Corriendo Contra El Amor

capitulo 15

Los amigos no se besan. Cinco palabras, dieciocho letras, una frase, es lo que mi cerebro repetía después de que Gavrel se fuera a jugar, mientras mis ojos se encontraban clavados en la cancha, específicamente en el jugador número #8 que jugaba de una manera única, ese idiota se estaba luciendo y pomponeando como toda una estrella del futbol americano. Quedarme parada como una babosa observando a Volkros no ayudaría a mi reputación de chica insensible, busque en donde poder sentarme, pero ningún asiento disponible en las gradas, el único lugar en el que sentarse era en las gradas de los jugadores donde Kirt se encontraba desparramado con una actitud de aburrimiento, pensé en las posibilidades de ir a hacerle compañía o quedarme parada toda la mitad del juego, la opción dos no me agradaba en lo absoluto. Camine lo más distante del campo de futbol para no sufrir ningún accidente porque la idea de que me taclearan un camión de puro musculo no era la forma en que deseaba morir, dolería mucho.

Cada paso que daba comenzaba a sentirme nerviosa, puede que ir como si nada a sentarme no fuera una buena idea, no es que Kirt y ella fueran grandes amigos, ni tan siquiera estaba segura de que fueran amigos o solamente la chica con la que Gavrel tenía un fetiche del cual no había escapatoria, no es que me gustase la idea de ser centro de atención de ese idiota es lo último que deseaba, me gustaba mi mundo solitario y tranquilo sin contar mis dramas existenciales que sufría. Camine fingiendo indiferencia mientras me acercaba, noto que Kirt se encontraba con los ojos cerrados como si estuviera dormido, cuando estuve lo suficientemente cerca carraspee fuertemente para que lo escuchara, aquel hermoso rostro pecaminoso hacia una mueca para después abrir los ojos perezosamente; aquellas esmeraldas se fijaban en mi persona parecía que no sabía quién estaba parada frente a él ya que fruncia el ceño y entornaba más la mirada cuando se dio cuenta de que era yo la que estaba parada cruzada de brazos se levantaba de los asientos para sentarse mejor, lo vi estirarse como un sexy felino mientras sonreía con presunción.

—Pareces recién salida de la cama. –Me miraba de pies a cabeza. Insegura me recorrí de pies a cabeza, mi pantalón de tela más bien tenía parecido con un pantalón deportivo holgado, mi manga larga estaba algo arrugada y sabía que mi cabello no estaba mejor ya que no me tome la molestia de pasarme un peine.

—No pensé que fueras tan fijón. –Replique encogiéndome de hombros, mi aspecto me importaba muy poco como para preocuparme por verme bien. Si me siento bien lo demás no me valía un pepino, no buscaba verme como las otras chicas– ¿Qué hiciste para que te dejaran en las bancas? –alzo una ceja a modo interrogativo, me lo quedo mirando esperando una reacción.

—Nada, yo siempre me porto muy bien.

¡Ja! Eso ni él se lo creía. Bufo ante su respuesta y pongo los ojos en blanco, Kirt sonreía de forma seductora indicando que si había hecho algo para que el profesor Luke lo dejara en las bancas.

—Te apuesto a que algo tiene que ver Sadie. –Lo reto a que me mienta, lo veo sonreía con arrogancia y me guiña un ojo.

—Yo no hice nada, ella vino sola asi que soy libre de toda culpa, bombón.

—Sino tuvieras una reputación de prostituto te creería. –Descruzo los brazos y sonrió divertida al ver que se hacia el ofendido– no puedes ocultas tu culpabilidad señor playboy.

Kirt soltaba una carcajada sin ofenderse en lo absoluto, su ego no tenía límites al igual que el de Gavrel.

—Gracias, me honras que tengas una excelente imagen de mi virilidad. ¿Creí que estabas enferma?

Observo como posa sus brazos por detrás de su cuello y se inclinaba hacia atrás estirando las piernas a lo largo, su actitud arrogante era un poco asfixiante. Vaya mi mentira se había corrido como un chisme de pasillo, me encojo de hombros restándole importancia, y le respondo.

—Cólicos menstruales, sentía como si me apuñalasen la vagina. Casi parecía una escena de crimen mi cama, la sangre parecía…

—¡Oh que asco! –Él hacia una mueca y se tocaba el estómago, me reí ante su intolerancia a la menstruación femenina.

—¿No quieres ver las fotos? –sugerí divertidamente, Kirt negaba haciendo mueca de asco.

—Prefiero arrancarme los ojos que ver aquello.

Suelto una carcajada y tomo asiento a lado suyo, me agradaba y más molestarlos.

—Es natural, ¿cómo te puede dar asco eso? si metes es boca ahí.  

—No es lo mismo.

Alzo una ceja sin entender su respuesta, pero estaba segura que si la obtenía no me gustaría asi que deje por la paz el tema.




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