Por el otro lado, Enrique también estaba muy feliz, al llegar a su casa vió que Carlos lo estaba esperando preocupado, y al ver el rostro de felicidad de Enrique se intrigó por saber que había pasado con ellos (Enrique y Cindy).
-¿Qué fue lo que pasó? – preguntó Carlos, quería una respuesta inmediata.
-Estás frente al galán novio de Cindy – dijo Enrique sonriente y dirigiéndose hacia Carlos.
-¿Qué?, ¿estás hablando en serio Enrique? – preguntó Carlos asombrado.
-Sí, acaso no me ves?, yo no mentiría con algo así, ella aceptó ser mi novia – dijo Enrique, Carlos al verlo vió aquella expresión en el rostro de Enrique que no veía hace mucho tiempo, Carlos tenía el presentimiento de que Enrique iba a volver a ser el hombre bueno de antes. La vida le había dado una segunda oportunidad a ambos.
Carlos estaba contento por la noticia.
Enrique llegó cansado y con sueño, sólo quería ir a acostarse en su cama y dormir. Y Carlos se dirigió a una habitación que había para huéspedes, ahí es donde él dormía cada vez que se quedaba donde Enrique.
A la mañana siguiente, alguien tocaba la puerta insistentemente, eso hizo levantar de un salto a Cindy quien estaba durmiendo a gusto.
-¿Quién viene a molestar tan temprano?! – dijo frustrada mientras la puerta seguía sonando. – Ya hasta se les hizo costumbre golpear mi puerta de esa forma, un poco más y me la echan a volar, dijo protestando.
Al abrir vió a Enrique con un ramo de rosas en las manos, él la vió y le sonrió.
-Buenos días Cindy, ¿cómo amaneciste?, ohh... veo que yo te desperté – dijo Enrique al ver a Cindy con una cara soñolienta, apenas podía mantener sus ojos abiertos, ella lo saludó amablemente, le dió un beso en las mejillas y lo invitó a pasar.
-Siéntate por favor – dijo Cindy apuntando al sofá.
-Gracias – respondió Enrique, sin despegar su mirada de ella.
-Ehh... ¿Qué te trae por aquí tan temprano? – preguntó ella.
-Vine a visitar a mi bella novia – dijo sonriendole mientras la veía. – ah, por cierto, no es tan temprano son las diez menos veinte, afirmó Enrique.
Cindy al oír la hora sobresaltó los ojos.
-No llegabas a mi casa para las terapias así que decidí venir a ver si había pasado algo... Pero veo que estás bien... – dijo él con una mirada burlesca.
Cindy vió su expresión y echó una risa sarcástica.
-Bueno, lo lamento me quedé dormida, espero que no te molestes... – dijo Cindy algo apenada.
-No te preocupes, suele pasar, es algo absolutamente normal. – respondió él. – si quieres podemos ir a tomar un café, ¿qué dices?.
Cindy asintió, dijo que se alistaria para salir, que la esperara unos minutos.
Cuando ella salió, se dirigieron a la puerta, y antes de que ella abriera el le dijo...
-Te ves hermosa, siempre estás hermosa pero hoy quise decírtelo...
Cindy se sonrojó ante aquel cumplido, se volteó, le agarró de ambas y le dijo “gracias, tú también te ves muy bien”.
Enrique le dió un beso en la frente y luego se salieron y se dirigieron hacia la cafetería que visitaban a menudo “C&F BREAKFAST”, al llegar Cindy se paralizó completamente ahí estaba Lucas con otros hombres que parecían ser importantes. Por suerte Lucas no los vió, y tampoco Enrique vió a Lucas, pero la inquietud de Cindy se le notaba en su rostro.
-¿Está todo bien? – dijo Enrique preocupado al verla tan inquieta, ella miraba para todos lados, como si tuviera miedo de que alguien la viera.
-No... Nada, todo está bien – dijo mostrando una sonrisa para disimular su preocupación por la presencia de Lucas en aquel lugar.
Ahí mismo ya que el lugar estaba tranquilo Cindy le dió la terapia a Enrique, era su último día de trabajo con Enrique, él progreso fue muy positivo, incluso más de lo que la misma Cindy esperaba...
Después de que terminaron con el desayuno y la sesión, ella le dijo que tenía que ir a dejarle su informe al su jefe.
El se ofreció a acompañarla, la oficina estaba frente a la cafetería así que no sería molestia para él acompañarla.