Capítulo dieciséis

Entraron a la oficina y encontraron a Arnold (el jefe de Cindy) en recepción, dándole unos papeles a la secretaria...

Al girar Arnold vió a Cindy y Enrique a un lado de ella, él se sorprendió mucho

-Srta. James, que bueno verla por aquí nuevamente, y veo que no viene sola, por lo que sé, hoy termina su trabajo con el sr. Díez ¿cierto? – dijo Arnold habló muy rápido.

-Así es señor y con respecto al sr. Díez, él quizo acompañarme – dijo Cindy mirando a Enrique con una sonrisa mientras, mientras él se acercaba a saludar a Arnold extendiendole la mano.

-Que bueno verlo a ud. también señor Díez – dijo Arnold con una leve sonrisa, - vamos, los invito a mi oficina, revisaremos el informe ya que está el sr Enrique también, terminó diciendo Arnold.

Los tres se dirigieron hacia la oficina, entraron y Arnold empezó a revisar todo el informe con gran concentración...

Cuando terminó de leer todo, se levantó y felicitó a Cindy, pero esa sonrisa de Arnol se le borraría con lo que le tenía que decir ella,

-Mire... le quería comentar que ya no quiero trabajar con el sr. Lucas, se que esta mal, pero de verdad ya no quiero trabajar con él – dijo mirando a su jefe con preocupación y luego vió a Enrique quien tenía una expresión de confusión en su rostro.

-¿Habla enserio Cindy? – preguntó Arnold algo molesto, ella asintió moviendo la cabeza de arruba a abajo, ella sólo lo miró con seriedad, por dentro estaba preocupada por la cara de su jefe y además, él la llamaba “Cindy.” cuando se encontraba molesto.

-Bien, hablaré con él para avisarle, la espero mañana temprano para que inicie con su jornada laboral nuevamente... – dijo Arnold, en eso Cindy y Enrique se levantaron para salir, Arnold se despidió de ambos aún con el ceño fruncido, no entendía porqué ella había tomado la decisión de dejar de trabajar con Lucas.

Enrique la invitó a su casa, para que cocinar an algo juntos, ella le dijo que no podía, que tenía que ir a ver a su madre, ya que no la veía hace ya un buen tiempo,

-Perfecto, te acompaño... – dijo Enrique viéndola fijamente a los ojos, vió que ella volteó de inmediato y asintió.

-Bien, vamos – dijo ella.

Al llegar a la casa de su madre, ambos bajaron del coche y se dirigieron hacia el pequeño cerco que había en la entrada, tocaron la puerta y abrió el hermano de Cindy, el al ver a su hermana y aquel hombre que nunca había visto los miró extrañado...

-Cindy, que gusto verte, pasa. – dijo el hermano de ella, mientras la recibía con un abrazo, - ¿y usted es...? – preguntó a Enrique.

-Soy Enrique un gusto – respondió Enrique dándole la mano. Al parecer al hermano de Cindy no le cayó bien Enrique, lo miraba de reojo...

Cuando ya todos estaban dentro de la casa, saludaron a todos, ahí estaban los hermanitos de Cindy, Camila, su mamá, su padre y su hermano. Cuando Enrique saludó a la madre de Cindy, está lo saludó muy amable Cindy tenía a quien sacarle eso, cuando se dispuso a saludar al sr. James (el padre de Cindy), lo miró como lo había mirado su hermano y cuando saludó a Camila ella fue amable también. Al parecer en aquella familia las mujeres son más caricativas. Se acercaron a él dos dos niños pequeños, lo abrazaron y tanta es la curiosidad de un niño que uno de ellos le preguntó:

-Tú... ¿Tú eres el novio de mi hermana? – preguntó el niño con una mirada seria, Enrique sólo sonrió y miró a Cindy, ella al parecer estaba algo apenada con la pregunta de su hermanito, todos se quedaron viendo las expresiones que hacían Cindy y Enrique.

-Es la primera vez después de mucho tiempo, que Cindy trae a alguien aquí, así que mi hijo tiene la duda – dijo la madre de Cindy con una sonrisa perversa, como para molestar a Cindy.

-Como veo que todos tienen la duda y no sólo mis hermanitos... Les diré que sí, Enrique y yo estamos, él es una buena persona, ok? – dijo Cindy ya cansada de las indirectas de su familia, todos con aquella declaración se quedaron boquiabiertos más que todo Manuel y su padre.

Su madre se levantó y los abrazo a ambos.