Conoce a tu enemigo

Capítulo 20

Hasta que no nos encontramos con la fragilidad de la ausencia y la muerte, es muy difícil precisar lo mucho que se ama a una persona. Sally no supo la verdad, de todo lo que amaba al huraño Borja de la Torre, hasta que la luz del sol se encontró con su silueta siempre descuidada. Estaba muy concentrado en mover unas revistas de su cama con toda dificultad a la mesilla de junto.

¡Borja lucía espantoso! Pero su corazón latió de todas formas y se precipitó a ser de ayuda con la torpeza de quien ha visto su verdad.

—Oh, déjame ayudarte —dijo ella, mientras le arrebataba las hojas de las manos al joven, quien ocultó su rostro raudo.

Borja se había acostumbrado a que todos aquellos que le había conocido, emitían una expresión de asombro al verlo tan deteriorado y con el cabello chamuscado.

No volvería a lucir como él mismo en un buen tiempo, el doctor así lo había dicho.

Definitivamente, ya no era el joven de buen aspecto, que tanto le gustaba al círculo del espectáculo y eso sería un problema un poco más grave que su pierna enyesada. 

Borja creyó sentir sus pensamiento avanzar a lugares más tristes, pero estos se detuvieron porque la muchacha que le visitaba, se sentó en los pies de su cama muy cómoda y dijo risueña:

—¡Vaya, ahora sí que te tomaste en serio eso de renunciar al espectáculo! Creí que era mentira cuando me decías que ya no soportabas a esos parásitos, pero hasta la pierna te rompiste.

Borja rio, como llevaba días sin hacer.

Sally tomó una gran bocanada de aire y preguntó sin rodeos:

—Entonces, ¿qué crees que debemos hacer ahora?

—Oh, bueno, hablé con Teo sobre la posibilidad de un disco colaborativo. ¿Te ha contado sobre ello?

—¡Sí, por supuesto!

—Haremos que se arrepientan de no haberte elegido —sentenció Borja, mientras miraba su celular distraído.

Por supuesto lo tenía prohibido, pero llevaba días queriendo enterarse de lo que decían las redes sobre Sally y su presentación. Aunque su ruptura con Carranza, parecía haberse robado la mayoría de los tabloides en ese minuto. 

Estar atento a las redes era su pasión desde algunos meses atrás, tal vez desde que había conocido a cierta joven apasionada por ellas, pero por supuesto, ese era un secreto.

—Lucías preciosa—le dijo distraído, para luego reparar en lo grave de sus dichos—, y estabas cantando muy bien —completó.

Sally sonrió.

—Gracias. Supongo que es una lástima que me pusiera a llorar, porque cierto cantante decidió prenderse fuego —se burló.

—Por un gato —repuso él.

—Supongo, que esa es una buena respuesta —le dijo Sally encogiéndose de hombros y teniendo, de pronto, la certeza de que estaba completamente enamorada del joven que estaba a su lado.

—Una lástima—susurró Borja y un silencio amistoso los envolvió a ambos. Es posible que los dos estuvieran sintiendo y añorando lo mismo: Una declaración, un sentimiento, un amor.

Entonces, Borja se atrevió a hacer a lo que quería: dejó que sus dedos juguetearan despacio hasta la orilla de la cama y se deslizaron suave por encima de la piel de Sally, quien en un delicado movimiento cogió su mano. 

No hablaron de ello, pero permanecieron así, todo lo que pudieron. Borja volvió a narrar la odisea de sacar a Bigotitos. Sally le comentó los avances de la investigación y sobre el futuro de Maitane Mendoza. Resultaba que, bajo la estricta mirada de la contadora, se había comprado, un par de meses atrás, un cuantioso seguro para la casa, que nunca dejó de pagarse. Por lo que, en cuanto acabara el proceso de investigación que vinculaba a Lorenzo Sáez con el siniestro, tendría el dinero suficiente como para construir exactamente lo que el cantante había querido; Un precioso centro cultural, que podría, si él así lo deseaba, ser donado a la organización de vecinos de Maitane Mendoza. A Borja, tomando las palabras de Dorian, le pareció «soñado».

Hablaron también de lo que se había revelado esos días; respecto a su familia y matrimonio. Por extraño que sonara, y trás meditarlos por varios días, Borja había llegado a la conclusión de que la idea de ser visto como un héroe rescata-gatitos, no le divertía tanto, como las demandas que Teodoro estaba gestionando, por las calumnias entrelazadas con los hechos, que los canales habían estado distribuyendo. Con mucha suerte, esos “parásitos oportunistas”, finalmente entenderían cuál era su oficio. 

Una hora después, presionados por la enfermera, ambos se vieron obligados a separarse de manera apresurada y se despidieron nerviosos, con la promesa de volver a verse al día siguiente. 

Cuando Sally ya se encontraba en el umbral que daba a la inevitable despedida, Borja tomó presto su celular y se atrevió a enviar aquel mensaje que llevaba días escrito.

Sally lo recibió, casi de inmediato y lo leyó. Su rostro se dibujó risueño, como quien comparte un chiste sólo hecho para dos. 

—¡Sally! —la llamó.

La muchacha levantó la mirada de la pantalla, a la espera de lo que Borja quisiera decirle. 

—Entonces, ¿aceptarías?

Sally sonrió.

 

#SiAcepto

 

Hey Sally <hey_sally23@ygmail.com>

Entrevista SSG

1 mensaje

Borja de la Torre <borjadelatorre@ygmail.com>

Para: Hey Sally <hey_sally23@ygmail.com>

 

Estimada señorita, @Hey_Sally:

Este correo tiene el interés de recordarle que nos vemos en la obligación de coordinar aquella entrevista que previo acordamos con el programa SSG.  



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En el texto hay: romance, odio, romance drama

Editado: 14.11.2021

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