#1
* * *
Sebastián
—Todo es perfecto estando a tu lado —dijo Jonathan roncamente.
Me sonroje al escuchar su frase cursi.
Olvide que Jonathan acostumbraba a decir frases cursis cuando pasábamos tiempo juntos y nos hacíamos cada vez más cercanos recuperando lo perdido. Las vacaciones de verano han sido benéficas al traerme de regreso a lado de un corazón que he estado anhelando desde hace años y recuperándolo poco a poco iba obteniendo lo que una vez mantuve de acuerdo a mi círculo social.
Él me abrazo y puso su cabeza sobre mi hombro izquierdo.
Enfoque mi mirada hacia el televisor donde se proyectaba una película de terror, un género de mis favoritos y soportaba, el cual no me provocaba ninguna pisca de miedo. Por otro lado, observaba a Jonathan aterrado por cada escena que pasaban, por lo que, me daba la oportunidad de abrazarlo y darle cariños.
—Ni sueñes que te dejaré mandar en la relación —argumentó Jonathan.
Solté una ligera risa.
Jonathan dejó claro los roles que ocuparíamos en la relación, de los cuales no me opuse al estar de acuerdo con su decisión.
—Lo sé, no me gustaría cambiar de rol —dije.
Nos recostamos sobre el sofá y continuamos mirando la película. No lograba explicarme cómo terminamos encerrados en el apartamento de papá en una noche de sábado sin nada que hacer mas que estar recostado diciendo estupideces y mirando películas.
—Te amo —susurró a mi oído—, me ayudas a hacer feliz y enfrentar la realidad que vivó.
—Yo también, te amo, Jonathan —replique.
De pronto, hubo un apagón de luz y pude escuchar como las gotas de agua golpeaban cada ventana del apartamento. Nunca creía que en verano solía haber tormentas que provocaran daños a la energía eléctrica, la única consecuencia que creía era un aumento en las temperaturas.
—Lo único que nos faltaba un apagón como en la película —se quejó Jonathan.
—¿Acaso tienes miedo? —le cuestioné.
—N-no.
Hubo una duda en su respuesta. Eso creía aún conservaba un poco de miedo por las escenas de la película, y no lo culpaba porque existía un grupo de personas que aún conservaban temor a lo paranormal.
—No tendrás ningún inconveniente en que vaya a buscar unas velas —dije.
Un silencio apareció.
—No, pero podemos quedarnos con las luces apagadas y hacer cosas que no debemos hacer —comentó Jonathan, haciendo su mirada seductora.
—No —dije secamente.
La idea de tener sexo en el sofá no me parecía para nada mal, sin embargo, no me sentía preparado mentalmente al dar este paso importante mantenía la creencia de que la persona que sería digna sería aquella predestinada a estar a mi lado sin mirar ni darse por vencido en los obstáculos dados en la relación.
—¿Por qué? —se quejó Jonathan.
—No me siento preparado —respondí cabizbajo.
Jonathan cogió mis manos y me dedico una sonrisa.
—Esperare hasta que sea el momento y puedo hacerlo te estuve esperando cuatro años —dijo Jonathan tranquilamente.
Me ruborice con su respuesta. Ningún novio respondía como lo hizo Jonathan, normalmente acostumbraban a enojarse y al poco tiempo terminar la relación por haberte negado a tener sexo, eso había escuchado por mis compañeros en San Diego, pero no puedo afirmar que sea cierto.
—G-gracias —balbuceó.
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Editado: 23.05.2020