Sebastián
—¿Para qué va una caja al gimnasio? — preguntó Jonathan.
Aquí vamos de nuevo.
Jonathan desde que salimos del café se carga unos chistes tan pésimos que ni sabía reírme o llorar; al comienzo solamente me reía para no hacerlo sentir mal, pero, esto se salió de control ya.
—No lo sé— respondí entre dientes.
Honestamente, no quería herir sus sentimientos. Así que, debía de continuar fingiendo para no tener ningún problema en un futuro, ya que, teníamos una amistad desde hace años y no podía arruinarlo por sus chistes.
—Para ser una caja fuerte— Río Jonathan.
Hice una sonrisa falsa.
Santa Ramona, te pido que ya Jonathan deje sus chistes malos. Por otro lado, Jonathan iba cambiándole a la estación de radio en búsqueda de una canción, bueno tendré un descanso tras unos chistes malos, aunque existía la posibilidad de tener música de que no fuera de mi agrado.
—¿Quieres otro chiste? — cuestionó Ross.
—No, gracias— respondí rápidamente.
Jonathan bufó.
—¿Son tan malos? — volvió a preguntar.
Tragó saliva.
No sabía que decirle porque en verdad lo apreciaba mucho y mi amor por él, haría cualquier cosa para hacerlo feliz a pesar de que Jonathan no se percaté de mis verdaderos sentimientos. Así pues, le tendré que ser sincero desde un comienzo tratando de no lastimarlo y hacerlo sentir de la patada por mi opinión.
—Te aprecio mucho, pero no tienen mucho sentido tus chistes— replique.
Jonathan soltó un gran suspiró.
—Todo tiene sentido ahora— comentó Jonathan, mientras pone una canción de pop latino.
Tal vez, las amistades y familiares le hicieron comentarios al respecto. Debo de hacer algo para componer la situación antes de que saque parte de su lado sentimental, ya que, recuerdo que solía hacer dramas como César, aunque si hablamos en reyes del drama, el premio lo obtiene César.
—¿Por qué? — le pregunté.
Él hace una expresión facial de tristeza por mi comentario. Esperó que no vaya a hacer un drama King porque no sabría cómo controlar una situación así.
—Jeannette, no deja de decirme que ya le bajé a mis chistes cuando salimos a cenar— respondió Jonathan.
Con que, era eso. Jeannette Curie tenía que mantener una imagen, por lo tanto, no podía cometer ningún error en su relación publica con Jonathan, aunado a que la prensa irá tras de ellos por una pelea y tener la nota del día. Muy ingenioso de la francesa solamente que todo era un montaje por cuestiones monetarias.
—Su relación debe ser más natural para no levantar sospechas— comenté.
Jonathan giró a la derecha para llevarme al edificio donde vivía papá. Me extraño que no hubiera una respuesta de su parte tras mi comentario sobre su relación con Jeannette, y no la habría porque todo era un montaje falso entre ellos.
—No funciona— dijo Ross directamente sin despegar su mirada del volante—. Hice el esfuerzo en varias ocasiones, lo único que obtuve fue olvidarme de mi verdadera personalidad—. Me cansé de fingir, Sebastián. Vivimos en una sociedad que está mal vista la homosexualidad, nos critican y juzgan; además me rodeo de gente con una posición social alta; ellos piensan que estamos enfermos y necesitamos ser atendidos para erradicar el problema.
Crudas palabras de Jonathan ante la problemática de la homosexualidad en la sociedad mexicana debido a lo tradicional que eran sus habitantes; aún seguían con la creencia que solamente una pareja estaba conformada por un hombre y una mujer, por lo que, no podían existir las relaciones del mismo sexo.
—Tú conoces ese rechazó a la perfección, al igual que yo— prosiguió diciendo Jonathan.
Sinceramente, no he pasado por una situación así; gracias a Santa Ramona aunado a que me he mantenido en el closet eso me ha salvado de ser victima del acoso escolar, ya no quería sufrir como lo hacía cuando asistía a la secundaria solamente me cuidaba para no salir dañado otra vez. Por lo contrario, Ross me hablaba como si ya hubiera pasado a su lado por un fuerte rechazo, y no me acuerdo tristemente.
—Me equivoque, lo siento—se disculpó Jonathan—. Fue mi exnovio, quien sufrió el rechazó conmigo.
En verdad Jonathan resultaba ser una caja de sorpresas por sus diversos comentarios, ni sabía que tuvo un exnovio antes de su actual; me da un poco de curiosidad de saberlo, aunque se perfectamente que era meterme en su vida privada y no quería ser un acosador.
—¿Cuántos novios has tenido? — le pregunté.
—Dos novios, afortunadamente— contestó Jonathan sin ningún problema.
Un silenció hubo entre los dos.
Acabó de meter la pata por mi pregunta tan boba que hice. Jamás se le hacía ese cuestionamiento a tu crush y ya ahora perdí su amistad, o mejor dicho su corazón como diría mi prima. Estaba en un momento de confusión porque no sabía en verdad que deseaba con Jonathan; puede ser amor o cariño por el tiempo que llevamos conociéndonos.
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Editado: 23.05.2020