Tamara leía a Grossman mientras hacía algunos apuntes en hojas sueltas, llegó a la parte de los ejercicios y en hacer algunas demostraciones ocupaba hasta dos hojas.
-Oye Tamara- dijo Halle- no me molesta que uses mis hojas, pero casi te las acabas-
Tamara levantó la vista y miró todas las hojas donde ya tenía varias demostraciones hechas. Y el paquete de hojas casi vacío.
-Carajo, solo termino esto y me iré por un paquete de hojas-
-¿Qué tanto haces Tamara?- preguntó Zaida
-Calculo determinantes, o eso hacía, ahora estoy viendo sus propiedades-
-¿En qué capitulo estas?- preguntó Kassia asomándose al libro
-En el tercero, en la parte dos, propiedades de los determinantes-
-Llevas una semana con ese libro y has acabado los dos primeros capítulos y casi cien hojas blancas- dijo Halle mientras cerraba el libro de algebra superior
-Y nosotras ni siquiera podemos entender esta cosa, y tú ya entiendes esas cosas llenas de letras- dijo Zaida recostándose en la mesa
-Son matrices, y en realidad no es complicado entenderlas… o no lo fue para mí-
-Parece que eres una genio, ¿Estudiaras matemáticas en la universidad?- preguntó Kassia
-No lo sé, puede que si… iré por las hojas, ¿Quieren algo de la papelería o de la tienda?-
-No, yo no- dijo Halle
-Yo sí, quiero unas frituras- dijo Zaida
-Y yo un jugo de durazno- dijo Kassia y sacó de su monedero un billete que ofreció a Tamara
-Esto es demasiado- dijo Tamara rechazando el billete
-Para que compres las hojas, y también una caja de lapiceros negros, nos harán falta-
-Aún es demasiado dinero-
-Tamara, ¿Recuerdas lo que te dijimos sobre el dinero?-
-Carajo, está bien, pero que no se les haga costumbre-
-¿Quieres que alguien te acompañe?- preguntó Zaida
-No, estoy bien, pero gracias-
-Y cómprate algo tú también- dijo Kassia
-Lo tendré en cuenta-
Tamara salió de la habitación de Halle y luego del plantel, caminó unos minutos y llegó a la papelería, pidió un paquete de hojas con quinientas de estas y un paquete de doce lapiceros negros, pagó y todo se lo pusieron en una bolsa de plástico, agradeció la atención y luego caminó a lado, a la tienda, donde compro algunas frituras, el jugo para Kassia y también una soda para ella, pagó todo y le pusieron todo en una bolsa de plástico también, agradeció el servicio y luego salió de la tienda para caminar de regreso a la escuela.
-… si miras mi mano a casi un año…- paró de cantar cuando notó que alguien le seguía
Tamara caminó normalmente sin descuidar su espalda, caminó por un callejón por el que el sol daba justo por su espalda proyectando su sombra al menos un metro frente a ella, disimulo como que miraba la bolsa con las hojas y vio una sombra que se movía lentamente, dejó caer las bolsas al suelo y se dio la vuelta, había un encapuchado.
-¿Qué mierda quieres?-
El otro no dijo nada, Tamara sintió un filo en las costillas por detrás suya, y al que tenía frente apuntándole con un arma.
-Ya te la sabes- dijo el que tenía al frente
-No, no me la se-
Tamara golpeó con su codo al hombre de detrás y el de enfrente disparo sin pensarlo rozándole en el brazo a Tamara e impacto directamente al hombre de atrás.
-¡Mierda!-
Tamara sacó el jugo de la bolsa el cual estaba contenido en una botella de vidrio y se lo arrojó al hombre del frente reventándosela en el rostro.
-Maldición- maldijo Tamara y se quitó su playera
Mientras que el otro hombre se quitaba algunos cristales del rostro, Tamara rasgo un poco de su playera e hizo un tapón, levantó la playera del hombre y le puso el tapón en la herida de bala, luego rasgo aún más su playera y la amarro al pecho de aquel hombre haciendo presión en el tapón que cubría la herida de bala.
-¡Necesito ayuda por acá!-
Tamara comenzó a buscar en el pantalón de ese hombre un celular sin éxito, caminó hasta el otro que estaba por ponerse de pie y le dio un golpe en el rostro abriéndole más las heridas del cristal, busco en el pantalón de él y encontró un celular de tapa, lo abrió y llamó a una ambulancia para luego regresar con el hombre con la herida de bala.
-Oye, estarás bien, una ambulancia ya viene-
-Perdón… el me obligo-
-Lo sé, tu agarre era débil y temblabas-
-Perdóname… de verdad-
El sonido de la ambulancia ya se escuchaba cada vez más cerca, los paramédicos bajaron de la ambulancia y se metieron al callejón subiendo al hombre en camilla.
-Robert, llama a otra ambulancia- dijo uno de los paramédicos- señorita, ¿Viene en esta o en la otra?-
Tamara miró su brazo, la herida era un poco profunda y su brazo ya chorreaba sangre.
-Voy ahora- dijo Tamara subiendo a la ambulancia
-Daniels, te quedas a cuidar a este- dijo el mismo paramédico y otro bajó con su mochila para atender al de la cara cortada
La ambulancia arrancó y rápidamente comenzó a ir al hospital.
-Deme su brazo señorita- dijo el paramédico a Tamara
Tamara se acomodó y dio su brazo al paramédico.
-¿Qué ocurrió?- preguntó mientras desinfectaba la herida
-El otro, de la cara cortada, me intento asaltar, disparo y me rozó a mí, pero a él le dio por completo-
-Tiene un vendaje que cubre bien la herida, mejor no lo quitare- dijo la paramédico y sacó una aguja para canalizar al hombre
-Solo algunas puntadas, ¿Lo hago ahora o en el hospital?-
-Dale-
-Eres muy valiente- dijo mientras sacaba hilo y aguja
-Hice lo que tenía que hacer- dijo Tamara mientras veía el hilo y la aguja
-Las personas normalmente no ayudan a sus agresores, y lo que hiciste fue determinante para salvar la vida de este hombre- dijo y comenzó a coser la herida
-Yo no soy muy normal-
-Tienes razón, no reaccionas al hilo cerrando tu herida, y con toda esta vibración otros gritarían-