Todo empezó cuando la chica puso su primer pie en ese internado. Al principio todo iba de maravilla. Como todo comienzo tiene su fin, este también lo tuvo. Desde el inicio tuvo sus metas claras, lo que debía hacer, cómo hacerlo, todo lo tenía controlado.
Hasta que apareció alguien de su pasado, quien nunca debió haber vuelto, pues este solo trajo problemas consigo. Él venía envuelto en mentiras, secretos, engaños, en peligro. Ella no lo sabe, pero está involucrada en los mismos asuntos que él.
Para lograr sobrevivir ambos deben poner de su parte y dejar todo el odio que se traen a un lado. Nadie puede saberlo, si quieren seguir con vida tendrán que ser cómplices de lejos, para que nadie sospeche nada. Pero, ¿y si no lo logran?
Él solo revive una y otra vez las pesadillas de ella que tendrían que estar en lo más profundo de su pasado, sin tenerlas presente. Él no se da cuenta de todo el daño que le causa. Sin embargo, ella finge estar bien, que no pasa nada malo. Finge, como siempre, justo a como lo ha hecho toda su vida.