¡Hola, escritores y escritoras! Aquí os traigo un nuevo consejo.
Todos sabemos que los comienzos son difíciles. No sabemos cómo plasmar nuestra idea en el papel, no tenemos ni un solo capítulo... Nos sentimos perdidos y desorientados. ¡Qué no cunda el pánico! Aquí estoy yo para ayudaros.
Si ya tenemos una idea en mente, eso es un gran paso. Haced un esquema que se centre en esa idea. Lo que no debéis es poneros nerviosos. Escribir es más sencillo de lo que parece. Una vez que tengamos este esquema, empezad a hacer una lista de sucesos que queréis que ocurran en el primer capítulo y de ahí empezad a escribir. No olvidéis revisar siempre lo que habéis escrito, fijándoos en que haya coherencia y no haya ningún error ortográfico y gramatical.
Si no tenéis una idea fija de lo que queréis escribir, pensad en algo que os interese. Recordad que es fundamental que aquello que escribamos nos guste; si no, será una pérdida de tiempo. Podéis tratar esos temas con mayor pasión, os lo aseguro.
También podéis tomar un lápiz y un papel y escribir sobre aquello que os rodea, inventándoos una posible historia entorno a las personas que os rodean.
La inspiración es fundamental y está la podemos encontrar en un millón de lugares: en la calle, en el trabajo, en la universidad o colegio... Yo, por ejemplo, suelo tener muchas ideas cuando estoy bajo la ducha, pues el agua me ayuda a pensar con claridad.
Recordad este consejo. No os desesperéis. Los comienzos siempre son difíciles y es una de las cosas más importante de la novela, pues es ahí en donde el lector decidirá si seguir leyendo la novela o no.
Espero que este post os haya servido de ayuda. Nos vemos pronto. Besos.