Conseguir Vencer

Parte 16: Aroma dulce

Tamara dormía plácidamente abrazando su hurón cuando unos ladridos de perros le despertaron, miró en el reloj que marcaba las ocho de la mañana, en un domingo no es muy común despertarse a esa hora pero los perros no le dejarían dormir más, hizo su ritual de cada mañana y se dirigió a la sala, asomó por la entrada y noto está abierta con los ladridos de los perros aún más fuertes, dejó lo que estaba por hacer y apenas asomarse a la puerta unos perros le comenzaron a ladrar, perros que el general Garcia estaba sosteniendo.

-Buenos días Tamara, disculpa el ruido, la general Astrid me castigo y tengo que pasear a los perros del cuartel, pasaba a saludar-

-Buenos días general, ¿Mi abuelo también fue castigado?-

-Si, se le retuvo su pensión hasta que cumpla con algunas horas en la guardería, pero bueno, yo me iré, Andrés- dijo jalando al perro más grande- Biden- llamo al perro de tamaño medio- dejen de ladrar, vámonos, Ada, no creo poder verte hoy además de ahorita, tendré mucho trabajo-

-Tranquilo Vladimir, con lo que hiciste ayer por nosotras estoy más que feliz-

-Me alegro de ello, me despido-

El general Garcia tomó a los perros y los comenzó a jalar hasta que estos ya caminaron a su lado, la madre de Tamara abrazó a su hija y ambas entraron a casa.

-Valla, a pesar de sus heridas parecen bastante felices-

-Las heridas solo son superficiales, pero el que le demos una lección a esos riquillos es un sentimiento interior, por cierto, mejor despierta a Kassia, ya preparare el desayuno, hoy no iré a trabajar, me hicieron el favor de darme el día libre, así que hagamos lo que normalmente hacen las familias-

-Creo que Kassia se podrá feliz-

-Esa es la intención, anda ve-

Tamara fue hasta la habitación de Kassia y se sentó en la cama, quitó la colcha que le cubría el rostro y la miró dormir detenidamente un poco de tiempo.

-Kassia… despierta- dijo mientras tomaba la mejilla de Kassia con suavidad- vamos Kassia, despierta-

Tamara comenzó a mover un poco a Kassia y esta solo sacó sus manos de las cobijas y abrazó a Tamara por la cintura.

-No… tengo sueño… duerme conmigo-

-Solo un poco-

Tamara levantó las cobijas y se metió a estas sin que Kassia la dejase de abrazar, luego, ambas estaban frente a frente recostadas en la misma almohada.

-Mi madre ya está haciendo el desayuno, deberíamos de ir pronto-

-Aún es muy temprano, anoche dormir hasta tarde- dijo abriendo los ojos para ver a Tamara- valla, hoy también estas muy linda-

-Tú también, me alegro de poder verte todos los días- dijo acariciando la mejilla de Kassia

-Yo también me alegro de ello- dijo e inundó su rostro en el pecho de Tamara- son muy suaves-

-Y tu hueles muy bien- dijo Tamara y abrazó a Kassia fuertemente- de verdad que me alegro de que estés a mi lado-

-¿Cómo amiga?-

-No lo sé, pero anda, vamos al comedor, ya tengo hambre-

-Puedo escuchar tus tripas… pero me encantan más los latidos de tu corazón-

Tamara se sintió un poco nerviosa y Kassia lo noto en los latidos de su corazón y su temperatura corporal.

-Pero me gustas más tu- dijo Kassia disfrutando del corazón acelerado de Tamara

-Venga, vamos al comedor, el desayuno debe de estar listo- dijo Tamara poniéndose de pie, vamos, no dejemos a mi madre esperando-

Kassia sonrió traviesamente y luego se puso de pie, cepilló un poco su cabello y buscó un pasador con el que sostuvo su cabello detrás de su oreja derecha, luego junto a Tamara fueron al comedor donde ya había tres platos con tortas de jamón, las tres se sentaron a esta y acompañaron las tortas con un vaso de jugo de jugo.

-Nunca había comido algo así- dijo Kassia y le dio otra mordida a su torta

-Aquí comerás mucha comida mexicana, ¿Qué tal si hacemos gorditas para la comida?- preguntó la madre de Tamara

-Me parece buena idea, ¿Qué dices Kassia?-

-No sé qué son, tengo curiosidad-

-Excelente, apenas acabemos, iré por las cosas para hacerlas, ¿De que las quieren?-

-Sabes que amo las de frijol- respondió Tamara

-Yo no sé de que son- dijo Kassia

-Entonces haremos varias, con seis manos será fácil hacerlas-

-Me alegro de ayudar madre- dijo Kassia dibujando una sonrisa en el rostro de Ada

-Eso me pone muy feliz-

Terminaron de desayunar e inmediatamente la madre de Tamara se vistió un poco más elegante y salió a comprar las cosas dejando a Kassia y a Tamara solas en casa, estas solo se sentaron en la sala y encendieron el televisor.

-¿Qué es lo que normalmente hacías antes de que yo viniese?- preguntó Kassia mientras se recostaba en el hombro de Tamara

-Me la pasaba en casa de mi abuelo, o con Tabata y Romina-

-¿Y antes de eso?-

-En casa, haciendo el quehacer y la comida, mi madre normalmente no está en casa así que prácticamente vivía sola-

-Valla, eres impresionante-

-Ahora dime tu, ¿Qué es lo que normalmente hacías para divertirte?-

-Nada en especial, leía libros, mi padre tiene una gran biblioteca, y estaba encerrada la mayor parte del día-

-¿No tenías amigos o algo así?-

-No, tú eres mi primer amiga-

-Entonces hagamos lo que hacen las amigas-

-¿Y qué es lo que hacen las amigas?-

-Bueno, además de lo que ya hacemos, podemos ir al cine, a comprar ropa, salir a platicar, comer juntas y todo eso, en verano podríamos ir a la playa o a un balneario-

-Me agradan esas ideas-

-Entonces vallamos a comprar ropa, la que tengo ya me está comenzando a quedar chica-

-Cuando tú quieras-

Tamara levantó el brazo y abrazó por la espalda a Kassia, ambas se quedaron en silencio mirando la programación que pasaban en alguno de los canales.
Apenas llegar la madre de Tamara, pusieron manos a la obra para hacer las gorditas, unas cuantas de chicharrón, otras de haba, unas más de requesón y otras tantas de frijol, en lo que las preparaban y las cocían, la hora de la comida llego.



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En el texto hay: lesbico, romance, preparatoria

Editado: 10.06.2022

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