Confianza, esa sensación de total seguridad que te permite dormir tranquilo por las noches al saber que las decisiones que vas a tomar te harán completamente feliz.
Sensación de la cual Scarlett carece esta mañana.
Después de no poder pegar un ojo en toda la noche decidió que sería mejor levantarse de una buena vez, salio al balcón de su departamento y al instante el frío de la madrugada la obligo a abrasare a si misma. El sol apenas comenzaba a hacer acto de presencia y no se veía ni una sola alma en la calle. Miró hacia el cielo estrellado pensado que seguramente no era la única que había pasado la noche en vela, y sin poder evitarlo sonrío con tristeza ante el recuerdo de aquellas llamadas en la madrugada que Ethan solía hacerle.
Una noche de insomnio el joven pecoso decidió que era una buena idea llamar a Scarlett. Aquella madrugada el joven no tenía muy en claro porque había decidido llamarla, así que se justificó diciéndose que era divertido molestarla.
Después de cuatro timbres Scarlett tomo el teléfono y lo contesto con todo el odio que tenía dentro. Al fin había conseguido dormir y algún inoportuno la estaba llamando en la madrugada.
—¿Quién es y que quiere?
—Hola Scarlett ¿Cómo estás? —La chica tardo unos segundos en identificar la voz que le hablaba al otro lado del teléfono, a aquellas horas su cerebro no procesaba la información con mucha velocidad.
—¿Ethan?— Le respondió finalmente con tono de sorpresa mientras se frotaba los ojos con su mano libre.
—¿Estabas dormida? —Respondió el joven con voz divertida.
—Por supuesto que estaba dormida idiota, son las tres de la mañana.
—¿Quién duerme a esta hora?
—Los humanos comunes y corrientes.
—Pues me parece un halago que no me consideres común y corriente
Ethan se divertía con la situación mientras que Scarlett se empezaba a cansar— ¿Qué quieres? — Respondió tajante.
—Sólo quería escuchar tu hermosa voz.
—Te voy a colgar— le respondió sin más.
Sabía que lo único que buscaba era fastidiarla y no pretendía darle el gusto, no tenía ganas de escucharlo.
—No seas amargada—Le dijo Ethan pero se arrepintió al momento sabiendo que ahora colgaría más rápido. Sin embargo, le tomo por sorpresa la pregunta de la joven.
—¿Acaso estás borracho?
—No, yo no tomo— Respondió tajante.
—No te creo.
—Lo digo en serio, no he vuelto a probar ni una gota de alcohol desde los 15 años cuando amanecí en la cárcel sin acordarme de lo que había ocurrido.
— ¿A sí?
— Si, estuve ahí el día entero porque mi padre no fue a buscarme hasta que salio del trabajo a las diez de la noche...lo único que se dignó a decirme fue "Espero que aprendieras la lección"—Scarlett noto que la voz de Ethan se iba apagando conforme avanzaba en su relato hasta que acabo en completo silencio.
La joven también se había quedado sin palabras ante tal revelación, no se esperaba que Ethan, tomando en cuenta su historial de joven misterioso, se fuera a abrir de aquella manera con ella. La joven finalmente resolvió preguntarle porque lo habían metido preso a lo que Ethan, volviendo en sí, respondió con otra pregunta.
—¿Porque te metieron presa a ti?
Aquella pregunta tomo aún con más sorpresa a la joven que la propia revelación de Ethan ¿Cómo podía saberlo si solo sus padres lo hacían? Se preguntó la joven.
—¿De qué hablas? — Respondió cautelosa en caso de que estuviera bromeando.
—No te hagas la que no sabe —Pronuncio el joven con seriedad— Tuve que hacer servicio comunal como multa, me pusieron a ordenar archivos y vi tu nombre en uno.
— Eso fue un mal entendido, al final retiraron los cargos— Scarlett apenas recordaba aquel día, se había encargado de dejarlo olvidado en aquel rincón oscuro de su memoria junto con todos aquellos momentos vergonzosos que ha vivido y desearía olvidar, pero siguen apareciendo como un molesto mosquito en una noche silenciosa.
— ¿Pero qué ocurrió? — Pregunto Ethan curioso.
— No te voy a decir.
— ¿Porque no?
—Porque estoy enojada contigo.
—¿Porque te desperté?
— Sí y por lo que dijiste el otro día—Scarlett no había visto a Ethan desde aquella conversación sobre su falta de seguridad y le molestaba que la buscara como si nada hubiera pasado.
— Vamos, aprende a aceptar críticas constructivas.
—Ahora si te voy a colgar—Dijo la chica aún más molesta.
—¡No! —Dijo el joven rápidamente—Hagamos un trato, si tú me cuentas porque te arrestaron yo te cuento porque me arrestaron a mí.
A Scarlett le resultaba bastante tentador, no podía negar que le intrigaba la historia, sin embargo, estaba harta de que el joven siempre supiera cosas sobre ella y no estaba segura de querer contarle.
—¿Por qué insistes tanto? —Ethan se detuvo a pensar por un segundo. Le había intrigado porque la joven había estado presa desde que vio su nombre en aquella pila de papeles.
—¿Por qué te niegas tanto?
— Porque es una larga historia y quiero seguir durmiendo— Se excusó la joven sabiendo que en realidad hace rato había perdido el sueño— Así que ya, déjame dormir— Pronuncio para luego colgar. No obstante, noto como la comisura de sus labios se elevaba sin saber que a unos kilómetros de distancia el rostro del joven también se adornaba con una pequeña sonrisa.
Scarlett no volvió a saber nada de Ethan hasta tres días después cuando apareció en la puerta de su apartamento con una enorme sonrisa y un ojo morado. La joven había intentado hacer que le contara lo que había pasado, pero él se limitó a decir que no era nada grave. Scarlett, sabiendo que no lograría sacarle la verdad, se resignó con aquella respuesta y pronto se olvidó del tema ya que Ethan insistía en que fueran a comer.
— No me he ni bañado— Revelo la joven y por un momento sintió pena por estar frente a Ethan usando aquellos trapos viejos que llama pijamas.