Paz

-Tengo frio-Le digo al sentir como el aire recorría mi piel en la superficie

El solo me abrasa apretándome junto a el mientras abría un portal debajo de nosotros por el cual fuimos absorbidos, solo sentía como si estuviera en un tobogán de agua literalmente el agua caía junto con nosotros por lo cual escondí mi rostro en su pecho a lo que él puso su mano en mi cabeza para detener el impacto del agua para que no me lastimara

Al llegar por fin a donde sea que el portal daba aparecimos en una tipo cabaña muy linda con una fogata encendida

-Perdón por lo del agua, no medí bien donde abriría el portal Amón no me dio tiempo -Me dice mientras me mira empapada por completo

-Quien eres y para que me quieres? -Le digo al darme cuenta que prácticamente me secuestro

-A ti, te quiero a ti-Me responde haciendo aparecer ropa a mi lado

Yo solo tomo la ropa confundida ya que era ropa que tenia en mi ropero

-Soy lesbiana-Le digo tratando de salvarme de esta situación

-No hay problema-Me dice el cambiando su apariencia a la de una mujer muy hermosa

-Qué curioso ahora si creo ser lesbiana-Le digo pensando en alto mientras veo como regresa a su forma original

-Cámbiate por que te puedes enfermar, yo soy el dios de las mentiras no el de las medicinas-Me responde el indicando la ropa

-Que gran forma de generar confianza en las personas presentándote como el dios de las mentiras-Le digo con tono sarcástico mientras tomo la ropa

-Dios del engaño para ser más específico-Me dice sentándose en el sillón frente a la fogata

-Donde me cambio? -Le pregunto viendo las escaleras de la cabaña

-Ahí donde estas -Me dice el con una sonrisa sin apartar su vista de mi

Yo solo me inicio a desabrochar la camisa sin prestarle atención

-Espera era broma, puedes subir hay cuartos arriba elige el que quieras-Me responde dejando Salir una pequeña risa mientras me indica las escaleras

Al subir veo las puertas de los cuartos y abro la primera, al entrar veo por la ventana y me doy cuenta que estamos en la sima de una montaña llena de nieve blanca brillante y por alguna extraña razón no hacia el frio que debería de hacer, me inicio a cambiar y escucho como una tetera inicia a chillar en la cocina

-¿Quieres te, café o chocolate caliente? -Me pregunta el dios de las mentiras desde la cocina

-Voy-Le digo bajando a la cocina con mi ropa puesta

-Y bien que se te antoja? -Me dice mientras me hace sentarme en el sofá cubriéndome con una cobija

-Un chocolate caliente-Le digo con una sonrisa mientras trato de ver su aura como la de Lucifer y Hades para ver que podía averiguar

Al poder distinguirla noto un Azul intenso rodeándolo que indicaba soledad un poco de negro menos que Lucifer y Hades, el dorado que lograba percibir era tan lindo un color cálido junto con manchas rosas

-Ten-Me dice sentándose junto a mi extendiendo la tasa de chocolate para entregármela

Al mirar la tasa noto que tenía malvaviscos flotando en forma de flor y podía percibir el olor del cacao que flotaba junto al vapor que emanaba

-Que lindo-Le digo mientras sorbo un poco viendo como el tomaba te

-Ellos te quieren atravesar con la espada de miguel-Deja salir el dios con un tono vacío viéndome a los ojos

-No me importa-Le respondo dejando la taza en la mesita a mi lado

El solo me mira confundido dejando su te de lado para tomarme las manos, en cuanto junta sus manos a las mías siento el calor y la energía que su cuerpo trasmitía al mío-Por que no te importa? -Me pregunta viéndome preocupado

-No sé quién eres ni lo que quieres en realidad, pero me siento bien ahora, me siento en paz y quiero disfrutar esta paz hasta que dure-Le respondo recargando mi cabeza en su hombro -Tengo sueño, pero no quero que nadie se meta en mi sueño -Le digo mientras levanto la cabeza para verlo a los ojos

-Duerme pequeña, yo cuidare que nadie entre a tus sueños-Me dice el con voz pacifica mientras me acomodo en el sillón y el se sienta en el suelo junto al sillón entrelazando su mano junto a la mía-Que descanses-Me dice el mientras siento como la paz entra en mi ser relajándome lo suficiente hasta quedar dormida