Capítulo 42
Jonathan
La situación en casa no pudo empeorar con la visita inesperada de mi abuelo. Lo único que faltaba añadir a mi lista de problemas veraniegos ¿tan pronto habrá conocido la noticia? Debía comenzar a preocuparme ya que, los chismes volaban a una velocidad increíble con Rachel o Jeannette cercas.
Fingí no conocer nada ni tener ningún problema frente a mi abuelo —Ricardo Ross—, observó disimuladamente su rostro que presumía un enojo tras conocer una noticia que afectaba negativamente nuestra apariencia con la sociedad.
Mi abuelo no saludo a ningún integrante de la familia y cuando se dirigió hacia mí terminó dándome una bofetada.
Me llevé una mano sobre mi rostro y conteniendo las lágrimas en mi interior. Padre, me enseñó a no sollozar enfrente de las personas porque no debía demostrar debilidad ante ellos.
—¿En qué estabas pensando? —cuestionó mi abuelo, con voz enfadada
Un silencio invadió la sala de estar y mi padre no me defendió en un impulso de coraje. Por otro lado, Clarisa se cubrió su rostro asustada por lo sucedido, y ella no puede intervenir como acostumbraba hacerlo con Christian y Hannah.
—Tengo controlada la situación e ideado un plan de sabotaje para Jennifer —comentó padre seriamente
Mi abuelo enfocó su mirada hacia mi padre e hizo un ademán.
—¿Creés que voy a caer en ese cuento chino? —demandó mi abuelo—.No haz logrado dominar a esa mujer de ninguna manera y ahora Jonathan está en todas las noticias en las redes sociales.
Tragó saliva.
—No, señor —respondió padre cabizbajo
Otra vez comenzaron los pleitos familiares. Me cansaba seguir escuchando el mismos sermón al cometer un error que incumplía con las reglas morales creadas por la familia Ross.
Solamente pedía un fragmento de felicidad que fue arrebatada de mis manos en el momento que firmaron un contrato matrimonial sin preguntar previamente mi opinión ¿hasta cuándo podré recuperarlo? Jamás sucedería en mi puta vida, Mi error causará que no vuelva a verlo más y nuestra relación termine de la peor manera que pueda haber pensando.
—Jonathan, ¿Qué planes vas a hacer para resolver todo este lió? —preguntó mi abuelo —. Recuerda que eres un adulto y puedes decidir por cuenta propia.
Mi corazón latía fuertemente al sentir un nerviosismo.
¿Qué plan tendré? Mhm… no consideré esto y mi única idea era hablar con la verdad. No puedo seguir lastimando a Sebastián a pesar de que, terminé metiendo la pata aún tenía la oportunidad de recuperar un poco de lo perdido.
—Hablando con el corazón —mencioné
Mi abuelo y padre se rieron por mi respuesta.
—Ay, Jonathan nunca pensé que fueras como Jennifer —afirmó padre
Puedo percibir que odiaban a mi tía Jennifer y desconocía el motivo verdadera detrás de ese sentimiento negativo. Prefería quitarme las energías negativas que afectan mi entorno y continuar por el buen sendero.
—Piensa con el cerebro y no con el corazón —dijo mi abuelo — ¿Cómo piensas atacar a César?
Uf, pensé que hablaban sobre Sebastián eso cambiaba mi mentalidad. El plan de venganza consistía en apuntar toda la pelea hacia él.
—Me descontrole creyendo que era otra persona —dije —. Atacaría a César afirmando que usó sustancias ilegales y no razonaba. Todos creerán debido a su expediente con la policía.
El quitar a César de mi camino facilitará captar toda la atención de Sebastián haciendo que se olvidará de su mejor amigo que solamente traía desgracias a su vida. Comprendo que soy un egoísta, pero al tratarse de una persona tan especial no puedo darme la libertad de no preocuparme.
—Buena estrategía —dijo mi abuelo —¿Qué opinas, Christian? Es una idea que no podemos dejar pasar. —Se escucha mejor que mi idea —comentó padre—. Seguramente funcionará sin ningún fallo solo debemos de hallar la manera en que un juez se trague ese cuento.
Todos los presentes comenzaron a atacar cada cabo suelto en la pelea. El plan me encantaba como quedaba estructurado a fin de evitar que César ganará ya que, su padre interpuso una demanda afirmando que dañamos su salud mental, es decir, nadie pidió que molestara a Jeannette como lo hizo, y es que él solo buscó su desgracia.
No sentía ningún remordimiento de conciencia hacia lo correcto en defenderme sin importar que el plan de la doble cita fuera mi idea, además no puedo permitir que mi familia llegara a saberlo me consideran una vergüenza tras romper las leyes del amor.
Todavía no estaba listo para coger el valor suficiente y salir del closet como lo había hecho Santiago hace dos años atrás y conocía el resultado que tendría. Sentir el abandono de mis padres a por una selección de quién amar era algo que deseaba evitar en mí; después de conocer la experiencia del loco enamorado me dejaba en duda de hacerlo ya que, mi herencia importaba en todo esto todo sacrificio debía valer la pena.
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Editado: 23.05.2020