sin dudarlo toma la guitarra y sacude sus cuerdas con un solo movimiento, ésta emite un potente sonido que hace que el tiburón se disuelva entre el agua hasta desintegrarse y Clef queda libre.

El océano comienza a bajar de nivel como si el fondo se hubiese destapado un drenaje, poco a poco el agua se va desapareciendo hasta que queda la tierra firme, Clef se da cuenta donde estaba el mar hay césped y en el fondo está el bosque, un nuevo sonido llama su atención y ve a una medusa que comienza a alejarse lentamente, aparentemente quiere que la siga.  Clef coloca su guitarra en la espalda y comienza a seguir a su extraña guía, parece que la medusa canta algo relacionado con el norte.



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En el texto hay: viajes, misterio, monstruos

Editado: 19.02.2018

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