Cómplices Del Destino (trillizas Hiltmoose Libro 1 y 2)

4. Walden

Publicado Originalmente: 3 de Enero 2021

Feliz 2021 a todos. 

*****

Durante el camino a la casa de los Hiltmoose Lina se mantuvo en silencio.  Parecía como si lo que hubiera sucedido ya lo hubiese olvidado o simplemente pareciera como si nunca hubiera existido.  Después de todo habían tenido sexo, como cada vez que terminaban una pelea.  Decidió no mencionar nada y actuar como si todo estuviera bien entre ellos.

Aunque las cosas no volverían a ser igual.  Porque simplemente ya se había hartado de aceptar cualquier cosa que hiciese Lina.  Y luego de ese día, su orgullo estaba herido.  No podría olvidarlo, ni dejarlo pasar como otras veces.  Simplemente no había forma de que pudiese dejarlo de lado.

Al bajar del auto Lina sostuvo su brazo.

—Walden… ¿estás enfadado conmigo por lo de esta tarde? —preguntó Lina antes de querer entrar a su casa.

La mirada que recibió de Walden fue suficiente respuesta.

—Estoy muy enfadado con todo.  Lo mejor será dejarlo de esta forma.  No quiero que tu familia sepa lo que está pasando.  Tampoco quiero hablar del tema —dijo en voz baja.

Lina asintió de inmediato y cogió su rostro entre sus manos para besarlo.  Al hacerlo solo fue recibida por la fría mejilla de Walden, quien le había girado el rostro.

—Prometo que no lo volveré a hacer, Walden.  Yo simplemente no se como termine accediendo a todo eso.  ¡Ni siquiera conozco de verdad a Jack!  Se que era el mesero que conocí en un club, pero eso es todo.  Yo estaba muy ebria antes.  No sé qué hacía —intentó excusarse de nuevo.  Para esas alturas Walden ya estaba bastante cansado del tema.

Apretó la mandíbula y negó despacio.

—Por favor, dejémoslo así.

—Te juro que es la primera vez que hago algo como esto, Walden.  Yo de verdad jamás te he sido infiel en el pasado.

—¡He dicho que lo dejemos así! —sentenció Walden alzando un poco la voz—. No me interesa saber si me has sido infiel o no antes.  Quiero olvidar esta mierda de una vez.  Porque de lo contrario me subiré a este auto y me largare de tu vida y de la de tu familia sin dar explicaciones.  Me importará bien poco lo que piense mi familia sobre esto.  No tientes tu suerte, Lina.  Lo que hiciste no me ha hecho despertar de nada.  Solo me ha abierto los ojos para darme cuenta de lo mal que estaba esta relación antes.

»Así que solo entramos a la casa y fingimos que esta mierda esta normal.  ¿Quieres?

Lina se sentía herida al escucharlo hablar así.  Terminó por asentir y tomar su mano para adentrarse a la mansión.  La había cagado y no tenía ni idea de cómo arreglarlo.

Al entrar a la mansión fueron recibidos por el ama de llaves, Helen.

—Buenas noches a ambos, la familia ya se encuentra en el comedor.  Creyeron que no vendrían por lo que pidieron que se sirviese la cena antes —anunció Helen con amabilidad.

—Por favor, es estúpido que pensaran que no venía —respondió de mala manera Lina y se alejó para ir al comedor con su familia.  Walden sacudió la cabeza despacio, reprobando lo que acababa de presenciar.

—Discúlpala, hoy no se siente bien —dijo Walden intentando que Helen no se sintiera mal ante el mal trato por parte de su novia.  Helen le restó importancia, porque conocía bastante bien como era Lina Hiltmoose cuando estaba de muy mal humor.  De forma cariñosa le puso la mano sobre el hombro de Walden.

—No te preocupes cariño, que no hay forma de que Lina pueda ofenderme.  Me alegro de que hoy su padre mandó a preparar su comida favorita. Eso la calmara un poco, estoy segura —respondió Helen.

Walden asintió despacio preocupado.  Cuando preparaban la comida favorita de Lina, significaba que tenían que comunicarle algo importante.  Si los Hiltmoose tenían algo importante que decir.  Habían elegido el peor día para hablarlo con Lina.  No le respondió a Helen y caminó con rapidez al comedor para no levantar sospechas.

Saludó a los padres de Lina y a su cuñada, Mina.  Esta le dio una sonrisa forzada que le hacía ver que había un tema importante que tratar y que no sería bueno.  Habló un poco con Arturo, mientras Lina hablaba con su madre sobre una nueva tienda que abriría pronto y querían su presencia.  Walden se permitió no pensar en todo lo que había pasado.  En la infidelidad de Lina, en lo fácil que había aceptado continuar con las cosas.  En como eso ahora estaba trayendo represalias.

Si los mellizos supiesen lo que pasó, probablemente lo llamarían imbécil.  Y aceptaba que era un maldito imbécil que siempre cedía.

—Lina, quería comunicarte que estoy haciendo una fiesta para celebrar el cumpleaños de ustedes.  Es muy importante para mí que asistas a este evento en una pieza intacta.  Vendrán tus primos y familiares desde muy lejos.  Pronto heredarás un título y es tiempo de que la familia vaya conociéndote.  Así que espero que llegues a tiempo y no pase lo que sucedió la última vez.

Walden dejó el tenedor a un lado y miró de reojo a su novia.  Conocía esa mirada perspicaz en su rostro.

—No pienso estar en esa fiesta.  Me importa muy poco lo que piensen sobre mí, papá.  Así que desde ya te lo digo.  No pienso ir, tengo otros planes.



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En el texto hay: secretos, trillizas, destinos

Editado: 21.10.2022

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