Coincidencias

27-06-2011

Odiaba cuando mi trabajo me exigía viajar y dejar a mi familia y amigos. Había sido un día bastante pesado lleno de sorpresas, deje a mi esposa con una cena prometida desde hace días. Además que había dejado a mi mejor amigo solo; el castigo por actuar sin la orden del jefe había sido demasiado, Daniel y yo éramos la dupla perfecta; nosotros no teníamos la culpa de que el jefe en turno fuera un incompetente.

     Llegue a la ciudad de México muy temprano a las siete de la mañana ya estaba en el búnker, estudiaba a toda la gente con la que trabajaría, los del turno de la mañana era personas equis, nada de dificultades, todos varones confiables. El turno de la tarde era el que me intrigaba, había estudiantes y una en particular me llama la atención, una hacker que ni si quiera había cumplido los dieciocho. Una mujer con nada en particular, en la fotografía aún se veía su cara de niña; la estudie todo lo que pude y aunque no tenía nada de qué preocuparme no  podía dejar de pensar en esa joven.

     Por el medio día llame a Katia, le platique como esta todo por acá  y ella me dio novedades de lo que había pasado en Mazatlán, Kat es una criminóloga, jefa del  departamento de peritos de la policía federal, una mujer fabulosa, cualquiera podía decir que es una modelo, de cabello negro y largo casi hasta la cintura, de ojos grandes y café obscuro, una mujer maravillosa me case con ella cuanto teníamos 21 llevamos exactamente 3 años de casados, los tres mejores años de mi vida. Después de hablar con mi mujer, salí del bunker directo a las oficinas de la policía federal, tenía que ver de primera mano a la gente con quien iba a trabajar ahora.

Cuando entre muy poca gente se dio cuenta de mi presencia, estaban todos muy ocupados cantándole las mañanitas a alguno de los trabajadores, fui directamente a la oficina del director y me presente con él; lo que esos mortales de allá afuera hicieran no era de mi incumbencia, además para el tiempo en el que resolvería el caso por el que me mandaron me daba exactamente igual ser amigo de alguno de ellos. Sonreí para mis adentros al ver que la secretaria del director de las oficinas se ponía nerviosa al verme y trataba de esbozar una sonrisa.

-Por favor con el Dr. Ramírez dígale que lo busca el Oficial Carvajal, Erick Carvajal –termine de decir mi nombre con una de esas sonrisas que yo sabía derretían a cualquiera, la secretaria se ruborizo, hizo una mueca simulando una sonrisa y sin quitarme la mirada asintió, tomo el teléfono y por fin pude escuchar su voz haciendo lo que le pedí.

-Sr. Ramírez lo busca el Oficial Carvajal, si claro, está bien señor. –Me miro, trago saliva –El Sr. Ramírez lo espera -se precipito para abrirme la puerta, la tome del brazo y le guiñe el ojo

-No te preocupes, yo puedo, gracias –ella me miraba anonadada, que fácil es engañar a una  mujer, aunque en realidad lo hacía por cortesía, estaba acostumbrado a la liberación femenina, mi esposa era buen ejemplo de  ello.

Al entrar a la oficina un espacio bastante amplio me dio la bienvenida, esto era mejor que mi oficina en el bunker, con más luz, había ahí hasta un sofá cama, Ramírez estaba detrás del escritorio, las arrugas en su cara ya daban cuenta de su cansancio y la edad avanzada.

-¿Alguien te ha dicho que será mejor que decidas irte pronto? –dije con firmeza, Raúl y yo nos conocíamos de hace años, mi padre había trabajado con él.

-Sí, tú, siempre tú –dijo sonriéndome

-Deberías hacerme caso un día de estos, lo digo enserio viejo, estos trotes ya no son para ti.

-Ya lo estoy considerando, te lo prometo –suspiro -¿Hasta cuándo aprenderás a controlar tus impulsos? Me gusta que me visites, pero no en este ámbito Erick, debes aprender a controlarte.

-Lo sé, lo sé, ya mejor dime que es lo que tengo que hacer y con quienes voy a trabajar, nos oporto estar lejos de Katia.

Raúl, me dio una carpeta con toda la información necesaria.

-Toda la oficina estará a tu disposición para que necesites, te recomiendo a Mairim para lo de hackear, es buena y una chica confiable, sé que tú puedes hacer eso pero ella será de mucha ayuda

-Lo tomaré en cuenta, ¿Es algo tuyo?

-No para nada, entró aquí recomendada por Arroyo y se ha sabido desempeñar  muy bien.

-Ok, ¿cuándo puedo empezar a trabajar? Lo digo porque cuando entre tu gente estaba muy entretenida cantando las mañanitas a alguien.

-Mañana te presentaré con ellos, hoy tomate la tarde libre, esa gente como les dices están festejando el cumpleaños de una señorita encantadora, que estoy seguro también te cambiara la vida como a muchos de los amargados que hemos dejado nuestros mejores años tras estas filas de la federal



#43514 en Novela romántica

En el texto hay: sexo amor desamor

Editado: 07.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.