Madrugada del domingo, Tamara dormía tranquilamente abrazando su hurón de peluche cuando le puso más atención al tacto, era más suave y cálido, abrió los ojos y sintió un suave aroma, estaba oscuro así que veía nada claro, subió sus manos y comenzó a sentir un rostro, luego el cabello y dedujo quien era.
-Madre… ¿Otra vez metiéndote a mi cama?- preguntó Tamara con un susurro
-Me sentía sola… y tenía miedo…-
-Dile a Vladimir que viva contigo-
-¿Lo aceptarías?-
-Si eso te hace feliz…-
-Bien… por hoy déjame dormir… aquí…-
Tamara volvió a dormirse mientras abrazaba la cintura de su madre.
El sol asomaba por la ventana, Tamara se levantó a consecuencia de este y luego miró su cama, solo estaba su hurón a su lado, entonces su madre entró a la habitación.
-Buenos días hija, dormí como una bebe- dijo mientras se sentaba en la cama- además, soñé que me decías que trajera a Vladimir aquí-
-Soñé algo similar- dijo Tamara mientras tomaba su cepillo y comenzaba a cepillar su corto cabello
-Déjame hacer eso-
-Está bien- dijo y le dio el cepillo a su madre
-Entonces dime- dijo mientras comenzaba acepillar el cabello de su hija- ¿Está bien que venga Vladimir a vivir aquí?-
-Si eso te hace feliz, también estaré feliz-
-¿Lo dices enserio?-
-Se veían tan bien juntos hace dos días recostados en el sofá, hablo enserio madre, si te hace feliz, también me hará feliz-
-Gracias hija- dijo y abrazó a su hija- una nueva familia se forma-
-Estoy segura de ello, padre estaría muy feliz-
-Ni que lo digas, también con una nueva hija-
En eso se escuchó un golpe, era Kassia que había tropezado cayendo frente a la habitación de Tamara, a lo que esta se levantó rápidamente para ayudar a Kassia.
-¿Estas bien?- preguntó mientras ayudaba a Kassia a ponerse de pie
-Si… solo que me sorprendió que rápidamente me acepten como un miembro de su familia… llevó de conocer a Tamara hace una semana… no me conocen de nada-
-Tranquila Kassia, si no te sientes cómoda con ello, no lo haremos-
-No Ada… me pone muy feliz… gracias…-
-Bien, apenas es de mañana, vamos a desayunar, ¿Quieren algo en especial?-
-No… lo que usted quiera está bien-
-Oye, si quieres llamarme de alguna manera, puedes hacerlo-
-¿Madre?-
-Bien dicho, vamos a desayunar-
La madre de Tamara salió de la habitación de su hija y fue a la cocina dejando solas a Tamara y a Kassia.
-Quisiera quedarme más tiempo aquí- dijo Kassia mientras se sentaba en la cama
-Regresaremos el próximo fin de semana, no deberías de preocuparte por ello- dijo Tamara sentándose a lado de Kassia
-Serán cinco días… creo que son muchos-
-No, en realidad se pasarán cuando menos te des cuenta, como esta primera semana, apenas sentí que era lunes, y luego ya era viernes-
-El lunes… debió de ser pesado para ti…- dijo abrazando el hurón de Tamara
-Y que lo digas… el jueves lleno de tareas y temas para estudiar fue nada comparado con ese lunes-
-Perdóname… de verdad… nunca hare nada parecido-
-¿De verdad?, ¿Ni un abrazo?-
-¿No te molesto eso?-
-Para nada, a mi madre y a mí nos gustan mucho los abrazos, por eso tengo a mi hurón, aunque aún no compro un peluche para mi habitación-
-¿Tienes planes para hoy?-
-Quedarme en casa todo el día-
-Entonces vallamos a comprar tu peluche-
-Me parece buena idea, me pondré algo lindo para ir, pero antes, acércate un poco-
Kassia parecía un poco tímida al acercarse a Tamara, luego esta le abrazó por la cintura suavemente.
-Eres muy cálida y tierna- dijo Tamara acomodando su cabeza en el hombro de Kassia
-Gracias… tú también lo eres-
-Mentira, mis músculos son duros-
-A mí me gusta cómo se sienten… me transmiten seguridad-
-Gracias-
Ambas se quedaron en ese estado hasta que la madre de Tamara les llamo para desayunar, se separaron y fueron al comedor, en la mesa había platos con frijoles y carne enchilada, en el centro de la mesa una servilleta con tortillas de maíz calentitas.
-¿Qué tipo de carne es esta?- preguntó Kassia
-Es carne enchilada, es muy rica en tacos con frijoles- respondió Tamara mientras tomaba dos tortillas dándole una a Kassia
-Valla, realmente parece ser muy rica-
Y las tres desayunaron mientras platicaban sobre cómo se sentía Kassia en su primer fin de semana con Tamara y su madre, al finalizar, Kassia y Tamara fueron cada una a su habitación, la madre de Tamara salió a encontrarse con el general Garcia, Kassia y Tamara ya vestidas, tomaron su bolso y su mochila de lado respectivamente, luego salieron de casa y caminaron a la parada del camión.
-¿No nos volverán a asaltar?-
-Las posibilidades son pocas, vamos-
Ambas subieron a uno de los camiones y en apenas unos minutos bajaron en el centro de la ciudad, caminaron mirando los grandes escaparates de las diferentes tiendas llegando a una dedicada únicamente a regalos, entraron a esta y comenzaron a ver los grandes peluches que había.
-Mira, este caballo es muy lindo- dijo Kassia mientras señalaba el gran caballo
-Creo que me gusta más este hurón- dijo Tamara tomando el hurón gigante
-Si, es muy lindo-
Tamara miró la etiqueta del precio y luego regreso el peluche a la estantería.
-¿Qué ocurre?-
-Creo que es demasiado grande- dijo un poco desanimada- mira, este es lindo- dijo tomando un peluche con forma de serpiente linda- me llevare este, es muy lindo-
Tamara pagó el peluche mientras que Kassia miraba el gran hurón.
-¿Vienes?- preguntó Tamara a Kassia
-Si, ya voy-
Kassia sacó su celular de su bolso y lo miró un poco, luego lo volvió a guardar y corrió detrás de Tamara.