Tamara despertó para ver primero el rostro de Kassia, estaba en su habitación recostada en el regazo de Kassia.
-Tamara, al fin despiertas- dijo Kassia mientras tomaba el cabello de Tamara
-¿Qué ocurrió?... dios… me duele mucho la cabeza-
-Relájate, durante la competencia te desmayaste y te trajimos a casa-
-¿No ganamos?-
-Todas trabajaron para sacarte así que quedaron en segundo lugar, es un buen lugar considerando que solo había tres equipos participando-
-Dios… debimos de haber obtenido el primer lugar… ¿Por qué me desmaye?-
-No lo sabemos, Okuda dijo que fue mucha presión la que ejerció el agua sobre ti, y los médicos dijeron que intentaste aguantar mucho tiempo la respiración, pero ambos sabemos que esa no fue la causa-
-Dios… por lo menos ganamos el segundo lugar… ¿Dónde están las otras?-
-En casa, menos Martha, ella fue con su prometida-
-Entonces… ¿No hablamos después de la premiación?-
-¿Cómo podríamos?, estabas desmayada-
-Entonces todo fue un sueño- dijo Tamara mientras tomaba su frente
-Si, lo fue-
Tamara noto algo raro en esas palabras, comúnmente las personas preguntan antes de afirmar algo, su abuelo le había enseñado eso, y su abuelo no podía mentir, Tamara decidido mirar hacia el techo, su vista no estaba muy clara pero ciertamente había algo raro en este, no parecía estar muy bien definido, como si algo intentase ahorrar los recursos.
-No veo nada claro… ¿Qué es lo que ocurre?-
-¿Debería de llamar a Okuda?-
-No te preocupes por eso… solo… necesito… descansar-
Tamara giró su cuerpo y cayó de la cama, la caída era más grande de lo que ella imaginaba, pronto una gran corriente recorrió todo su cuerpo y antes de alcanzar el suelo, volvió a despertar, abrió los ojos rápidamente y noto su respiración agitada, estaba recostada y se intentó poner de pie, sin embargo, su madre la detuvo.
-Espera, espera, aun estas muy lastimada como para que siquiera te sientes, quédate recostada-
-¿Qué ocurrió?- preguntó Tamara mientras volvía a recostarse- ¿Dónde están las demás?, ¿Y Astrid?- preguntó un poco alarmada
-Escúchame, ellas están bien, tu fuiste la más afectada, tus puntadas se abrieron y ahora tienes otras, además que tu nariz se rompió cuando te caíste y la tienes vendada-
-¿Qué ocurrió?-
-Una pipa cargada las embistió, al conductor le dio un infarto y murió en la explosión, en teoría la general Astrid debió de morir también, pero tú la salvaste, te costó tu linda nariz, pero estarás bien, Vladimir dijo que pagara la cirugía plástica si es necesaria-
-Dios mío… necesito ver a Kassia, ¿Dónde está ella?-
-En su habitación, le diré a una enfermera que al traiga, la general Astrid quiere verte desde que despertó, solo tranquilízate, no debes de exaltarte-
-¿Por qué tengo tantas heridas?-
-No lo sé… tal vez porque saliste disparada de un camión y luego chocaste con un poste, algunas costillas rotas, heridas múltiples y luego el esfuerzo que hiciste por sacar a la general hizo que tu cuerpo se hinchara un poco, te pusieron muchos medicamentos, entre ellos esteroides, por eso es que te digo que no deberías de levantarte siquiera, en una semana tu cuerpo estará bien y podrás regresar a tus actividades-
-Dios mío… gracias por haberme salvado…- agradeció con la vista al techo
-Y gracias a ti por haberme salvado- dijo la general Astrid entrando a la habitación en silla de ruedas
Tamara giró la cabeza y apenas ver a la general Astrid en silla de ruedas pensó lo peor.
-Tranquila, estaré bien, solo que mis piernas se lastimaron en la embestida, comenzare a caminar antes que tú, pero claro, me salvaste la vida, tu madre me contó lo que hiciste, de verdad que estoy muy agradecida y nunca terminare de pagarte-
-Y yo también estoy agradecida- dijo una mujer alta, de cabello castaño amarrado en dos coletas bajas, vestida con una blusa de cuello de barco color verde claro y unos jeans ajustados acompañados de unos tenis rosas- me llamo Min, soy una amiga de Astrid- dijo y estrecho la mano de Tamara
-Vamos Ming, con ella no lo ocultaremos, ella es mi amada novia-
-Increíble, no pensé que lo fuese-
-Yo también te debo un favor, y uno demasiado grande- dijo Min con agradecimiento- soy comerciante, así que lo que quieras, yo lo puedo conseguir, ahora, regresare a esta hermosa mujer a su habitación que se tiene que recuperar- dijo y tomó la silla de ruedas de la general Astrid- vendremos a verte después-
-Estaré esperándolas-
-Creo que hay otras personas que también quieren verte, te dejaremos- dijo la general Astrid y salió junto a su novia
-Yo iré por algo de comer, ¿Quieres algo hija?-
-No… no tengo mucha hambre-
-Entonces regresare en un rato, tomate tu tiempo- dijo y salió de la habitación
Como si ya estuviesen esperando, a la habitación entró la presidenta, Hana, Kassia, Martha, Halle, Zaida, Romina y Tabata, las ultimas dos eran las únicas que no tenían batas de hospital ni una manguera clavada en la mano, Kassia apenas ver a Tamara corrió para ponerse de rodillas y poderla abrazar.
-Gracias a dios que estas bien… lo que hiciste fue muy riesgoso-
-Si que te has divertido sin nosotras- dijo Tabata abrazando a Romina
-Primero te disparan, participas lastimada obteniendo el primer lugar y luego tienes un accidente menos trágico de lo que pareciera-
-Si, y apenas salga les contare todo lo que he hecho-
-¿Quién lo diría?- dijo la presidenta- estábamos por comer hamburguesas de pollo y terminamos en el hospital-
-Esto no debía de haber pasado- dijo Martha mientras miraba su muñeca- no sé cómo les explicare a mis padres las puntadas en mi rostro-
-¿Qué fue lo que te ocurrió?- preguntó Tamara girando la cabeza
-Cuando salí disparada golpee en el parabrisas de otro coche y todo mi rostro se cortó con el vidrio, te enseñaría las puntadas, pero tengo una gasa- dijo levantando su cabello