Llegué al club sin avisar y sin buscar al chico, espere pacientemente al jefe. Vi cuál era su hora de llegada, me topé con él intencionalmente, hice todo lo que estuvo a mi alcance para mostrarme seductora e interesada, pero lo dejé hasta ese paso, no noto mis intenciones ni mis diferencias, todo marcho bien.
Quizá era día de su descanso, no lo vi por ninguna parte y eso fue bueno para el plan. Comenzaba a volverse un hábito el salir por las noches, Jared me invitó a ir junto a sus amigos el día que no abrían el club a otro lugar, accedí, quería seguir viéndolo y hablar con el lo más que se pudiera. Luego de eso caminamos un poco por la ciudad y en todo momento cuido de mi, cuando no nos veían me mimaba cariñosamente, yo ya toleraba ese comportamiento sullo. Tuvo que atender una llamada, se alejó un momento del grupo y luego de un tiempo volvió. No me incumbia, así que no comenté nada. Por esa noche todo marcho bien, nuevamente se ofreció en llevarme pero esta vez no accedí.
El día de ejecutar mi plan se acercaba aunque me preocupaba la situación del chico, no quería que saliera afectado por ningún motivo, pero no sabía si podía confiar totalmente en él y llevarlo conmigo. Nos vimos un momento por la mañana, estaba muy entusiasmado.
-Por la sonrisa debe ser algo bueno- Le dije mientras me acercaba.
-Me aceptaron en la audición que hice
-Okay modelo, ¿Me darás tu autógrafo antes de que te hagas famoso?- Estaba feliz, de la nada me abrazo tan fuerte contra su pecho y yo no supe que hacer, estaba desorbitada y actúe un poco estúpida sólo sonriendo en señal de entenderlo.
-¡Tenemos que celebrar! hoy tienes que llegar al club, de seguro serán mis últimos días ahí...
Ese último comentario me agradó, el chico me importaba, luego del plan el lugar sería un caos o se armarla una gran revuelta. Ahora por decisión propia me vestía diferente para ir al club. El chico radiaba, sus rizos que cubrían su cara y aquel traje grisáceo con camisa blanca le quedaba muy bien.
Sus compañeros ya sabían que llegaba buscándolo a él. Íbamos a la misma mesa, la cual estaba muy cerca de la oficina del jefe. Brindamos y reinos por un buen tiempo, hasta que le dijeron a Jared que alguien lo buscaba a fuera. Al quedarme sola me asomé al lugar donde encontraría a mi presa. No había nadie resguardando la puerta por lo que me acerque y alcance a escuchar comentarios en tono alto, al mismo tiempo alcance a oír aquellas palabras que llevaba por varios años repudiaba.
La sangre en mi cuerpo hervia de rabia, presione tan fuerte como pude los ojos y empuñe las manos, pero no era suficiente. Abrí la puerta furiosa, todo se detuvo, corrí y me lancé al primer tipo que encontré, no lo dude ni un segundo, logre controlar mi forma luminosa y concentrar la energía en mis dedos, le lance un golpe rápido y con mucha fuerza que atravesó su cuello, cayó al suelo y fui tras la persona que me había destruido la vida, quien me pidió volverme fuerte para vengarme, y ahora iba hacerlo.
-¡Querías que me volviera fuerte para vengarme!... ¡Ya he tenido suficiente tiempo!
Sólo pudo recordar quien era. Fue de mis peores actos. El dolor me cego, prácticamente desmembre al tipo, cuando reaccione había sangre por todos lados, limpie mi rostro y las manos sobre la ropa y corrí. Muy pronto se darían cuenta y no iba a poder sola. Me topé con Jared, no entendía porque salía de la oficina de su jefe.
-¿Qué hacías ahí?... ¿Que está sucediendo?...
-Hay que irnos- Le dije con poco aliento, y apenas logrando articular palabras.
-¿Sura, puedes responder?- Estaba molesto y confundido.
Lo bese, tomé su rostro y lo bese. Estaba preocupada por él y no sabía cómo hacerlo entrar en razón. -Corre...-
Tomo mi mano y sin decir una sola palabra buscamos la salida, antes pregunté por la alarma de incendios, pasamos por la cocina, hizo soñar la advertencia y continuamos por la puerta trasera. Corrimos tanto en silencio hasta llegar a su apartamento. Nos estuvimos y bajo la luz de la lámpara me vio caer al suelo cansada, dolida del brazo y en crisis. Llevaba puesto su saco y hasta ese momento noto las manchas de sangre seca en mis manos y ropa que pidió una explicación.
-¿Que fue lo que sucedio? Hice lo que me dijiste, ahora dime la verdad.
-Lo mate- dije aún desorbitada.
-¿De qué hablas Sura?...
-¡Lo mate! ¡Mate a tu jefe! ¡Él me dijo que me hiciera más fuerte para vengarme! ¡Acesino a mis padre y yo lo mate a él!
Se acercó a mi, tomo mis manos y las vio por un momento, luego de eso me llevo hacia él y me apretó tan fuerte que sentí como todas las partes rotas dentro de mi se unieron y aquel dolor inmenso cesó. Subimos a su habitación, me ofreció ropa limpia y agua caliente. Me sentía un poco mejor, pero al mismo tiempo tan débil y vulnerable. Lo espere en el sofá aún atónita.
-Debes descansar... ¿Tienes algún plan?... El lugar tiene cámaras.
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Editado: 10.06.2020