-un día muy cansado y atareado, ya casi siendo hora de salir del trabajo-
Ya hace una semana del incidente, muchas cosas han cambiado desde entonces, al día siguiente después de aquella noche mi padre me dio los buenos días, con el desayudo y un vaso de jugo en la mesa, todo fue tan raro, ya que era la primera vez desde la muerte de mama que nos sentábamos juntos a desayunar, y desde ese día mi padre salió en busca de trabajo, y también hice lo mismo, todo es normal ahora, cada mañana mi padre y yo desayunamos juntos, platicamos como lo solíamos hacer mucho antes.
Se siente tan bien, un trabajo donde la paga no es tan mala el horario es accesible y la jefa una excelente persona, aparte de todo cerca de la preparatoria a la que tengo pensado asistir este año, a 30 min del departamento y justo frente al parque donde lo vi a él.
Fue una coincidencia que hubiera una vacante y que todo fuera tal y como lo esperaba, pero aun siendo así de bueno, tal como lo pensé, ese día sería la única vez que lo vería…
Ya casi son las 8 de la noche, es el turno que me toco hoy, toda la tienda muy sola, y yo en la caja esperando a que den las 8 y la chica del turno de noche llegue para tomar mi tugar, normalmente estamos dos en cada turno, pero hoy la señora que hace turno conmigo llamo para avisar que no vendría, así que me encuentro solo con una mano en la mejilla, aburrido, lo único que me entretiene y me ayuda son los audífonos puestos, una canción un poco pegajosa…
Tin, tin tin…
--Oh, un cliente, bueno supongo que será mi último cliente, mi turno termina en 15 minutos y como Cinthia aun no llega, no tengo de otra+
-¿Cuánto es?-
¿Qué, es él? Mi mente quedó en blanco, la voz… era la misma que aquella vez, mire su rostro, sin duda alguna era aquel chico de nieve, era él.
Me miro y solo vi como su sonrisa aparecía, fue la sonrisa más bella, era maravilloso, su rostro era lo único que mis ojos miraban, sus labios eran tan rosados y lindos, no como aquella noche, que eran pálidos si un poco de color. No podía dejar de admirar tanta belleza, hasta el punto de no sentir el momento en que Cinthia llego.
-¿Puedes cobrar?, ¿disculpa?-
-Auch- de repente sentí un pellizco, era Cinthia pellizcando un costado de mi abdomen., fue entonces cuando reacciones y escuche una pequeña risita.
Me sentí tan apenado, Cinthia se disculpó y aunque me sentía tan apenado también me disculpe y procedí a cobrar los productos.
Me cobros dos capuchinos grandes, unas donas, etc.
-Son $89.9 - me dio el dinero y devolví el cambio. Tomo sus productos y se fue, sin decir un hola, o ¿cómo estás?, o ¿qué tal te ha ido? Pero no, nada, simplemente un gracias y ya, fue todo lo que de su boca salió.
Que más podía esperar, ya llevaba una semana desde ese entonces, además mi rostro estaba hecho un desastre, mis ojos hinchados y rojos, ya era de madrugada era de esperarse, entiendo el por qué no me reconociera.
Bueno, aun siendo ese el caso, no puedo negar que me siento un poco decepcionado, pero qué más puedo hacer, en fin, ya todo pasó.
Bueno, mi hora de salida ya llego, iré directo a casa como de costumbre.
-Adiós Cinthia, nos vemos mañana.
-Adiós, que tengas muy buena noche Ian-
-Gracias, bye.
Fue un día muy agotador, mucho trabajo, y sigo pensando en lo que recién acaba de suceder, pensar que él no me reconoció me deja un poco decepcionado, bueno y quien tendría interés en mí, ni siquiera tengo un rostro encantador, soy tan común.
Ya era tan oscuro, el camino estaba cubierto de nieve, hacia tanto frio que mis pies se sentían estar descalzos, mis manos y rostro tan fríos que no sentía calor en mí. De la nada y sin que alguien me llamara, en un instante moví la cabeza en dirección a aquel parque donde hace una semana me encontré con ese chico, y justamente en aquel banco junto a la lámpara, él se encontraba, con una pierna sobre la otra, mirándome fijamente, me emocione en ese momento y de la nada di dos paso en dirección a él, pero me detuve casi al tercer paso, recordé lo que paso justo hace un rato, por lo que decidí dar la vuelta y seguir mi camino rumbo a mi departamento, pero…
-Te iras sin siquiera decir, ¿hola? Eres tan malo recordando a las personas o quizás... ¿te desagrado?
Él estaba justo frente a mí, no me di cuenta en que momento apareció, solo estaba ahí viéndome con la misma sonrisa de cuando fue a la tienda.
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Editado: 01.07.2019