Tamara se quedó con el antojo, pues debido a que tendría que estar recostada, no podría comer nada sólido, todo lo que necesitaría para no sentir hambre era suministrado por el suero, así dos días.
-¿También estuviste en el accidente?- preguntó Tamara a su abuelo
-Si, por eso no podía venir a verte, me tenían hospitalizado- dijo mientras intentaba encontrar algo en la base de la cama
-¿Qué buscas abuelo?-
-Esto- dijo y apretó un botón
La mitad de la cama de Tamara comenzó a levantarse, entonces después de dos días Tamara estaba sentada.
-Espera, el doctor dijo que no me podría sentar en al menos un día más-
-¿Te duele?-
-La verdad es que no… puedo estirar las piernas- dijo mientras extendía sus piernas
-Entonces ya estás bien- dijo le dio una leve palmada en el hombro a su nieta- por cierto, toma, lo manda Tabata y Romina- dijo y de su sudadera sacó una bolsa de papel hecha bola que entrego a Tamara
-¿Qué es esto?- dijo mientras deshacía la bola- huele… muy bien…-
-Una hamburguesa de pollo, se supone que comeríamos hace dos días, pero no quiero que luego de dos días lo primero que pruebes sea la comida de un hospital-
-¿Acaso es mala?-
-Sinceramente… no, es bastante buena, pero no le quita que sea de un hospital, mejor come la hamburguesa mientras vigilo que nadie venga-
-Gracias abuelo-
El abuelo de Tamara se fue a la puerta mientras que su nieta desenvolvía el plástico de la hamburguesa con la boca llena de saliva, no se apresuró a dar el primer bocado y este le supo a gloria, incluso sintió como esta bajaba por su esófago hasta su estómago.
-Abuelo… ¿No tienes una soda?-
-Agua mineral, lo demás probablemente te mate- dijo arrojando una lata a Tamara
Tamara tomó la lata y la abrió con ayuda del anillo, sonó el gas saliendo y luego le dio un trago.
-¿Esta buena?-
-Si que lo está- respondió y miró al que le había preguntado- ¿General Garcia?... ¿Qué hace usted aquí?... abuelo, ¿No se supone que vigilarías?-
-El sigue siendo de un rango mayor, pero no dirá nada, sabe que te recuperas fácil, solo vino a verte-
-¿Y mi madre?-
-Está almorzando, me escape para venir a verte, veo que ya te puedes sentar-
-Si, y comer solidos- dijo dándole otro mordisco a la hamburguesa- y esta… agua… está muy buena- dijo y le dio otro trago a la lata
-Me alegro de que estés bien, entonces me voy o tu madre comenzara a sospechar, por cierto, una tal Pandora quiere verte, le han negado la entrada, pero si quieres que al dejemos pasar…-
-Si, es mi profesora de matemáticas y también la entrenadora del club de natación, estoy segura que ha estado preocupada por nosotras-
-Bien, entonces iré a que la dejen pasar, y oí algunos rumores que Okuda despertó, supondré que también vendrá a verte, pero después de la profesora Pandora- dijo y salió de la habitación
-Sigue comiendo, lo necesitas- dijo a su nieta y se volvió a poner de guardia en la puerta
Tamara encendió el televisor, puso las caricaturas y siguió comiendo mientras las veía, al acabar uno de los capítulos ella también termino de comer y tiró la lata junto a la bolsa de papel al bote de la basura.
-Gracias por la comida abuelo, estuvo deliciosa-
-Me parece excelente- dijo regresando a lado de su nieta- valla, hasta agarraste color-
-Disculpen, ¿Aquí es la habitación de Tamara?- preguntó un chico alto y un poco gordo que vestía un chaleco, una playera azul y unos jeans, que empujaba una silla de ruedas donde estaba sentada Okuda
-Claro, mira Tamara, Okuda, entonces yo esperare fuera- dijo su abuelo y salió de la habitación
-¿Quieres que también espere fuera?- preguntó el chico a Okuda
-Claro, yo aun me puedo mover-
-Está bien- dijo el chico y salió de la habitación
-Interesante, se supone que deberías de estar acostada-
-Pero mírate tú, estas mejor que yo y eso que acabas de despertar del coma-
-No, desperté en la madrugada, ya he podido descansar, además, ¿Quién te dijo que estaba en coma?-
-El padre de la presidenta-
-Te mintió, solo estuve sin conocimiento, pero no era el coma, el golpe casi me rompe el cráneo- dijo señalando la venda que cubría toda su cabeza- pero gané un nuevo corte, me tuvieron que suturar así que me raparon totalmente, Gus dice que le gusta-
-¿Gus?-
-Si, mi novio, Gustavo, él que me trajo-
-Increíble, ya conocí a la novia de la general Astrid, a la prometida de Martha y ahora a tu novio, aunque no es la mejor situación para conocerlas-
-De verdad que no lo es, pero míralo, una anécdota más, además de la cicatriz en tu brazo ahora tendrás una en la nariz y otras más en el cuerpo-
-Si, como todas las demás-
-Dos días con la venda en la nariz, ya puedes quitártela, ¿Quieres un espejo?-
-Me da un poco de miedo, pero… si, me gustaría ver mi reflejo-
-¡Gus, pásame un espejo!-
Gustavo entró a la habitación y de una de las bolsas de su chaleco sacó un espejo que le dio a Okuda.
-Gracias Gus-
-Sin problema- dijo y volvió a salir de la habitación
Tamara quitó el seguro de la venda y comenzó a desenvolverla de su rostro, quitó la venda y Okuda le paso el espejo boca abajo, Tamara lo tomó y cerró los ojos mientras ponía el espejo frente a ella, abrió los ojos de una y apenas verse unas lágrimas derramaron por sus ojos.
-Vamos, no te ves mal, te queda-
-No es eso… mi padre… mi padre en su última visita a casa en vida… llevaba una igual a esta, del mismo lado y podría jurar que el mismo número de puntadas-
-Vamos, no seas tan exagerada-
-No… de verdad… recuerdo que le dije que quería una igual… y me hizo jurar que nunca intentaría siquiera… hacérmela… no se si el estaría feliz o triste-
-Probablemente feliz, rescataste a una general, no sé nada del ejército, pero estoy segura que ser general es un rango muy alto-