Capitulo 6

Mauro

Voy manejando camino al departamento con los chicos, después de que se bajo Amelia su aroma aun está en mi auto y por increíble que parezca eso me parece reconfortante, a diferencia de ella que es tan exasperante.

Aun no entiendo porque le gusta pelear tanto como si de eso dependiera su vida, lo peor es que algo me atrae tanto de ella.

-¡Hey Mauro, mínimo dio las gracias la chiquilla!

-Eso ya es ventaja considerando que su pasatiempo favorito es ser altanera.

-Hoy vamos a tocar en el Bar, la hubieras invitado igual y así va bajando la guardia y se deja quitar un poco lo amargado- dice Issac sonriendo de manera picara, creo que piensa que podría tirársela.

-¿Y qué me amargue la noche? No gracias, la música es de las pocas que en verdad disfruto y me apasiona como para dejar que alguien o algo le quite ese encanto- le digo para que deje de hablar de ella, la verdad es mentira si me gustaría poder verla entre la gente, con esa mirada tan misteriosa y cautivadora.

Pero para ser honestos dudo que algún día ella quiera estar conmigo sin estar peleando por cualquier cosa que se le ocurra.

Llegamos al departamento, preparamos todo para ensayar un rato, después decido que necesito despejar un poco mi mente antes de ir al Bar y aun tengo tiempo para hacerlo

- Issac nos vemos en el Bar les dejo las llaves de la camioneta para que carguen los instrumentos, yo me llevo mi guitarra y el carro.

-Ok, nos vemos a las 21:00 para poner todo, no llegues tarde.

Salgo con mi guitarra al hombro y subo en mi auto, me dirijo hacia mi departamento, porque si, debo de tener mi propio espacio para poder aclarar mi mente o simplemente distraerme con alguna chica.

Al llegar dejo mi auto en la calle ya que no voy a estar tanto tiempo como para meterlo al estacionamiento, bajo del auto y me dirijo a la entrada cuando siento a alguien chocar contra de mi.

¡No puede ser! Amelia cae al suelo y a mí no me queda mas reírme de la situación.

-¡De verdad lo único que vas a hacer es reírte de mi! Nunca te puedes fijar por donde caminas.

-Amelia yo iba pasando hacia mi entrada creo que tu eres la que deberías fijarte por dónde vas- le digo al mismo tiempo que le extiendo mano para ayudarla a levantarse.

- ¡Ay! Mi tobillo me duele, mi trasero también y para acabar estoy toda mojada porque obvió tenía que caer en un maldito charco- exclama con una mirada furiosa, al parecer esta apunto de querer soltar el llanto también.

-Recárgate en mi, vamos a mi departamento, hay te puedo revisar el tobillo y darte una toalla y te puedes lavar las manos- le digo para tratar de que se calme un poco.

-Te diría que no, pero por cómo me dejaste tendré que aceptar entrar contigo, a expensas que puedas ser un asesino- me dice con tono de broma pero veo algo en su mirada que no se bien que es.

-Te prometo que contendré mis impulsos asesinos y no te hare daño, o si prefieres irte así también está bien por mi- le digo para ver si logro que acceda, aunque ya me estoy convenciendo que podría ser mejor llevarla a su departamento en mi auto, aunque no me anima pensar en que esta toda mojada.

-Ok, confiare en ti- dice por fin y le ayudo a entrar.

Al estar en el elevador se encierra su aroma con el cual me deleito un momento en lo que llegamos a mi piso.

-No pensé que vivieras por esta zona, con eso que en la tarde te fuiste por otro lado creí que vivías mas al este del campus- me dice con curiosidad.

-Este es mi departamento, aquí solo vivo yo a donde me dirigía en la tarde es donde se quedan los demás y ensayamos, a veces me quedo allá también por que si tengo habitación pero me gusta la privacidad, al final no se puede asesinar tranquilo si tienes muchos espectadores- le digo para poder saciar su curiosidad y al mismo tiempo bromear con ella un poco.

- ¿Pagas doble renta entonces?- me dice incrédula, yo en realidad no le encuentro problema tengo para hacerlo y así puedo tener mi espacio cuando quiera.

-Así es, solo pago una parte de allá, tú ¿Vives con alguien más o solo tú?- le pregunto al salir del elevador.

-Vivo con Isa, y prácticamente con su novio también, o al menos eso parece, pasa mucho tiempo con ella y por lo tanto en el departamento- al decir eso hace una cara de desaprobación.

Estamos afuera de mi puerta, meto la llave y me hago a un lado para que pueda entrar.

-No te cae bien su novio por lo que veo- le digo invitándola a pasar con un gesto con la mano.

Ella entra y noto que se queda viendo a su alrededor, mi departamento es de concepto abierto, al entrar se puede ver una increíble vista en el ventanal y a la derecha está mi cama que es bastante grande, a la izquierda está mi cocina aunque casi nunca la he utilizado, igual esta una barra como mesa y bancos altos, arriba de mi cama hay un estudio y de la cocina hay una mesa de billar.

-No, no me cae bien su novio es muy patán y ha tratado de conseguirme pareja desde hace medio año, creo que piensa que así me iré del departamento, ¿de verdad pagas por todo esto?

-Yo creo que no necesitas quien te consiga un novio, y no, no pago por esto, esto es mío, es un poco pequeño pero me siento cómodo aquí- le digo tratando de no darle importancia al lugar.

-Ja, ¿es broma verdad? Tan solo en tu vestíbulo cabe todo nuestro departamento.

Me encojo de hombros y voy por una silla para que pueda sentarse y revisar su tobillo.

-Toma asiento y déjame revisar ese tobillo que ya lo veo inflamado.

Al sentarse se quita el tenis y puedo ver su lindo pie inflamado, voy a la cocina y saco un poco de hielo.

Se lo doy y le digo - Siempre tus días son así de ajetreados, porque la verdad si yo fuera tu viviría cansado todo el tiempo- le entrego también una pomada para que le ayude a la inflamación y me voy por una toalla.

-No, por lo general mis días son muy aburridos y tranquilos, yo creo que eres tu el que atrae esta vibra conflictiva a mi vida- me dice pero puedo ver una ligera sonrisa que me hace darme cuenta que solo quiere hacerme enojar como es su costumbre.