He pasado parte de mi vida siendo un remedo de lo que puedo llegar a ser.
Soy una buena hija porque callo mis errores.
Soy inteligente pero no lo uso correctamente.
Soy capaz de comerme el mundo y lograrlo todo pero no he conseguido nada.
He llegado a un momento de mi vida que me siento tan vacía y desolada que casi no me importa nada.
Porque en retrospectiva me he dado cuenta que no tengo nada.
No tengo vida... porque me asusta afrontarla y vivirla.
No tengo amigos... porque no tengo algo que compartir.
No tengo independencia... porque me he autoimpuesto depender de los demás.
Lo único que tengo son sobras... sobras de una vida que no he empezado a vivir.
Sobras que no son suficientes y sin embargo me ahogan... pero me acostumbré a ellas y no sé cómo ambicionar más.