Elissa, eso fue lo contestado al preguntarme cual era mi nombre; fue lo comentado cuando, con un dolor punzante en mi pecho y un molesto nudo en la garganta, rememore que eso mismo te había dicho en estos trece años que convivimos juntos, tan cerca, sin embargo, tan lejos a la vez.
Parecías fuera de lo que me sucedía, de seguro ni pensaste en cómo me llegué a sentir al escucharte, tan devastada y mal consigo misma. Fatal por no ser lo suficiente para ti.