Capítulo 7: Me confunde

Francis:
Salgo del baño con la toalla envuelta en la cintura cuando siento mi teléfono sonar. Lo tomo y leo el mensaje que me acaba de llegar de un número desconocido. 
—En dos horas estoy libre, si quieres podemos cenar, Amber—
Trago en seco al leer su mensaje, hasta que al fin aparece. 

—Sí, dime dónde paso a recogerte. —le envío un mensaje y registro su número. Inmediatamente comienzo a cambiarme. 

—Amor, la cena está lista—dice mi esposa entrando al cuarto. 

—No cenaré en casa. 

—¿A dónde vas? —cuestión parándose justo detrás de mí que estoy vistiéndome frente al espejo. 

—Una cena de negocios. —respondo y me mira con fijeza. 

—Vale cariño, solo regresa temprano—pronuncia y besa mi hombro. 

—No sé a qué hora vuelva, no me esperes despierta, sabes como son esas tediosas reuniones. 

—Lo sé—reprocha  acercando su boca a la mía y sujeto su cara, besando su rostro. 

—No me gusta que me manches de labial—respondo tomando las llaves de mi auto y paso al cuarto de los niños. 

—Mis niños, papá tiene que salir—digo abrazándolos—prometan que no irán a ningún lado sin mí. 

—Está bien. 

—Lo prometemos.—responden.

—Anyi, Adrick, los quiero mucho, son lo único importante que tengo en mi vida. Prometo que nunca más estaré lejos de ustedes. 

—¿No nos mandarás lejos a estudiar? —cuestiona Anyi. 

—No mi tesoro, jamás. —digo acariciando su cabello 

—¿Lo prometes? —pregunta Adrick. 

—Lo prometo campeón. Ahora me tengo que ir, volveré pronto sean niños buenos. —termino diciendo y me pongo de pie para irme. 

—Papá—me llama la niña—vuelve pronto. Sonrío antes de alejarme y le dejo instrucciones claras a las empleadas de no dejarlos solos ni un instante. 

*********
—Me sorprendió tu mensaje—digo como saludo cuando detengo el auto frente a su casa, lleva un vestido negro largo y el cabello suelto, no puedo dejar de mirarla. 

—¿No te gustó? —cuestiona extendiéndome la mano
mientras sonríe con picardía y le doy la mano como saludo. 

—Me encantó—respondo abriendo la puerta de mi auto y ella entra. Permanecemos en silencio hasta que llegamos al restaurante que ella eligió. Vamos hasta unas mesas que hay alejadas del resto en las que parece que ya había reservado. 

—¿Cómo alguien como tú se casó con el señor Wilson? —pregunto indiscretamente. 

—El destino—responde y sonrío. 

—¿El destino? —indago asombrado pues obvio que fue por dinero, ese señor podía sersu abuelo, si tengo claro algode esta chica es que es una interesada—Cualquier hombre daría lo que no tiene por ti. 

—¿Incluso tú? 

—Incluso yo—respondo sin dudarlo. 

—Me alegra saberlo, así puedo hablar con claridad del pir qué de a la cena. 

—¿Quieres que vayamos a un lugar más tranquilo? —cuestiono y ella sonríe sabe perfectamente cuáles son mis intenciones. 

—¿Más tranquilo? Para hablar de trabajo este lugar está perfecto. 

—¿De trabajo? Pensé que.... 

—¿Qué pensó? ¿Qué lo invitaba a salir porque me pareció interesante? —cuestiona y sonrío. 

—Amber, desde ahora voy a dejarte claras mis intenciones —pronuncio captando su atención—me gustas. 

—Eso es irrelevante, estás casado. 

—Eso no es un problema para mí, además cuando me gusta algo siempre lo consigo. 

—Francis—dice tímida y suspira—no eres el tipo de hombre con el que saldría, solo vine por negocios—responde sacando de su cartera un expediente y rodándolo con delicadeza hasta mí. —Estuve estudiando como funciona la empresa  y aquí están mis sugerencias  de las cosas que deben ser mejoradas, quiero una oficina propia y una secretaria, atenderé de cerca mis intereses financieros. 

—Preciosa creo que te verías mucho más guapa tomando tus ganancias y gastándola en viaje y ropas sin preocupaciones de la vida. De igual forma las ganancias que te generan las acciones de tu esposo te dan para vivir comodamente sin preocupaciones, es mi sugerencia. 

—La tendré en cuenta—pronuncia mientras se acercan las meseras. 

—Y ahora que has dejado todo claro dime ¿por qué dices que no soy tu tipo? Juro que sea cual sea la opinión que tienes sobre mí puede cambiar cuando me conozcas mejor. 

—Desleal, infiel y mujeriego, que cambia de pareja como de camisa sin importar que tenga esposa. 

—Eso dolió, también tengo sentimientos. Pero te digo algo te siento diferente a las demás. —agrego.

—Y yo apuesto lo que sea que esa frase las usado demasiadas veces. No te molestes en perder tu tiempo, al fin y al cabo no podemos tener siempre todo lo que queremos. 

—Linda, yo siempre consigo lo que quiero sea como sea. 

—No suelo ser delas personas que cambian de opinión con facilidad—termina diciendo—creo que ya deberíamos irnos—agrega poniéndose de pie y le hago una seña a la mesera que no tarda en aparecer. 
*******
Detengo el auto frente a su casa. 
—Espero que se repitan cenas como estas—pronuncio mirándola fijamente a los ojos y ella sonríe levemente, acerco mi rostro un poco más al suyo con la intención de besarla, pero ella se muestra indiferente y abre la puerta del auto. 

—Gracias por la cena, señor Lacroust,—pronuncia bajando del auto—dele saludos a su esposa de mi parte. —termina diciendo y me dice adiós con la mano. 

—Que tengas dulces sueños, me gustó mucho salir contigo—dice el mensaje que le envío. Miro mi teléfono una y otra vez y no me responde. O sea ¿no le gustó salir conmigo? o solo se está haciendo la interesante, definitivamente esta mujer me confunde de mala manera, siento que hay buena conexión entre nosotros aunque ella niega que le gusto, duce que no soy su tipo pero me mira con deseo, me invitó a salir y ahora no puede responder un simple mensaje. Me estás volviendo loco Amber pero no voy a parar hasta llevarte a mi cama.