Con P mayúscula

Capitulo 24:

Cameron

 

—Tienes un visitante —susurra Asher mientras trotamos en la cancha. Mis ojos siguen su dedo solo para encontrar a Hailee sentada sola en las gradas.

—Ella debe estar comenzando su proyecto.

—Proyecto de arte, cierto —él arrastra las palabras—. Así le decimos ahora. Porque si el proyecto incluye conocerse de cerca y personalmente como los vi a los dos en la sala de trofeos del entrenador el viernes por la noche, entonces me apunto de primerito.

—En serio, debes dejar de hablar —gruño, buscando a Jase en el campo. Asher se da cuenta y sofoca una carcajada.

—No te preocupes, él está trabajando con el entrenador en algunas jugadas nuevas. Lo nivelo con una mirada dura, pero solo alimenta su curiosidad.

—¿Entonces, cuál es el trato? ¿Desde cuándo cuidarla implica tener los dedos enterrados profundamente en su…?

—Ash, lo juro por Dios si tú…

—Por Dios. —Sus manos vuelan hacia arriba—. Es broma, estoy bromeando. Pero estoy empezando a pensar que esto con ella no es un juego. Ella te gusta de verdad.

—Yo no…

Me da una mirada puntiaguda.

—Oh joder, sí, te gusta totalmente. Jase va a volverse loco.

—Nunca te enteraste de esto, ¿me oyes? Fue un error.

—Sí, sí, lo que tú digas, hombre. —Asher me da una palmada en la espalda—. Sólo sé cuidadoso. Esa chica está loca. Y esto con ella, Jase y Thatcher sólo empeorará antes de que mejore.

Eso es exactamente lo que me preocupa.

Todos esperábamos que Thatcher hiciera un movimiento durante la semana de rivales, pero no hemos escuchado ni al viento venir de su lado del río. Sin embargo, no significa que no vaya a devolver el golpe, significa que está esperando su momento. A la espera de atacar.

—Chase, Bennet, vengan para acá, señoritas, tenemos ejercicios para ejecutar —grita uno de los entrenadores asistentes. Con una última mirada a las gradas y a Hailee, reprimo todos los pensamientos que pasan por mi cabeza y me concentro en la tarea en cuestión. Desquitándome con los chicos de la defensa.

 

~~~

 

Después de un entrenamiento agotador, me quedo atrás mientras el resto de los muchachos entran al vestidor.

El entrenador está ocupado hablando con Hailee. Tiene un cuaderno de dibujo en sus manos y una sonrisa plasmada en su rostro mientras le muestra lo que sea que es en lo que ha estado trabajando.

—Chase, ven aquí, hijo —su voz retumba por el campo y me quito el casco y corro hacia ellos

—. ¿Qué pasa, entrenador?

Mis ojos rozan la cara de Hailee mientras paso una mano por mi cabello húmedo, pero ella

mantiene su mirada fija en el cuaderno en su mano.

¿Puedes enseñarle a la señorita Raine el almacén? Quiere explorar algunos de los viejos álbumes de fotos para…

Él la mira y ella sonríe.

—Inspiración.

—Inspiración, cierto. —El entrenador aprieta los labios—. ¿Puedo confiar en que la vas a ayudar a encontrar lo que necesita?

—Por supuesto, señor.

—Y si necesitas algo más, solo pregunta. —Él asiente severamente y nos deja solos.

—Oye. —Le doy una sonrisa—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, gracias. —Sus ojos recorren los míos.

—Escucha, quería hablar contigo, después de la otra n…

Ahora no —dice Hailee, agarrando el cuaderno de dibujo contra su pecho como un escudo. Como si ella necesitara una armadura contra mí. El pensamiento me da un puñetazo en el pecho—. Necesito concentrarme en este proyecto si quiero terminarlo a tiempo y no puedo permitirme ninguna distracción.

—¿Es eso lo que soy? —La comisura de mi boca se inclina hacia arriba. Ser una distracción para ella suena como algo con lo que puedo estar de acuerdo.

—Cameron, lo digo en serio. —Me dirige una mirada entrecerrada, pero estoy seguro de que capto un brillo en sus ojos.

—Sin distracciones. —Levanto mis manos—. Lo prometo. Vamos, te mostraré dónde está el almacén, pero probablemente debería advertirte, huele a tacos viejos.

Su nariz se arruga, y me rio entre dientes.

—¿Creías que pintar al equipo sería todo glamoroso?

—No sé lo que pensé. —Sigue está agarrando ese escudo suyo—. Para ser honesta, aquí me siento un poco fuera de mi ambiente.

—Déjame ver lo que has hecho.

—Mejor no. —Sus dedos aprietan su cuaderno con más fuerza—. Es solo un boceto en este momento. Quería atraparte en acción.

Un sonrojo sexy se extiende por su cuello y en sus mejillas y no me pierdo la forma en que casi se atraganta con la palabra “acción”.

—Estoy pensando en hacer una composición menos tradicional, algo que capture la esencia del deporte en lugar de la del jugador.



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En el texto hay: problemas, amor, futbol

Editado: 13.12.2020

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