Con tan solo un roce.

40

Esa noche, luego de aquella acalorada pelea, fundiste tus labios en los míos. Ese gesto era tan diferente a los demás, tan embriagador y desenfrenado. La adrenalina corría por nuestras venas, me tocaste; dejé que me tocaras. Fue imposible alejarme de ti, estaba tan sumida a esto que no vi tus verdaderas intenciones.

De nuevo... ¿Por qué fui tan ingenua? ¿Fue la falta de experiencia o esto solía ocurrir? 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.