La miré a los ojos y me sonrió.
Como lo sé si mi mente solo se enfocaba en la
tormenta grisácea de su mirada.
No lo tengo claro en realidad.
Como era su cuerpo, el color de su piel o su cabello
tampoco lo recuerdo.
Pero sus ojos... ah sus ojos eran grises con pequeñas motas verdes
y un brillo con un toque sobrehumano -no me critiquen es lo que vi-.
Quería acercarme y constatarlo.
Quería acercarme y comprobar si podrían brillar más y ser responsable
de lograrlo.
Pero desvió su mirada de mí y la enfocó en otro lugar,
y aquella duda que tenia se disipó...
Sus increíbles ojos grises resplandecieron aún más y curioso de la razón
busqué su nuevo enfoque.
Un par de niños se soltaron de las manos de un atractivo hombre
gritando y corriendo a sus brazos, de cerca aquel mismo hombre llegó;
la abrazó y besó con tal con pasión y amor que el solo verlo me
estremeció y no voy a negarlo. Ella giró y con los niños a su lado salió.
Y aquel hombre antes de seguirla volteó hacia mí y se topó con mi mirada,
debo admitir que sentí algo de vergüenza el ser atrapado; pero al ver sus ojos lo entendí.
Sentí envidia... lo que daría por encontrar mis propios... brillantes ojos grises