Corazón Mentiroso

Capitulo 39

Jonathan

Regresar a México me trae un sentimiento de felicidad a pesar de haber perdido lo valioso que mantuvo por años viviendo en el corazón. 

La razón por la que he decidido tomar un vuelo de urgencia para visitar a Sebastián después del accidente tenido por seguir una nota de periodismo y la noticia llegó hasta Madrid gracias a una personita bajo el sobrenombre enfadoso me contacto para darme la novedad.

El enfadoso y yo tenemos una mala relación Hemos tenido discusiones sin sentidos y lo he traicionado en varias ocasiones, pero él muy estupido continúa confiando ciegamente en una persona que encaja un cuchillo en su espalda, lo cual me tiene intrigado.

Camino por el pasillo de aquel hospital Sebastián se encuentra en observación después de ser herido con una navaja en el estómago, desconocía su condición solamente recibí un mensaje diciendo: “hijo de tu puta madre Sebastián tuvo un accidente”. Un poco grosero del enfadoso y no puedo quejarme esa es nuestra relación de primos.

Me detengo cerca de unas escaleras, empiezo a teclear en el celular un mensaje al enfadoso es la única persona que puede darme información de la habitación de Sebastián, no pregunto en recepción porque la asistente está ocupada atendiendo a un señor quejumbroso.

Yo: Wey, qué habitación?

Enviado a las 3.40 p.m.

Vamos a contesta. Guardó el celular para aventurarme en aquel hospital, mi primo puede tardar en responder debido a que, acostumbra a ocuparse en pasatiempos dañinos. 

—Jonathan, que sorpresa —dijo una voz femenina

Alzó la mirada para encontrarme con una chica con vestimenta masculina, su cabellera recogida en una coleta y unas gafas de aumento usadas.

—¿Quién eres? —pregunté e hice una expresión de sorpresa.

La chica sonrió y puso su mano sobre mi hombro. No recuerdo haber tenido una conquista temporal cuando Sebastián se mudó a San Diego, y lo hubiera recordado porque en la ciudad todo se conocen.

—La hermana del enfadoso —comentó en un tono serio—. Soy Paola.

Me sentí avergonzado de que Paola leyera la pantalla del chat con su hermano. Si, todos somos conscientes de la mala relación que tenemos al tener obvias razones.

—Una disculpa al no reconocerle —dije

Paola se encogió de hombros.

—Me da igual —replicó—. Buscas a Sebastián, ¿no? 

—Si, recibí un mensaje de César —comenté

Ella soltó una bocanada de aire y colocó sus manos dentro de los bolsillos de su jeans mostrándose un poco sorprendida.

—Mi hermano piensa que fue su culpa arruinar su romance de verano —dijo Paola—. Pero, en realidad no fue su culpa sino la distancia que mató toda pizca de amor que hubo.

Odio cuando un Ferrer tiene razón. Ellos parecen estar al pendiente de cualquier incidente para poner su granito defendiendo a César, quien no tiene el suficiente valor de enfrentar sus problemas solamente se dedica a autodestruirse. 

La ruptura entre Sebastián y yo fue por la distancia que tenemos, nuestra diferencia de horario y las peleas seguidas.

—Me has pillado —mencioné

—Sebastián está en la habitación 103 —dijo la chica—. Solo promete que no provocarás una pelea.

Acató su petición. 

No planeo tener pleitos con delincuentes que han cumplido una sentencia por desorden en plena calle. 

—Lo prometo —dije

Retomó el camino hacia las escaleras teniendo una imagen mental de Sebastián conectado con cables e inconsciente. Deseo no encontrarme con una escena similar, no soportaría el dolor de mirarlo en aquellas condiciones siempre estuve en contra acerca de que Sebastián se desempeñará un cargo de periodista al conocer los riesgos que implica en la ciudad. 

Fui un idiota en estar de acuerdo con la ruptura. Me cegue sintiendo los celos pensando que Sebastián sería feliz a lado del enfadoso tras haberse hecho cercanos durante la ausencia que tuve.  

No puedo perdonarme lo ocurrido al coger una solución pésima. Estaba acostumbrado a que mi padre solucionara los problemas que tuviera pagando una suma importante de dinero y elaborando contratos para erradicarlos que olvidé cómo actuar frente a una problemática sin recurrir a mi padre.

Fui un mal novio para Sebastián y nuestra ruptura no fue culpa de César sino mía. Intenté hallar un culpable la mañana en que Sebastián decidió terminar nuestra relación que venció todos los obstáculos posibles, pero no logró vencer la envía que continúo sintiendo.

Me detengo en la puerta de aquella habitación donde puedo observar a Sebastián recostado en una cama, mientras come un yogurt. Parecía que conversaba con otra persona que no me he percatado de su presencia. 

Sintiendo un nudo en el estómago debido a los celos. Entró en la habitación sin decir nada, la atmósfera se volvió tensa con mi presencia fue un error haber entrado a lo bestia.

—Volveré para un segundo chequeo para decidir la alta —dijo un médico




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.